En su primer mandato, Trump aplicó sanciones al gobierno de Maduro, considerado ilegítimo, y prácticamente paralizó las operaciones de Chevron en Venezuela. A finales de 2022, Joe Biden autorizó el regreso de la petrolera al país. Con su retorno a la Casa Blanca, Trump revocó esa licencia y luego la restableció bajo nuevas condiciones.
Chevron
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Durante el gobierno de Biden, Chevron producía petróleo en Venezuela y lo vendía por completo en Estados Unidos. Como parte del acuerdo con Maduro, una porción significativa de esos petrodólares se canalizaba en el país a través de la banca venezolana, y esa oferta de divisas ayudaba a contener la devaluación de la moneda.
La nueva licencia otorgada por Trump no es pública, pero distintas fuentes confirman que el esquema establece que Chevron participa en la producción de petróleo y el gobierno de Maduro recibe su pago en barriles. Chevron exporta su parte a Estados Unidos para obtener lo que le corresponde en el trato. La consecuencia es que ya no hay dólares que ingresan al mercado cambiario venezolano y la oferta de divisas se redujo de forma significativa.
Según las cifras entregadas por el gobierno venezolano a la OPEP, en octubre el país produjo 1,1 millones de barriles diarios, de los cuales se estima que una cuarta parte provino de las empresas donde Chevron está asociada con Pdvsa, la petrolera estatal. La compañía estadounidense gestiona la producción y aporta capital de trabajo. En los últimos 12 meses, la producción nacional aumentó 15%, y tres cuartas partes de ese crecimiento se atribuyen a la presencia de Chevron.
No obstante, los obstáculos para vender y cobrar el petróleo siguen siendo significativos. Para evadir las sanciones, el régimen de Maduro comercializa el crudo a través de intermediarios, principalmente hacia China, con un descuento considerable respecto al precio de mercado. Además, debido a las restricciones en el uso de la banca internacional, una parte importante de esas operaciones se liquida en criptomonedas.
Venezuela -petróleo - EFE
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“Hay problemas en el cobro del petróleo. El cambio de la licencia de Chevron ha impactado mucho la disponibilidad de divisas en la banca. Hoy la mayoría del crudo venezolano se está cobrando en criptoactivos”, dijo a Unión Radio Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
Un elemento adicional que ha golpeado la caja del gobierno es que el petróleo se ha debilitado en el mercado internacional. El precio promedio del crudo Merey —el principal producto de la cesta de exportación venezolana— registró un descenso de 14% en los primeros diez meses del año, respecto al mismo período de 2024.
Devaluación acelerada
La menor oferta de dólares, en un contexto de creciente incertidumbre y con un Gobierno que ha optado por financiarse mediante la emisión de dinero, se traduce en una devaluación constante de la moneda. A comienzos de este año, los venezolanos y las empresas pagaban 52 bolívares por dólar en el mercado oficial; hoy necesitan 249 bolívares, y 375 en el mercado paralelo que opera con criptomonedas.
Empresarios consultados explican que la escasez de dólares en el mercado oficial se ha agudizado desde el cambio en la licencia de Chevron. Señalan que el mercado paralelo que funciona con criptomonedas, además de ser complejo para operar, ofrece una disponibilidad insuficiente frente a la creciente demanda. En el contexto actual, marcado por la incertidumbre, todos buscan protegerse a cualquier precio, lo que intensifica la presión sobre la moneda.
La administración Trump considera a Maduro, al igual que una larga lista de países, un presidente ilegítimo que se reeligió mediante un fraude electoral. En paralelo, lo acusa de liderar un cartel narcoterrorista y mantiene un poderoso despliegue militar frente a las costas de Venezuela. Trump incluso sostuvo una conversación telefónica con Maduro, en la que le dio plazo hasta el pasado 28 de noviembre para abandonar el poder, según informó Reuters.
Trump - Maduro - AFP
AFP
La devaluación de la moneda impulsa los precios y acelera la inflación. El Banco Central oculta las cifras oficiales, pero las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) consideran que este año la inflación será de 548% y en 2026 de 628%.
Chevron a la espera
Por ahora, el gobierno de Trump no ha planteado la posibilidad de eliminar nuevamente la licencia a Chevron, lo que sugiere que la compañía seguirá desempeñando su rol actual: ayudar a sostener la producción petrolera, aunque muy lejos de la posición estelar que tuvo en el mercado cambiario venezolano.
Hasta ahora, la empresa ha logrado mantener operaciones en el país bajo distintos esquemas, cultivando al mismo tiempo canales de entendimiento con el gobierno de Maduro y con la Casa Blanca. Esa doble capacidad de adaptación le otorga un margen de maniobra único en un entorno marcado por sanciones y tensiones diplomáticas.
Analistas advierten que, si eventualmente se produjera un cambio político en Caracas, la permanencia de Chevron en el terreno podría convertirse en una ventaja competitiva decisiva. Su presencia le permitiría aprovechar de inmediato un eventual auge de la inversión petrolera, en un escenario de apertura económica.