¿Giro a la derecha en América Latina? El mapa político tras el triunfo de Kast y el fuerte contraste con el de hace 20 años
Tras los triunfos de Kast en Chile y Paz en Bolivia, Latinoamérica entró en un escenario de fragmentación, aunque con un crecimiento de ideologías conservadoras, mientras la izquierda busca afianzarse en países en los que conserva peso. Estados Unidos busca acercarse a gobiernos aliados y debilitar proyectos que ve como amenazas.
Es, a su vez, un mapa bastante diferente al de hace 20 años, cuando se habló de la "marea rosa", una ola de gobiernos de izquierda y progresistas que marcó una época.
Mapa político 2006-2026
En los últimos años, algunos países han registrado giros hacia posiciones conservadoras o de derecha, mientras que otros consolidaron o renovaron proyectos progresistas, y persistieron los regímenes autoritarios y democracias bajo fuerte tensión.
Estados Unidos, en tanto, sigue de cerca estas tendencias, acercándose a aquellos líderes que ve como aliados -o potenciales aliados democráticos- y aumentando sus esfuerzos por debilitar aquellos proyectos que ve como amenazas para la estabilidad regional.
El líder del Partido Republicano—afín a Javier Milei, Jair Bolsonaro y Donald Trump— dejó entrever su línea durante la campaña, con firmes posturas en lo que respecta a inmigración y seguridad, por lo que se anticipa un cambio radical en la agenda del país.
Argentina, por su parte, también forma parte de este listado. Desde diciembre de 2023, el país está gobernado por Javier Milei, de orientación libertaria y discurso antisistema. Su proyecto apunta a desmantelar el modelo económico intervencionista, reducir drásticamente el Estado y realinear la política exterior con la de Estados Unidos y otros países occidentales.
Bolivia es, no obstante, el caso más emblemático de los tres. Tras casi 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, el pasado 8 de noviembre el pueblo boliviano eligió un cambio de la mano de Rodrigo Paz .
Paz, político del Partido Demócrata Cristiano, de centro-derecha, tomó así la posta de Luis Arce, quien a su vez fue detenido días atrás por una investigación de corrupción. Paz se comprometió a restaurar el orden, combatir el narcotráfico y la violencia, y recomponer la economía del país, afectado por una fuerte crisis de combustibles y alta inflación. El nuevo mandatario retomó las relaciones con Estados Unidos y recurrió a organismos internacionales para buscar financiamiento.
Rodrigo Paz y Edman Lara durante su asunción - 8-11-25 - AP
Rodrigo Paz, presidente de Bolivia.
AP
Honduras es otro de los países que cambió de rumbo, aunque aún no se definió quién será su proximo presidente. Las elecciones se celebraron el pasado 30 de noviembre, pero aún no se promulgaron los resultados oficiales.
Si bien el Consejo Nacional Electoral publicó los balances provisorios, que darían como ganador al opositor Nasry "Tito" Asfura, apoyado por Trump, los candidatos han denunciado múltiples intentos de fraude durante todo el proceso de votación y escrutinio e, inclusive, la oficialista Rixi Moncada, de izquierda y quien salió tercera por amplio margen, advirtió que no reconocerá los resultados por haber sido alterados.
Perú, cuyo contexto político es extremadamente delicado, se enfrentó a un nuevo cambio de presidente el pasado octubre. Tras la destitución de Dina Boluarte, José Jerí asumió la conducción del país en medio de una crisis de violencia y criminalidad y se convirtió así en la séptima persona en hacerlo en el corto período de siete años.
Jerí, del partido Somos Perú, se identifica como centroderechista y ha abogado por políticas mixtas, como la promoción de inversión privada con un enfoque social, la mano dura contra la delincuencia y los beneficios a los trabajadores.
Daniel Noboa - EFE
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa
EFE
Ecuador y la capacidad de Daniel Noboa para mantenerse en el cargo es, tal vez, otro de los casos de mayor importancia en Latinoamérica en el último tiempo. En medio de agudas crisis políticas, económicas y de seguridad, Noboa llegó a la presidencia en 2023, y desde entonces no ha dado tregua en sus políticas de mano dura contra el narcoterrorismo y el repunte de la economía.
Este año fue reelecto para un nuevo mandato, aunque se enfrenta a grandes desafíos internos, como el que se vio con el reciente rechazo a la conformación de una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución Nacional, que data de los tiempos del izquierdista Rafael Correa.
