Ken Salazar, hombre de confianza de Joe Biden, dejó la embajada de Estados Unidos en México con una importante distancia con el gobierno de Claudia Sheinbaum. El diplomático, que comenzó siendo uno de los más cercanos al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), terminó su gestión de tres años con un vínculo más frío, luego de intensos cruces sobre la reforma energética, la reforma judicial y la detención del capo narco Ismael “El Mayo” Zambada.
México, el mayor socio comercial de Estados Unidos por delante de China, cuenta con medio centenar de consulados en territorio de su vecino, en la que es considerada la mayor red diplomática del mundo. Por su parte, la delegación estadounidense en México emplea a unas 3.300 personas, acaba de abrir una nueva embajada y cuenta con una red de nueve consulados.
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La llegada a la embajada y la amistad con AMLO
Inmediatamente luego de su arribo a México en 2021, el ex senador demócrata manifestó su intención de trabajar por la prosperidad de ambos países y rápidamente se hizo cercano a AMLO. En ese entonces, una o dos veces al mes, el embajador visitaba el Palacio Nacional para trabajar temas de la agenda bilateral con el presidente.
Ese nivel de cercanía llegó a causar cierta incomodidad en la propia administración de Biden, al advertir que se podían poner en riesgo los intereses del gobierno de EEUU. “Al interior del gobierno hay una preocupación creciente de que, en el proceso de acercamiento, el embajador haya arriesgado los intereses estadounidenses y no haya usado la relación para avanzar las políticas cuando Biden más lo necesita", reportó The New York Times en julio de 2022.
Salazar tenía encargado "evitar conflictos con un líder mexicano volátil que tiene el poder de afectar el futuro político de Biden al negarse a contener la migración". Pero el embajador no sólo acudía a Palacio Nacional a los encuentros con López Obrador, sino que además era frecuente invitado del entonces presidente a celebraciones, festividades, inauguración de obras y algunos eventos.
La distancia, entre críticas y desconfianza
La cercanía no duró mucho tiempo. Con el paso de los meses, los fuertes desencuentros comenzaron a mostrar la distancia entre la embajada y el gobierno. Las críticas de Salazar sobre las decisiones de la administración morenista en temas claves como la reforma energética, la reforma judicial y la detención de “El Mayo” Zambada trazaron la división entre ambos.
''Creo, en mi opinión, que el debate sobre la elección directa de jueces, así como la política feroz si se aprueban las elecciones de jueces en el 2025 y 2027, amenazan la relación histórica comercial que hemos construido", dijo Salazar el 22 de agosto pasado, al sugerir que estaba en riesgo la relación bilateral entre los países.
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El embajador Ken Salazar tuvo una relación cercana con AMLO al principio de su gestión
Esas diferencias causaron que el gobierno de México enviara una nota diplomática a EEUU para manifestar su desacuerdo con los dichos de Salazar, como sucedió con las críticas del político demócrata a la iniciativa de reforma energética, que provocaron que López Obrador pusiera una "pausa a la relación" con el embajador.
“La relación continúa, pero ojalá haya de parte de ellos una ratificación de que van a ser respetuosos de la independencia de México, de la soberanía de nuestro país. Mientras no haya eso y sigan con esa política, hay pausa con la embajada”, sostuvo.
Uno de los capítulos que acentuó las diferencias fue el operativo mediante el cual esa nación realizó una de las capturas más importantes para el gobierno de Biden: la de Ismael "El Mayo" Zambada, uno de los principales líderes del Cártel de Sinaloa.
Mientras en el discurso se hablaba de cooperación y colaboración, en los hechos prevaleció la desconfianza. Luego de la detención, México pidió un reporte con los detalles de "El Mayo", primero en voz de López Obrador y luego de Sheinbaum. Sin embargo, a casi seis meses de la detención, la petición sigue sin respuesta.
El tenso vínculo con Sheinbaum
Con la llegada del nuevo gobierno en octubre la relación no pareció cambiar, al contrario, la distancia se amplió. Días después de asumir como presidenta, Sheinbaum informó que se mantendría la comunicación con Salazar, pero no de forma directa, sino a través del secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.
“A veces el embajador acostumbra llamar a un secretario, otro secretario, otro secretario. Entonces ahora le dijimos: 'Bueno, si quiere tocar algún tema relacionado con Secretaría de Energía porque hay empresarios estadounidenses interesados en invertir y quieren saber la disponibilidad, pues a través de la Cancillería'”, dijo la presidenta el 11 de octubre.
En medio de la tensa relación, con los resultados de las elecciones de noviembre ya conocidos y sabiendo que no habría continuidad del Partido Demócrata, Salazar hizo una de las movidas más fuertes y criticó al gobierno mexicano su estrategia de seguridad.
“La estrategia de ‘abrazos, no balazos’ no funciona”, "La austeridad republicana puede dejar la seguridad peor de lo que está”, “México no es seguro”, “El pueblo de México no debe vivir con miedo”, fueron algunas de las frases con las que el estadounidense criticó los resultados del oficialismo mexicano.
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Claudia Sheinbaum en su conferencia de prensa diaria
ALFREDO ESTRELLA / AFP
"A él no le correspondía estar opinando"
Este martes, luego de que Salazar dejara México, la presidenta recordó en su conferencia de prensa diaria que entre México y Estados Unidos existe una relación bilateral que incluye temas económicos, de migración, seguridad, cultura y amistad, sin embargo, consideró que hay temas que solo le corresponden al gobierno mexicano.
“Hay muchísimos temas, pero a él no le correspondía estar opinando sobre el tema de la reforma al Poder Judicial como lo hicieron otros embajadores en su momento. Incluso Canadá lo hizo y después ya no, entonces ahí pues evidentemente no hubo un acuerdo”, comentó.
Sobre la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, Sheinbaum indicó: “Nunca quedó claro y no ha quedado claro cuál fue la participación de Estados Unidos, porque más allá de la persona, el tema central es cómo fue que lo detuvieron y hasta dónde llegó la injerencia de Estados Unidos en México”.
“Si nosotros tenemos algo que proteger es que somos un país independiente y soberano, entonces es importante que ese tema se aclare y que a partir de ahí pues sí hubo un alejamiento con el embajador, no de las relaciones. Es lo mismo que con España”, comentó.