El gobierno del primer ministro británico Keir Starmer atraviesa su peor crisis desde que llegó al poder hace poco más de un año, y en paralelo al crecimiento en las encuestas del líder de Reform UK, el ultraderechista Nigel Farage.
Este viernes, su vice primera ministra y ministra de Vivienda Ángela Rayner fue eyectada del gobierno por haber omitido el pago de 46.000 euros a Hacienda por la compra de un departamento, lo que frustró los planes de Starmer concentrado en relanzar su gestión, ante los bajos índices de aceptación.
El dirigente laborista se vio obligado a una reforma importante de su gabinete, con la designación de Ivette Cooper, hasta ahora titular de Interior, como nueva ministra de Exteriores, en lugar de David Lammy, que sustituirá a Rayner como "número dos" de Starmer, entre otros cambios de fondo.
Lammy también asumirá el ministerio de Justicia, mientras que su actual ocupante, Shabana Mahmood, reemplazará a Cooper en Interior.
El revés por la salida de Rayner --destacada política del ala izquierda del laborismo y cercana a los sindicatos-- ocurre además cuando Starmer rediseña sus políticas contra la migración ilegal, un tema sensible en el país como en Europa, para evitar una mayor fuga de votos hacia el populista en ascenso Farage, a quien las encuestas le dan una ventaja de dos dígitos sobre Starmer.
Farage, un populista de derecha en ascenso
La noticia lo encontró a Farage en Birmingham al frente del congreso de su partido que tituló "El siguiente paso", en el que aseguró que el Reino Unido puede tener elecciones anticipadas en 2027 (deberían ser en 2029) debido a la "gran división" en el laborismo.
El hombre que tuvo un rol decisivo para la victoria en el referéndum del Brexit que sacó al país de la Unión Europea (UE) en 2016, busca volver a tomar carrera para una futura contienda electoral parafraseando al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Ante un auditorio completo, declaró su objetivo de "Devolver la grandeza al Reino Unidos" si llega al poder y declaró que "el cielo es el límite para este movimiento" que pugna por frenar la llegada de migrantes y obliga al Gobierno a recalcular en sus políticas migratorias.
Aunque los sondeos de opinión lo favorecen y el crecimiento de afiliados da un pulso de su expansión --este viernes saludó la incorporación de Nadine Dorries, exministra de Cultura entre 2021 y 2022 bajo el mandato del primer ministro conservador Boris Johnson--, actualmente tiene solo cuatro diputados en el Parlamento. Pero apuesta a crecer en un electorado hastiado apostando a la "ira y la desesperación" que dice ver en los británicos, ante quienes se presenta como "la última oportunidad" para "encaminar el país".
Desde que se convirtió a mediados del año pasado en líder de Reform UK, Farage, un excomerciante de 61 años, extendió la influencia del partido en una decena de ayuntamientos y busca "profesionalizarlo" alejándolo de personajes más excéntricos por sus comentaros racistas o y su dedicación a los insultos.
Queda ver si el reacomodamiento político del Gobierno laborista puede revertir la popularidad en picada de Starmer y darle aire hasta 2029.
La dimisión de Rayner por violación al código de conducta
La exviceprimera ministra dejó su cargo por cuestionamiento éticos derivados de haber pagado 46.000 euros menos a Hacienda de lo que correspondía por la compra de un departamento, al que consideró como primera vivienda, a pesar de que se trataba de la segunda, lo que requiere una erogación mayor.
Rayner argumentó que se trató de "un error" derivado de no haber consultado a especialistas fiscales sobre la cantidad a pagar en la transacción inmobiliaria y adujo que su vivienda principal esta en un fidecomiso para un hijo con discapacidad. Pero a pesar del debate, el hecho de que ese hijo es menor de edad la deja como propietaria de la vivienda en cuestión y la nueva adquisición tiene el rango de segunda casa.
Así lo determinó un informe del asesor sobre ética ministerial, que consideró que la exministra violó el código de conducta al pagar menos impuestos de los debidos.