El productor catalán Josep María Mainat, de 79 años, ha relanzado su imagen con un ambicioso y polémico plan de “retroenvejecimiento” para intentar mantenerse joven y vital hasta edades avanzadas. Su aventura, según distintos medios, habría implicado un desembolso de unos 200.000 euros.
Un plan integral: hormonas, implantes y estilo de vida
Mainat no se ha limitado a retoques superficiales: según sus propias declaraciones y las de los expertos consultados, su programa incluye varios frentes:
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Inyecciones regulares de testosterona y hormona del crecimiento.
Cambios estéticos: renovación de dentadura, prótesis capilar, él mismo explicó que lleva una prótesis de cabello natural que resiste duchas y piscina.
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Pérdida de peso: ha afirmado que ha bajado “15 kilos” en este proceso.
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Estilo de vida saludable: gimnasio diario, musculación tres veces por semana, duchas frías, dieta equilibrada, suplementos nutricionales.
El resultado, es un aspecto “más joven” y “más vital”, un contraste que ha sorprendido a muchos dada su edad.
¿Qué es el “retroenvejecimiento”? Así lo explican los expertos
Durante su aparición en el programa televisivo El tiempo justo, un experto consultado definió el retroenvejecimiento como una apuesta por “rejuvenecer órganos y estado biológico” es decir, no solo ocultar los signos externos del envejecimiento, sino revertirlos a nivel fisiológico.
Según este experto, si alguien comenzara a los 50 años este tipo de plan, “al año siguiente podría tener el cuerpo biológico de un 48”. Pero subrayó que lograr ese efecto exige una constancia extrema: alimentación, ejercicio, suplementación, terapias específicas y descanso.
Para Mainat, el cambio no es puramente estético: él ha defendido que la vejez debe “combatirse” como si fuera una enfermedad, buscando recuperar un equilibrio corporal comparable al de sus 40 años.
Las voces críticas: salud, ética y riesgos médicos
Este plan no ha estado exento de críticas. Algunos profesionales advierten sobre los peligros de usar hormonas como testosterona u hormona de crecimiento fuera de sus indicaciones médicas. Entre los riesgos señalados se incluyen hipertensión, alteraciones metabólicas, aumento del riesgo de cáncer de próstata, problemas hepáticos o descompensaciones hormonales.
Un especialista citado asegura que estos tratamientos solo están autorizados para casos clínicos muy concretos (enanismo, hipogonadismo, talla baja, etc.), y que fuera de esos escenarios su uso puede ser “ilegal” o cuanto menos médico y éticamente cuestionable.
Otros expertos recalcan que hábitos como ejercicio, dieta, descanso y salud mental siguen siendo los pilares más sólidos de la longevidad, mientras terapias extremas como las de Mainat no tienen consenso científico sobre su seguridad o eficacia a largo plazo.
Un debate abierto: longevidad vs. riesgos
El caso de Josep María Mainat se ha convertido en un foco de debate sobre los límites de la medicina antiedad. Mientras algunos ven su transformación como un ejemplo de “biohacking” exitoso, otros lo interpretan como una búsqueda peligrosa de juventud perpetua, con costos económicos y riesgos de salud importantes.
Con recursos y determinación, es posible encarar un cambio físico radical incluso en la edad avanzada, aunque habrá que tener cuidadno con los riesgos que supone y hacerlo siempre con supervisión médica.