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El presidente salvadoreño, Nayib Bukele
Daniela RODRIGUEZ / AFP
El Salvador, por su parte, también continúa bajo el liderazgo de Nayib Bukele, quien logró su reelección en febrero de 2024 en un contexto de fuertes cuestionamientos legales y denuncias por violaciones a los derechos humanos. Su modelo combina cierto autoritarismo, conservadurismo social y una política de seguridad que ha reducido drásticamente los índices de violencia, aunque a costa de restricciones a las libertades civiles.
El Partido Colorado de Paraguay—conservador, nacionalista y tradicionalista—gobierna el país desde 2013 casi ininterrumpidamente, con la excepción de un período, el de Fernando Lugo, del Partido Liberal, en 2008. Así, en las últimas elecciones, en abril de 2023, el PC consolidó su dominio con la victoria de su candidato, Santiago Peña.
Aunque con más tiempo en el poder, el presidente José Raúl Mulino, de Realizando Metas, asumió el máximo cargo Ejecutivo en Panamá en mayo de 2024, tras el escándalo con Ricardo Martinelli, condenado por corrupción, que marcó la política reciente del país. De esta manera, Mulino lleva casi dos años tratando de consolidar un gobierno de perfil conservador, con miras a restablecer el orden político luego de años de escándalos de corrupción.
Casos de izquierda
Pese a estos resonantes avances de la derecha, en Latinoamérica la izquierda aún pisa fuerte. Así se ve con claridad en México, que el 1 de octubre de 2024 fue testigo de la asunción de Claudia Sheinbaum, sucesora del también izquierdista Andrés Manuel López Obrador, y la primera mujer en ocupar el cargo.
Sheinbaum llegó a su primer año de gobierno con buenos índices de aprobación y con un balance complejo: avances en programas sociales y estabilidad económica, pero con cuestionamientos sobre la estrategia de seguridad y la relación con Estados Unidos. También recibió fuertes críticas por la reforma judicial implementada por Morena. "Su triunfo abrumador puso a México en la antesala de la reconstrucción de un partido hegemónico como el del PRI", analizó Guadalupe González González, Investigadora y analista en el Colegio de México (COLMEX), ante El Observador USA.
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Claudia Sheinbaum, presidente de México.
Brasil plantea un escenario algo similar. Su caso da cuenta del retorno del progresismo con Luiz Inácio Lula da Silva, tras el gobierno de ultraderecha de JairBolsonaro. En este tercer mandato, Lula impulsa una agenda social basada en los pilares del Partido de los Trabajadores y, pese a que se plantó ante Trump por la guerra comercial, adoptó un enfoque pragmático al negociar con el presidente estadounidense una baja de aranceles.
Colombia también se ubica dentro (o incluso a la izquierda) de este bloque latinoamericano. Gustavo Petro, presidente desde 2022, llegó al poder tras décadas de gobiernos de derecha, con el último siendo el de Iván Duque, del Centro Democrático.
Uruguay, en tanto, eligió también el regreso de la izquierda. Desde el 1 de marzo, el país está bajo el liderazgo de Yamandú Orsi, del Frente Amplio, considerado el delfín de Pepe Mujica. Con él, la coalición de izquierdas logró volver al gobierno tras la presidencia de Luis Lacalle Pou, quien interrumpió 15 años de mandatos del Frente Amplio.
En el centro
En Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo, quien asumió la presidencia en enero de 2024 tras un complejo proceso de transición, se ubica del lado de la centro-izquierda, aunque el eje de sus políticas está principalmente en revertir las tendencias autoritarias del gobierno de Alejandro Giammattei, fortalecer el Estado de derecho, modernizar al país y combatir la corrupción.
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Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
AFP
En República Dominicana, Luis Abinader transita su segundo mandato con una orientación socialdemócrata moderada, combinando estabilidad macroeconómica con una política exterior pragmática y vínculos estrechos con Estados Unidos, mientras que Costa Rica, gobernada desde 2022 por Rodrigo Chaves, mantiene un perfil híbrido, con políticas económicas liberales y un discurso crítico del establishment, aunque dentro de los márgenes democráticos tradicionales del país.
Tres dictaduras
Venezuela, Cuba y Nicaragua se mantienen como los tres regímenes dictatoriales de Latinoamérica. Cuba, bajo la conducción de Miguel Díaz-Canel, es ya la de mayor duración en la región, con una línea de sucesión que comenzó con Fidel Castro y siguió con su hermano, Raúl, todos del Partido Comunista, el único legal en la isla.
Miguel Díaz-Canel Presidente de Cuba - foto de AFP.jpeg
Miguel Díaz-Canel asumió el poder en Cuba tras el gobierno de los hermanos Castro
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En Venezuela, Maduro reafirmó su deriva autoritaria después de las elecciones de julio de 2024, en la que fue proclamado oficialmente ganador pese a no mostrar las actas electorales, en medio de evidencias de fraude. Para la oposición, el triunfo fue de Edmundo González Urrutia, quien sí mostró las actas correspondientes y se encuentra en el exilio.
