El presidente de Guyana, Irfaan Ali, proclamó su victoria en las elecciones presidenciales, en las que su partido obtuvo más del doble de los votos de su principal rival. La gran sorpresa fue Azruddin Mohamed, cuyo partido, fundado hace solo tres meses, logró el segundo lugar. En su nuevo mandato, Ali enfrentará el desafío de convertir la creciente riqueza petrolera del pequeño país sudamericano en prosperidad, mientras lidia con uno de los niveles de pobreza más altos de la región y maneja las tensiones con el vecino Venezuela sobre la soberanía de la región de Esequibo, territorio escasamente poblado pero rico en petróleo y minerales.
Con una población de 850.000 habitantes, Guyana, el único país de habla inglesa en América del Sur, tenía 750.000 ciudadanos habilitados para votar en las elecciones generales de este lunes. El Partido Progresista del Pueblo (PPP) de Ali obtuvo 242.451 votos y la mayoría en ocho de los diez distritos del país, según los resultados de la Comisión Electoral (Gecom), difundidos por Reuters.
Los resultados mostraron un cambio en la oposición del país: el recién creado partido We Invest in Nationhood (WIN) quedó en segundo lugar con 109.015 votos y ganó la mayoría en dos distritos. De este modo, la agrupación fundada por el empresario Mohamed desbancó a la larga coalición A Partnership for National Unity (APNU) como la principal oposición del país. En el último conteo, APNU, que estuvo en el poder antes de que Ali asumiera en 2020, obtuvo poco menos de 78.000 votos.
El Gecom aún no publicó los resultados finales oficiales de la votación del lunes y algunos partidos solicitaron un recuento en varios distritos electorales. Los números preliminares ya muestran las tendencias, pero la composición exacta del Parlamento de 65 miembros, que podría dar lugar a una coalición opositora, deberá esperar al anuncio oficial.
El "Trump guyanés" se establece como primera oposición
El histórico bipartidismo de Guyana se rompió en estas elecciones con los sorprendentes resultados obtenidos por el multimillonario empresario Mohamed. El candidato del WIN, apodado el "Trump guyanés", consiguió un importante apoyo popular, especialmente entre las comunidades pobres e indígenas, gracias a su filantropía.
"Nosotros, en el partido WIN, un movimiento de 90 días, hemos sacudido los pilares del establishment político de Guyana", declaró Mohamed tras los comicios.
Azruddin Mohamed, fundador del partido We Invest in Nationhood (WIN), de Guyana. AFP
Azruddin Mohamed, fundador del partido We Invest in Nationhood (WIN), de Guyana.
AFP
El magnate guyanés fue sancionado el año pasado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por evasión fiscal y acusado por el oficialismo de mantener vínculos con Caracas.
En comentarios a la prensa el miércoles, Mohamed celebró el éxito de su nuevo partido, pero alegó irregularidades en la votación. "En los últimos días, hemos tenido numerosos y creíbles informes de grandes irregularidades en la conducción de estas elecciones de 2025", dijo, al acusar al PPP de utilizar recursos del gobierno para la campaña y anunciar que WIN solicitó recuentos.
El opositor de izquierda Aubrey Norton, de la APNU, fue el gran perdedor de los comicios y se sumó al reclamo, solicitando recuentos en tres distritos y advirtiendo que era escéptico de algunos resultados en los tradicionales bastiones de su partido.
Los observadores electorales de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Commonwealth no señalaron que haya habido situaciones importantes de fraude electoral.
Más de la mitad de los guyaneses son pobres
La campaña para estas elecciones estuvo centrada en cómo deberían gastarse las riquezas del auge hidrocarburífero del país. En 2015, el gigante estadounidense ExxonMobil descubrió un yacimiento de petróleo frente a las costas de Guyana que, según se cree, contiene 11.000 millones de barriles. El hallazgo puso al país en el top 20 de naciones con mayores reservas del mundo, superando a Arabia Saudita y Kuwait en el ranking de petróleo per cápita.
Actualmente, Georgetown produce 650.000 barriles de petróleo diarios, y se espera que su producción se duplique para 2030. Gracias al auge petrolero, la economía del país creció un 63% en 2022 y un 43% en 2024, logrando la tasa de crecimiento del PBI más alta de América Latina.
Mientras la riqueza petrolera permitió cuadruplicar en cinco años el presupuesto del Estado, según el informe de 2024 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 58% de los guyaneses todavía vive en la pobreza.
El gobierno de Ali, que asumió el poder en 2020 después de derrotar al entonces presidente David Grangern, canalizó los ingresos del petróleo en la construcción de carreteras, escuelas y hospitales, e hizo que la educación universitaria pública sea gratuita. Sin embargo, los partidos de la oposición denuncian lo que consideran una distribución injusta de los ingresos del petróleo a grupos vinculados al PPP.
Georgetown, Guyana. AFP
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La soberanía de Esequibo en el centro de la campaña
Otro de los ejes principales de esta campaña fue la disputa territorial con Venezuela. Mientras que sobre la distribución de la nueva riqueza petrolera surgieron desacuerdos, en cuanto al conflicto por la soberanía no hubo divisiones: todos los partidos en estas elecciones se comprometieron a defender la soberanía del país frente al intento de avance de Venezuela, que convocó a elecciones en mayo para elegir un gobernador para la región del Esequibo, aunque sin incursiones en la zona.
El conflicto territorial con Venezuela tiene años, pero adquirió nueva relevancia en los últimos tiempos debido a los descubrimientos petroleros en la región. Venezuela reclama desde hace mucho tiempo el Esequibo, una vasta área de 160.000 kilómetros cuadrados que representa dos tercios del territorio de Guyana.
Guyana -elecciones - AFP
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El país considera que las fronteras con Venezuela fueron establecidas en 1899, durante la época colonial británica, mientras que Venezuela sostiene que la verdadera frontera corresponde a la de 1777, de la época de la colonización española.
Desde 1962, Venezuela rechaza la decisión de la Corte Internacional de Justicia que en 1899 adjudicó el Esequibo a Guyana, entonces colonia del Imperio Británico. En 1966, tras la independencia de Guyana, ambos países firmaron el Acuerdo de Ginebra, comprometiéndose a encontrar una solución práctica y mutuamente satisfactoria.
En los últimos años, la tensión entre los dos países creció, y en diciembre de 2023, el presidente Nicolás Maduro convocó un referéndum para consultar a los venezolanos sobre el destino de este territorio. Tras ello, en marzo de 2024, se aprobó la Ley Orgánica para la Defensa de la Guyana Esequiba, con el objetivo de anexar este territorio a Venezuela.
La última escalada del conflicto ocurrió en mayo, cuando Maduro convocó elecciones para elegir, por primera vez, a representantes venezolanos de la región del Esequibo, un territorio sobre el cual, a día de hoy, Caracas no tiene soberanía.
Nicolás Maduro - 10-1-25 - AFP
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Las elecciones se celebraron en medio de una creciente presión por parte de Estados Unidos hacia Venezuela, con un importante despliegue militar estadounidenses en el mar Caribe cerca de territorio venezolano. El gobierno guyanés cuenta con el apoyo de Washington en la disputa histórica con Venezuela. Al momento, hay 200 empresas estadounidenses operando en Guyana. Y no solamente orientadas a la explotación petrolera, sino a diversos servicios derivados.
El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, visitó Guyana en marzo de este año, en lo que fue la tercera visita de un jefe de la diplomacia estadounidense al país en menos de cinco años, tras las realizadas por Mike Pompeo en 2020 y Antony Blinken en 2022. Previamente, nunca antes un secretario de Estado había recorrido la isla.