La nueva geopolítica de Trump: por qué el gobierno de EEUU muestra su favoritismo en elecciones de otros países
Trump mostró su favoritismo en las elecciones de varios países este año, utilizando diversas estrategias que van desde el apoyo en redes sociales a sus aliados hasta la ayuda económica directa. En este accionar se conjugan tanto la estrategia geopolítica como la personalidad del líder, consideró el analista Juan Negri en diálogo con El Observador USA.
En el panorama internacional, las elecciones celebradas este año captaron la atención de un actor de gran poder: Donald Trump.El presidente de Estados Unidos se involucró abiertamente en los procesos electorales de diferentes países, alentando por redes sociales a los ciudadanos a votar por sus aliados, amenazando con retirar la inversión estadounidense o, incluso, interviniendo de forma directa en la economía de naciones con instrumentos como un swap.
La última elección en la que el presidente declaró abiertamente sus preferencias fue en Honduras. Trump respaldó en Truth Social al candidato de derecha Nasry Asfura, calificándolo como "el único verdadero amigo de la libertad" y un aliado esencial para "combatir a los narcocomunistas" de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Un día después, escaló la presión indultando al ex presidente Juan Orlando Hernández, del mismo partido que Asfura, y amenazando con un recorte de la ayuda al país centroamericano si su candidato perdía las presidenciales.
Para definir las acciones que el presidente Trump está tomando con respecto a las elecciones de países extranjeros, el analista internacional Juan Negri destacó que hay que prestar especial atención a la terminología. "En muchos casos lo que hace Trump es escribir redes sociales una opinión, muchas veces personal, y deja que el resto se ocupe de las posibles interpretaciones sobre lo que quiso decir y lo que va a hacer. En esos casos, ¿hablamos de intervención, injerencia o influencia? A mi no me queda claro", sostuvo Negri en diálogo con El Observador USA.
"El caso de Argentina es diferente porque la ayuda económica que otorgó Trump condicionó la elección, ahí es un poco más directo. Pero me parece interesante ver la línea que hay entre una injerencia de un país en el proceso electoral o simplemente una opinión", apuntó.
Candidatos MAGA en Latinoamérica
Donald Trump y Jair Bolsonaro.jpg
Para Negri, un fenómeno destacado en las recientes elecciones latinoamericanas es la aparición de "candidatos MAGA" en casi todos los países, muchos de los cuales declaran abiertamente sentirse identificados con los lineamientos político-ideológicos de Donald Trump. Como Milei en Argentina, Bolsonaroen Brasil, José Antonio Kast en Chile y Nayib Bukele en El Salvador.
Los perfiles de estos líderes son diversos: mientras Milei está a favor del libre mercado, Kast es un conservador tradicional y Bukele se enfoca en la agenda de seguridad. En ese sentido, Negri opinó que los puntos de contacto son escasos, limitándose principalmente al "anti-wokismo y a una reacción hacia los movimientos progresistas de la década anterior".
"Esto habla no solamente de la influencia que está teniendo Trump, sino también del clima ideológico, donde el presidente de EEUU logró convertirse en el líder simbólico de un cambio ideológico profundo", afirmó Negri.
El analista subrayó que, si bien la histórica influencia de EEUU en Centroamérica no es novedad, este giro es notorio en países grandes que históricamente intentaron mantener una autonomía de Washington.
Atención a la región
En este segundo mandato, Trump mostró una especial atención a Amérca Latina que quedó claramente evidenciada en la nueva estrategia de seguridad nacional presentada el viernes. Este renovado enfoque contrasta con el relativo desinterés por la región que mostraron los gobiernos anteriores de EEUU en lo que va de siglo. Un ejemplo claro de este giro es la elección del secretario de Estado, Marco Rubio, un político que históricamente ha estado atento a la región y que es el primer funcionario de origen latino en ocupar dicho cargo.
Marco Rubio en el Senado. AP.webp
"Estamos apoyando a muchos países de Sudamérica. Nos centramos mucho en la región y estamos consiguiendo un gran control en muchos sentidos", declaró Trump a la prensa después del triunfo electoral de Milei.
Este foco en la región tiene dos grandes explicaciones para Negri: "Por un lado, está la necesidad de contener el ascenso de China, en una región considerada históricamente por EEUU como su patio trasero. Trump ejerce una política exterior parecida a la del país a finales del siglo XIX. Estados Unidos piensa que se equivocó con África, que dejó que China penetre el continente y se quede con los recursos naturales y no quiere que le pase lo mismo en América Latina", sostuvo.
"En este sentido, el caso de Argentina puede funcionar como un ejemplo para los otros países, un 'mirá lo que pasa si estás de mi lado'", dijo.
