El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) confirmó que la ola de calor ocurrida entre el 3 y el 18 de agosto de 2025 ha sido la más intensa desde que hay registros, con una anomalía térmica de 4,6 °C, superando a la ola de julio de 2022, que había alcanzado los 4,5 °C.
Durante este evento se contabilizaron 16 días consecutivos de temperaturas extremas. Según la AEMET, los primeros 20 días de agosto fueron el período 1-20 de agosto más cálido desde al menos 1961 en España.
Entre los días 8 y 17 de agosto, se registraron diez jornadas seguidas con temperaturas récord, el tramo de diez días más cálido desde 1950, según los datos provisionales publicados por la agencia en la red social X.
Desde 1975 se han registrado 77 olas de calor en la Península y Baleares. De ellas, seis superaron los 4 °C de anomalía, y cinco de esas seis han ocurrido desde el año 2019.
La AEMET explicó que este fenómeno se enmarca dentro de un patrón reciente de aumento térmico. Cinco de los 20 períodos más cálidos en la serie histórica se produjeron durante esta ola, y 15 desde 2022.
Con base en las observaciones y proyecciones hasta el final de agosto, el verano de 2025 se perfila como uno de los dos más cálidos registrados, junto con el de 2022, que aún mantiene el récord histórico.
El calentamiento es sostenido y cada vez más extremo
El informe de la AEMET destaca que, de los cinco agostos más cálidos, cuatro corresponden al período 2022–2025. El restante fue el de 2003, históricamente recordado por su impacto térmico en Europa.
En el análisis estacional, junio y la primera mitad de julio presentaron temperaturas muy por encima de lo normal. En contraste, el final de julio fue más frío, antes del repunte térmico extremo de agosto.
Durante 2025, predominaron los episodios cálidos. Solo marzo fue anormalmente frío y mayo tuvo un comportamiento térmico neutro. El resto de los meses mostraron temperaturas altas, muy altas o extremas.
Con estos antecedentes, la AEMET señala que 2025 es, por ahora, el segundo año más cálido en la serie histórica, solo detrás de 2024. Le siguen muy cerca los años 2023 y 2022, consolidando una secuencia inédita de veranos extremos.
Según los datos de la agencia, la temperatura media en España ha aumentado 1,69 °C desde 1961. Además, se observa un crecimiento en la duración, extensión e intensidad de las olas de calor.
De acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), los veranos previstos hacia mediados del siglo XXI en el Mediterráneo serían unos 2 °C más cálidos que los del período 1981–2020.
La AEMET advierte que los veranos de 2022 y 2025 ya igualan esos niveles futuros, y subraya que “aunque no todos los veranos serán más cálidos que el anterior, la tendencia a la extremización del clima es clara”.
La agencia concluyó que esta evolución climática representa un desafío urgente, y remarcó la necesidad de implementar medidas de adaptación y mitigación frente al cambio climático.