La caída en desgracia del príncipe Andrés del Reino Unido parece no tener fin. Después de renunciar el viernes a todos sus títulos y honores reales “para no dañar a su familia”, nuevas informaciones apuntan a que el hermano del rey Carlos III habría intentado usar a la Policía Metropolitana de Londres (MET) para investigar y difamar a Virginia Giuffre, la mujer que lo acusó de abuso sexual cuando era menor de edad.
La Policía examina nuevas acusaciones
Según confirmaron fuentes policiales, la MET “está investigando activamente” la posibilidad de que el príncipe recurriera a sus contactos dentro del cuerpo para obtener información privada de Giuffre, quien se suicidó en abril a los 41 años. “Estamos al tanto de las informaciones de los medios de comunicación y estamos investigando activamente las acusaciones realizadas”, señaló la fuerza en un comunicado.
El tabloide Mail on Sunday publicó que en 2011 Andrés habría pedido a un agente de su servicio de protección personal que indagara en el pasado de la estadounidense, proporcionándole su fecha de nacimiento y su número de la seguridad social. También el Sunday Telegraph afirmó que el príncipe intentó “sacar los trapos sucios” de Giuffre para desacreditarla públicamente.
Incluso, según el Mail, Andrés habría informado al entonces subsecretario de prensa de la reina Isabel II de que había solicitado esos datos y que, según le habían dicho, Giuffre tenía antecedentes penales, algo que su familia ha negado categóricamente.
Presión sobre Carlos III y el rechazo de Guillermo
El escándalo estalló apenas horas después de que el duque de York -título al que también renunció- publicara un comunicado manuscrito anunciando su retirada de la vida pública. Sin embargo, varios medios británicos sostienen que Carlos III lo habría obligado a hacerlo, y ahora crecen las voces que reclaman que se le retire incluso el título de príncipe.
Según The Sunday Times, el príncipe Guillermo “no está satisfecho” con la actitud de su tío y considera que debería quedar apartado de todos los actos públicos y familiares, incluida su futura coronación como rey.
Otras figuras, como el historiador Andrew Lownie, autor de Entitled: The Rise and Fall of the House of York, fueron más allá y pidieron su exilio definitivo: “Esto solo se aplacará si abandona el Royal Lodge, se exilia con su exesposa Sarah Ferguson y se le quitan todos los honores, incluido el de príncipe Andrés”.
Una figura tóxica para la monarquía
Desde el acuerdo extrajudicial millonario alcanzado en 2022 con Giuffre -sin admitir responsabilidad alguna-, Andrés ha quedado marginado de la familia real. En 2020 ofreció una desastrosa entrevista en la BBC intentando desvincularse del magnate Jeffrey Epstein y de las acusaciones de abuso sexual, lo que precipitó su aislamiento institucional.
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Aunque Isabel II le retiró todos sus cargos militares y patronazgos, el príncipe continuó aprovechando su estatus para mantener contactos internacionales y presuntamente beneficiarse económicamente de ellos, incluso a través de vínculos con un espía chino, según publicó la prensa británica.
Un libro que reaviva el caso
El escándalo se reavivó con la difusión de fragmentos del libro póstumo de Giuffre, Nobody’s Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice, escrito junto a la periodista Amy Wallace y cuya publicación está prevista para este martes.
En el texto, Giuffre relata encuentros con el príncipe en Londres, Nueva York y la isla privada de Epstein en las Islas Vírgenes, cuando ella era menor y estaba bajo coacción.
Para los observadores de la monarquía, Andrés se ha convertido en el miembro más problemático de los Windsor desde Eduardo VIII, el rey que abdicó en 1936. Su caída no solo marca el final de su vida pública, sino que amenaza con prolongar una crisis que el palacio de Buckingham lleva años intentando contener.