Xi Jinping con Boric, Lula y Petro (2) - AFP.jpg
Xi Jinping con Boric, Petro y Lula en el Foro China-Celac
AFP
El segundo elemento, para el especialista, tiene que ver con "el ego de Trump", ya que es un líder que juega mucho en lo personal, "le gusta ser admirado y le gusta que se lo digan".
"El ejemplo de Brasil es claro. Trump cree que a Bolsonaro se lo está encarcelando injustamente, entonces le pone aranceles a Brasil. Los aranceles son una política de un país, pero Trump las pone porque cree que Bolsonaro es su amigo. O sea, es una mezcla de lo personal con lo institucional", explicó.
Esta política exterior generó tensiones para Trump, tanto dentro del núcleo duro de sus seguidores de la facción America First como con la oposición. Además, medidas concretas como el swap con Argentina provocaron el rechazo de grupos de interés específicos, como los granjeros estadounidenses.
"El préstamo a Argentina es una ayuda de Trump, no es una ayuda de Estados Unidos. Esto abre un signo de interrogación sobre la continuidad de estas decisiones, reforzando la idea de que la ayuda a Argentina es más una política personal de Trump que una política de Estado o incluso del Partido Republicano. Si Trump se retira en 2029, es probable que esta ayuda se suspenda", dijo Negri.
Nicolás Maduro 1-12-25 - AFP
AFP
Qué sucede con Venezuela
El despliegue militar en el sur del Caribe y una serie de bombardeos frente a las costas de Venezuela y Colombia contra embarcaciones que supuestamente transportaban drogas, fue otro de los elementos que llamó la atención en la actuación de EEUU en Latinoamérica. "El despliegue militar en el mar Caribe es notable, siendo el más grande en la región desde la invasión de Panamá en 1989", dijo Negri.
En el caso de Venezuela, sin elecciones a la vista, Trump sugirió abiertamente el uso del poder militar estadounidense para remover a Nicolás Maduro.
"Cuando Trump asumió, existía la expectativa de que su enfoque estratégico hacia Venezuela se centraría en el pragmatismo, siguiendo el principio de business is business que predominó en su primer mandato y que permitió a la petrolera Chevron mantener sus operaciones en el país. Sin embargo, la situación cambió: Estados Unidos hoy depende menos del petróleo venezolano de lo que se cree, lo que le permite subir la apuesta diplomática y militar", explicó el analista.
Donald Trump con el pulgar arriba. AFP
El especialista señaló que, a pesar de la retórica amenazante del presidente Trump, una intervención terrestre en Venezuela no parece ser una opción viable. Negri argumentó que invadir el país sería un "desastre logístico y político" para Estados Unidos. "El régimen chavista creó múltiples fuerzas militares armadas del círculo bolivariano para controlarse entre sí, lo que desataría una guerra civil si la cúpula fuera descabezada. EEUU ya conoce las consecuencias de meterse en conflictos como los de Afganistán o Irak, donde la invasión inicial es lo más fácil, pero la estabilización posterior es un desastre", dijo.
En este contexto, la acción de Trump se interpreta como un "efecto de demostración" para "domesticar a Venezuela" y enviar un mensaje claro a sus rivales históricos como Irán y China. Según Negri, esta subida de tono "allana el camino para medidas más duras, pero no militares, como sanciones, boicots o embargos más severos". Aunque todavía queda la duda de si está jugando fuerte por un cambio de régimen en Venezuela, forzando el exilio de Maduro.
El presidente de Polinia, Karon Nawrocki. AP
Ojos en Europa
Más allá de Latinoamérica, Trump también demostró interés en Europa. Su jefa de seguridad nacional, Kristi Noem, respaldó abiertamente a Karol Nawrocki, el candidato conservador a la presidencia de Polonia, quien posteriormente resultó ganador. De la misma forma, apoyo en Rumania a George Simion, quien perdió sorpresivamente ante Nicuor Dan, después de que una votación anterior fuera anulada por una supuesta injerencia rusa.
Para el analista, el telón de fondo estructural parece tener dos componentes principales. El primero es el interés de Estados Unidos por desmantelar el sistema de seguridad europeo post-Guerra Fría, específicamente el esquema de la OTAN. Este sistema, heredado de la Segunda Guerra Mundial, implica que EEUU financia la seguridad europea, algo que para Trump es innecesario, ya que Europa no posee la importancia estratégica que tenía en 1960.
El segundo componente es aislar a China, "el rival hegemónico de EEUU en este mundo bipolar". La estrategia de Trump buscaría debilitar las alianzas de Pekín. En este sentido, "la aproximación al conflicto ucraniano se interpreta como una intención de ser más 'concesivo' con Rusia para acercar a Rusia a la esfera de EEUU y, consecuentemente, alejarla de China", dijo Negri.