“Pedro Sánchez es un diletante, un oportunista, que le pareció que esto era una bandera que le iba bien y se le ha quedado”, afirmó la periodista y escritora española, Pilar Rahola, sobre la posición que ha tomado el presidente del gobierno de España en contra de Israel en la guerra contra el grupo terrorista Hamás en la Franja de Gaza.
La decisión del primer mandatario de condenar al gobierno de Benjamín Netanyahu en el paso de Rafah cuando iban a liberar a la primera tanda de rehenes (esa acción le valió a Sánchez el agradecimiento del grupo terrorista palestino), sus críticas constantes contra Jerusalén, la decisión de que las Cortes Generales reconozcan a Palestina como estado durante este año y la negativa a enviar tropas para sumarse a las fuerzas internacionales en el mar Rojo para combatir a los huties, fueron a contramano de la postura que han tomado las principales potencias europeas respecto al conflicto y la masacre del 7 de octubre.
“[El presidente de Francia, Emmanuel] Macron es un tipo con más nivel, Sánchez no es una estadista. Es un superviviente, con un gran sentido del oportunismo y vio que, por esta vía, recuperaba discurso progresista y se quedó ahí. Es un absoluto irresponsable -señaló Rahola-. No se entera, pero hay países en Europa que dicen: cuidado. Ahí, es cuando Arabia Saudita sostiene: no me salgo de la mesa de los acuerdos de Abraham, porque me está creciendo el monstruo iraní”.
De esta forma, España ha quedado aislada en lo que respecta a su postura frente a la guerra de Gaza, al punto de que es uno de los pocos países que mantiene la ayuda económica a la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), cuando las principales potencias se lo retiraron ante la acusación de que una docena de sus miembros participaron en el pogromo del 7 de octubre en Israel.
“El papel de las cancillerías más importantes y sólidas es muy distinto al de España. En Europa, mandan Alemania y Francia y están donde tienen que estar, Japón y los Estados Unidos igual, Inglaterra está jugando un importante papel, e Italia, con [la presidenta Giorgia] Meloni, se está comportando bien. España, en tanto, hace el paparina, se quedó ahí”, resaltó Rahola en su exposición.
Su postura se ha alejado cada vez más de la de la mayoría de los principales miembros de la OTAN para encolumnarse con las de los países latinoamericanos gobernados por el socialismo, como Venezuela, Colombia, Chile, Nicaragua y Brasil.
“Pedro Sánchez juega a ser líder de lo hispano. Todos los grandes latinoamericanos, excepto [la Argentina de Javier] Milei, están contra Israel. Apunta a ser el europeo que levanta la kefiah (el pañuelo palestino). Todo suma aquí – explicó Rahola -. Con Israel, todo se aprovecha. Sirve para que Sánchez mueva la colita y ser héroe de la patria a pesar de sus líos con el caso Koldo y la amnistía; para que Pablo Iglesias tenga cuatro micrófonos; para que [el presidente de Colombia, Gustavo] Petro se olvide lo loco que está y para que [el presidente de Chile, Gabriel] Boric, que tiene un problema de seguridad, saque una tajada”.
Con esta postura, el presidente del gobierno de España está haciendo suya la posición de la izquierda local e internacional, que se ha manifestado en contra de Israel a lo largo de la historia, desde los tiempos en los que José Stalin, lideraba la Unión Soviética, y que ha convertido la causa palestina en su bandera.
“Podemos tienen que sacar la kefiah porque no tienen nada más. Desde el hundimiento del comunismo, la izquierda se quedó sin ideales ni banderas y la causa palestina ha sustituido al póster del Che Guevara, a todo aquello que le funcionaba. Ahí, tienes a Petro, a Boric, a [el presidente de Nicaragua] Daniel Ortega y, aquí, a todos los locos: los Willy Toledo y los Pablo Iglesias”, subrayó Rahola.
A este clima, se le suma la posición que ha tomado una parte de los medios de comunicación, periodistas e intelectuales españoles, que han incentivado sus miradas negativas contra Israel en cada uno de sus testimonios desde que se desató la masacre del 7 de octubre.
“El periodismo no es confiable. No tenemos expertos en política internacional. Hace veinte o treinta años en esa sección había gente muy leída, informada y viajada. Esto ha desaparecido. Ahora, te lo hace el becario de turno, con fotos de las redes sociales y Wikipedia –afirmó Rahola- Después, tenemos el relato que se ha impuesto a favor de las víctimas que son palestinos y en contra de Israel. Las víctimas israelíes nunca existen, porque son culpables de que los maten. Ir a favor de Israel es incómodo, porque te acusan de genocida y amigo de asesinos. En cambio, si te opones serás solidario, políticamente correcto, no tendrás problemas y nadie te va decir nada”.
La posición del presidente y de España, y la de algunos de sus ministros y ex ministros, sumada a la campaña que se ha generado en algunos medios de comunicación han ayudado al incremento de la animadversión contra los judíos en España luego de la masacre del 7 de octubre, al punto de que el titular de la cartera de Asuntos de la Diáspora israelí, Amichai Chikli, acusó al propio gobierno sanchista de ser “antisemita”.
Este es un fenómeno que también se ha producido en buena parte del mundo, aunque con otros matices.
Según Rahola, “el lugar de toda Europa donde crece más el antisemitismo es Francia”, con más de mil casos mensuales, y en Austria, donde se contabilizan seis eventos al día de este tipo no tipificados.
En tanto, en los Estados Unidos el 71% de las denuncias por delitos de odio son contra los judíos.
Incluso, la Anti Defamation Leage (ADL) de ese país estima que entre el 25 y el 30% de la población mundial es severamente antisemita.
“Aquí, van a empeorar la cosa. Hay un elemento que tiene que ver con ese substrato católico superado y con las posiciones antisemitas radicales de la izquierda, que ahora ha conseguido dominar el relato público y contaminado al Partido Socialista”, – concluyó Rahola en su disertación en Madrid-.
La escritora fue contundente acerca de lo que ocurre en España y en otros países de Europa.
“Hay un clima malo para la comunidad judía, que está escondiendo las kipots. Esto también le pasa a la gente que tiene una opinión como la mía que ha vuelto al armario. Quienes tienen una postura mucho más moderada y tranquila están calladitos porque esto es muy pesado. Los antiisraelíes son muy violentos, al menos dialécticamente. Por eso, si tienes voz, es en estos momentos donde tienes que utilizarla, si no, para qué sirves”.