Muere Luana, la leona más veterana del Bioparc Valencia que marcó a su manada
Había llegado al Bioparc en 2010 desde el zoológico de Lisboa, y fue una figura central en la consolidación del grupo de leones de Angola que hoy habita el parque valenciano.
29 de diciembre 2025 - 15:16hs
Luana, la leona más longeva de la manada de Bioparc Valencia, murió a los 20 años como consecuencia del deterioro progresivo de su salud provocado por una enfermedad pancreática.
Su fallecimiento deja un vacío especial en el parque, donde era reconocida tanto por su carácter sereno como por una personalidad inquieta que la acompañó hasta el final.
Llegada al Bioparc en 2010 desde el zoológico de Lisboa, Luana fue una figura central en la consolidación del grupo de leones de Angola que hoy habita el parque valenciano.
Esta subespecie está incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y el conjunto de animales forma parte de un programa internacional orientado a evitar su extinción.
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Desde su llegada, Luana destacó por el vínculo que estableció con el equipo de cuidado animal. Paciente, participativa y sorprendentemente juguetona incluso en su vejez, facilitó durante años los entrenamientos veterinarios que permiten realizar controles y tratamientos sin recurrir a métodos invasivos, una práctica clave en el bienestar de animales geriátricos.
La leona compartía el espacio con el macho Lubango, incorporado posteriormente, y con las hembras Shanga y Tata, nacidas ya en Bioparc Valencia.
Trastorno pancreático
Dentro de la manada, Luana ocupó siempre un rol dominante, marcado más por la calma que por la agresividad.
En los últimos meses, su estado de salud se fue deteriorando a raíz de un trastorno pancreático que impedía la correcta digestión de los alimentos, provocando una desnutrición progresiva.
Pese a los cuidados constantes, el avance de la enfermedad llevó al equipo veterinario a tomar la difícil decisión de aplicar una última sedación, priorizando el bienestar del animal.
La muerte de Luana cierra un capítulo significativo en la historia reciente del Bioparc. Más allá de su edad, deja la imagen de una leona que, con su temple y cercanía, se convirtió en un símbolo silencioso del trabajo de conservación y del vínculo posible entre humanos y animales en entornos de protección.