Frente a una economía que camina hacia una crisis de mayor gravedad, Nicolás Maduro busca el respaldo financiero de China, la potencia que lo reconoció de inmediato como presidente, a pesar de las evidencias de fraude electoral en las controvertidas elecciones de julio de 2024. Aunque Venezuela y el gigante asiático mantienen una “asociación estratégica a toda prueba y todo tiempo”, en los últimos años Pekín ha centrado su apoyo en lo político, limitando el crédito y las nuevas inversiones en petróleo.
Delcy Rodríguez afirmó en un diálogo con Maduro, transmitido por la televisión del Estado, que “tuvimos reuniones con empresas públicas y privadas en materia energética, la primera de ellas China National Petroleum Corporation (CNPC) socio de Venezuela, donde vimos nuevos proyectos para avanzar en materia de petróleo y de gas, nuevas inversiones vendrán de China para desarrollar campo y la reserva estratégica de Venezuela”.
De concretarse, esto representaría un giro en la postura de CNPC, que hasta ahora se ha mostrado cauta en los proyectos en los que está asociada con Pdvsa, la empresa petrolera estatal venezolana. Estas asociaciones contribuyen con el 11% de la producción total de petróleo de Venezuela, una proporción considerablemente menor al 25% que aporta Chevron, la multinacional estadounidense.
El descuento en el precio
Otro aspecto clave para el régimen es persuadir a China de que compre petróleo a precio de mercado. Desde 2019, cuando Estados Unidos sancionó a Venezuela por considerar ilegítima la primera reelección de Maduro, Pekín adquiere el petróleo evadiendo las sanciones a través de intermediarios, pero con un descuento de hasta 40% en el precio del barril.
China recibe alrededor de 400 mil barriles diarios, la mitad de las exportaciones venezolanas, destinados a abastecer la refinería Jieyang, ubicada en la provincia de Guangdong una de las más pobladas del país.
En marzo de este año Donald Trump endureció las sanciones al régimen de Maduro y anunció un arancel del 25% a los productos provenientes de países que compren petróleo venezolano. Un desafío abierto a esta medida por parte de la red de refinerías estatales de China o por parte de CNPC podría intensificar la guerra comercial con Estados Unidos.
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La actual vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien acaba de regresar de un viaje por China, junto a Nicolás Maduro.
Fuentes señalan que la opción más probable es que China continúe como hasta ahora, comprando el petróleo venezolano a través de intermediarios y beneficiándose del descuento en el precio del barril, como lo hace con Rusia e Irán.
No obstante, Delcy Rodríguez en su diálogo con Nicolás Maduro insinuó la existencia de pactos confidenciales: “Hay una agenda reservada que no podemos mencionar, pero que usted conoce. Estamos extremadamente felices con los resultados de esta gira”, dijo la vicepresidenta.
La deuda con Pekín
La relación financiera entre China y el chavismo se cimentó en el sector petrolero. Como principal consumidor mundial, China otorgó generosos créditos a Venezuela, un país con vastas reservas que se comprometió a pagarle con el envío de barriles de petróleo.
Según la Base de Datos de Financiación China-América Latina entre 2007-2015 Venezuela recibió créditos por 59 mil millones de dólares, un monto que superó lo recibido por Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia en conjunto. Luego, entre 2015-2018, hubo financiamiento en menor escala.
El dinero se dilapidó y no fue utilizado para aumentar la producción petrolera, que cayó drásticamente, diversificar las exportaciones o mejorar la infraestructura. Actualmente Venezuela paga la deuda con parte del petróleo que envía a China. Se estima que aún debe alrededor de 15 mil millones de dólares.
En 2023, el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, Zheng Shanjie, declaró que “en los últimos años, a través de la cooperación amistosa, se ha reajustado el reembolso, aliviando la carga de pago de Venezuela”.
El fin de las licencias
Como parte del endurecimiento de las sanciones, Washington revocó las licencias que permitían a Chevron, la multinacional estadounidense, y a empresas europeas como Repsol, ENI y Maurel & Prom, producir y exportar petróleo desde Venezuela. El plazo para cesar las operaciones vence el 27 de mayo.
El impacto más significativo recae en Chevron. Según la consultora Síntesis Financiera, la empresa aporta el 30% de las divisas en el mercado oficial y se calcula que produce una cuarta parte de los 900 mil barriles diarios de petróleo que genera Venezuela.
El fin de las licencias obligará a Pdvsa a asumir el control de los campos petroleros. Sin embargo, debido a su ineficiencia y limitada capacidad de inversión, los expertos anticipan una caída gradual en la producción. Además, los barriles que actualmente se venden a precio de mercado deberán comercializarse mediante intermediarios para sortear las sanciones, lo que implicará un descuento en el precio.
El soporte de China
Carlos Piña, politólogo especializado en las relaciones entre China y América Latina, señala que la guerra comercial iniciada por Donald Trump, con la imposición de aranceles a numerosos países, especialmente a China, ha llevado a Pekín a adoptar una política de confrontación frente a Estados Unidos.
https://www.bbc.com/mundo/articles/cly642ezvvqo
Estados Unidos es uno de los mayores importadores de crudo de Venezuela y el gobierno de Trump ha permitido que la compañía Chevron siga operando allí.
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“Venezuela se convertirá en un escenario en el cual China va a tomar medidas para frenar las amenazas de bloqueo económico por parte de Trump hacia aquellos países que no comulgan con sus políticas e intereses. Nicolás Maduro sabe esto y aprovechará la ayuda que le provea China para mantener a flote la industria petrolera del país”, dice Carlos Piña.
Agrega que “China utilizará el ejemplo de Venezuela para hacer una demostración de fuerza frente a Estados Unidos y su intento de bloquear a economías que se muestren favorables a mantener una relación de cooperación amplia con Pekín”.
Desde su perspectiva, la cooperación en materia petrolera plantea tres escenarios. Uno de ellos es que China se comprometa a adquirir el petróleo que Chevron produce en Venezuela y exporta a Estados Unidos. Además está sobre la mesa la posibilidad de que “China aumente las inversiones directas en las asociaciones que tiene con Pdvsa en Venezuela”.
Carlos Piña añade que no es descartable que “China se plantee, previa negociación de un esquema que le sea favorable, realizar nuevos préstamos y operaciones de financiamiento destinadas al incremento de la producción de crudo venezolano”.
https://www.bbc.com/mundo/articles/cewlv9xx0evo
Xi Jinping y Nicolás Maduro en una imagen de 2014.
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La economía en crisis
El salvavidas de China tendrá que llegar cuanto antes en vista de que la economía venezolana se dirige a un escenario de recesión y elevada inflación. Ante la perspectiva de un menor ingreso de dólares y el ínfimo nivel de las reservas del Banco Central, el Gobierno disminuyó la oferta de divisas en momentos en que la incertidumbre ha disparado la demanda. La consecuencia es una devaluación de la moneda que encarece las importaciones, nubla las expectativas e impulsa los precios.
El Banco Central oculta las cifras pero el Observatorio Venezolano de Finanzas señala que en el primer trimestre de este año la inflación acumula un salto de 36,1% en un país donde los trabajadores reciben los salarios más bajos de la región.
El Instituto de Investigaciones económicas de la Universidad Católica Andrés Bello pronostica que este año la economía caerá 2,2% y el Fondo Monetario Internacional predice un declive de 4%.