Nicaragua, por su parte, se mantiene también bajo la dictadura del binomio Daniel Ortega-Rosario Murillo, quienes cada vez buscan concentrar más poder. Desde 2007, las reformas constitucionales han sido casi una norma, con las de 2025 siendo de las más importantes por eliminar la división de poderes, ampliar a seis años el mandato presidencial y crear la figura de “copresidente” para Murillo, cediéndole mayor control del país.
El panorama para 2026 y la comparación con 2006
Teniendo en cuenta este esquema, será clave seguir el calendario electoral de 2026, especialmente en aquellas naciones que votarán un cambio a nivel Ejecutivo: Costa Rica, el 1de febrero; Perú, el 12 de abril;Colombia, el 31 de mayo; Brasil, el 4 de octubre; y Nicaragua, en noviembre, aunque las recientes reformas a la Constitución podrían aplazar la elección hasta 2027.
Mapa político 2026
La situación en la región podría reconfigurarse a partir de estas elecciones, pero de cualquier forma dista de la que se registraba en 2006, cuando había varios gobiernos de izquierda.
En Argentina, por ejemplo, gobernaba Néstor Kirchner, del Frente para la Victoria, en un delicado contexto de recuperacióneconómica tras la crisis de 2001. Kirchner tomó la posta de Eduardo Duhalde y fue luego sucedido en dos oportunidades por su esposa, Cristina Fernández, quien impuso con mayor firmeza la agenda izquierdista del partido.
Cristina Kirchner. AP
Cristina Kirchner, expresidenta de Argentina
AP
Sus gestiones se dieron en un marco de profunda corrupción y críticas por alineamientos con figuras como Evo Morales y HugoChávez.
En 2006, Chile vivió el primer año de mandato de Michelle Bachelet, que marcó un hito al convertirla en la primera mujer en conducir el país. Bachelet, de izquierda, logró imponerse a Sebastián Piñera y llevó adelante una serie de reformas en educación, impuestos e, inclusive, de la Constitución Nacional, no sin enfrentar tensiones sociales y protestas estudiantiles.
Uruguay, por su parte, estaba desde hace un año gobernado por Tabaré Vázquez. Con su triunfo, el país tuvo por primera vez en su historia democrática un gobierno de izquierda, que llevó adelante un programa de lucha contra la pobreza y se centró en la recuperación económica, fortaleciendo relaciones internacionales y atrayendo inversión.
En Brasil, al igual que ahora, gobernaba Lula da Silva, quien había asumido su primer mandato en 2003 y fue reelegido ese mismo año para un segundo. En línea con los pilares de su partido, el PT, Lula impulsó una agenda con políticas sociales con las que buscó reducir la pobreza y transformar a Brasil en un actor internacional más relevante.
Presidente de Brasil, Lula da Silva. AFP
Presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.
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Pese a sus logros, las profundas divisiones sociales y la desigualdad fueron dos factores que tuvieron gran peso y representaron los principales desafíos durante sus gestiones.
En Bolivia, en cambio, 2006 representó un quiebre y el inicio de una nueva era política: la que, de la mano de Evo Morales, plantóal MAS durante casi dos décadas en el gobierno.
Morales llegó al Ejecutivo como el primer presidente indígena, lo que creó gran ilusión en la sociedad –en gran parte representada por este sector. De hecho, muchas de sus promesas estaban dirigidas a ellos, con una agenda de lucha contra la pobreza y la discriminación.
Sin embargo, en la práctica sus mandatos se vieron teñidos por autoritarismo, escándalos de corrupción, denuncias de persecución y censura, vínculos con el narcotráfico.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro; el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel; y el entonces presidente boliviano, Evo Morales. AFP
Nicolás Maduro junto a Díaz-Canel y Morales.
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En 2006, Ecuador eligió como presidente a Rafael Correa, quien llegó a la presidencia bajo el partido Revolución Ciudadana, con la misma promesa que Morales: convocar una Constituyente que reformara la Carta Magna e implementar cambios profundos en el país.
Pese a este triunfo, el economista de izquierda fue fuertemente cuestionado durante su década al frente de Ecuador por la fuerte centralización del poder que llevó adelante, debilitando los contrapesos democráticos como la Asamblea Nacional y el Poder Judicial, implementando enmiendas constitucionales consideradas por muchos como excesivas, sus falencias a la hora de responder a la crisis económica, la persecución y censura, y las denuncias de corrupción.
