La relación entre Colombia y Estados Unidos, considerada durante décadas como la alianza más sólida en América Latina, atraviesa una crisis sin precedentes. El presidente Donald Trump anunció la suspensión de la cooperación antidrogas y la imposición de aranceles a las exportaciones colombianas, medidas que ponen en jaque el eje comercial y de seguridad que sostiene el vínculo bilateral desde que en los años noventa surgió el Plan Colombia.
El giro de Washington amenaza con imponer aranceles a un volumen significativo de las exportaciones colombianas. Según cifras oficiales, durante los primeros ocho meses del año, el 30% de las ventas al exterior se dirigieron al mercado estadounidense, con una canasta dominada por café, flores, frutas, textiles y pescados. Lo previsible es que el petróleo y los combustibles sigan exentos.
Actualmente, los importadores de productos colombianos en Estados Unidos pagan un arancel, o impuesto en aduanas, del 10%. Con el aumento, esta tasa se incrementaría y parte del impacto se trasladaría al precio final, restando competitividad a los productos colombianos y afectando las ventas de los exportadores. El temblor se sentiría en el empleo. De acuerdo con la Cámara de Comercio Colombo Americana, cinco millones de empleos directos dependen de este vínculo comercial.
Floricola colombiana Phytotec, exportadora de flores a EEUU. AP
Floricola colombiana Phytotec, exportadora de flores a EEUU.
AP
“La gran mayoría de los empleos en riesgo están relacionados con el sector agrícola, particularmente el caficultor, que involucra a más de 453 mil familias y representa el 40% de las exportaciones hacia Estados Unidos”, dijo María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio a Blu Radio.
Aunque el porcentaje aún no ha sido definido, la Cámara advierte que si se aplican tasas similares a las impuestas recientemente a Brasil (50%) o Europa (15%), Colombia enfrentaría una pérdida de competitividad significativa en el mercado estadounidense.
El anuncio sobre la imposición de aranceles fue anticipado por el senador estadounidense Lindsey Graham, uno de los aliados más cercanos a Trump, a través de su cuenta de X. Poco después, el propio Trump ratificó la medida al declarar: “Leí la declaración del senador Graham y es correcta. Sí, estuve con él hoy”.
Gustavo Petro en Nueva York - 26-9-25 - AFP
Gustavo Petro habló con un megáfono frente a la sede de la ONU en Nueva York
AFP
El presidente de la Asociación de Industriales de Colombia, Bruce MacMaster, le contestó al senador Graham en X afirmando que “la idea de golpear la economía del país no parece estratégicamente correcta. Si se reduce el flujo del comercio internacional entre los dos países, el único efecto significativo será el impacto en la economía real y, por lo tanto, en la clase económica y el empleo en nuestro país”.
Nuevo episodio
La actual crisis entre Colombia y Estados Unidos se inscribe en una escalada de tensiones. El primer anuncio de aranceles llegó tras la orden de Petro de devolver un avión con deportados, y fue seguido por la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas. En paralelo, el presidente colombiano ha cuestionado el despliegue militar de Washington en el Caribe, ha calificado a Trump como “cómplice de un genocidio” en Gaza y ha instado a los militares estadounidenses a desobedecer sus órdenes.
El nuevo episodio se desencadenó luego de que Petro acusara a Estados Unidos de asesinar a un ciudadano colombiano en una operación militar en el Caribe en la que fuerzas estadounidenses destruyeron una lancha supuestamente cargada de drogas.
En respuesta, Trump anunció la suspensión de “subsidios y pagos” a Colombia, calificó a Petro como “líder del narcotráfico” y advirtió que, si no se erradican los cultivos ilícitos, su gobierno “los cerrará por él” y “no de forma amable”. Además, dejó en suspenso la relación comercial al anticipar la imposición de aranceles, sin precisar la tasa.
La cooperación
Washington destina cada año cerca de 450 millones de dólares a los programas de cooperación con Colombia, enfocados principalmente en el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y los cuerpos de inteligencia que enfrentan a grupos narcoguerrilleros como las disidencias de las FARC y el ELN.
A comienzos de los 2000, Colombia, acorralada por el narcotráfico y los grupos armados, comenzaba a mostrar signos de colapso institucional. El Plan Colombia, impulsado con financiación y cooperación estadounidense, marcó entonces un punto de inflexión.
Las Fuerzas Armadas colombianas fortalecieron su capacidad operativa con apoyo estadounidense: sumaron unidades especializadas, ampliaron su poder aéreo y perfeccionaron sus sistemas de inteligencia. El respaldo fue clave durante el gobierno de Álvaro Uribe —que logró replegar a las FARC y firmar un tratado de libre comercio con Washington— y de Juan Manuel Santos, quien sostuvo la presión militar mientras negociaba el acuerdo de paz de 2016. La cooperación se mantuvo bajo la administración de Iván Duque y, hasta ahora, en la de Petro.
Colombia - cultivo de coca (2) - EFE
Cultivo de coca en Colombia
EFE
Aunque el apoyo de Estados Unidos ha sido decisivo para reposicionar al Estado frente a los grupos armados, no ha logrado derrotar al narcotráfico y las últimas cifras son decepcionantes. En 2023, último dato disponible, Colombia concentraba 253 mil hectáreas de coca —de las 376 mil sembradas en todo el mundo— y la producción potencial de cocaína había aumentado un 50% respecto a 2022, el año en que Petro asumió la presidencia.
La posible suspensión de los programas de capacitación, entrenamiento e inteligencia que Estados Unidos mantiene con las Fuerzas Armadas y la Policía colombiana amenaza con debilitar aún más la respuesta institucional frente al narcotráfico.
El mensaje de las Fuerzas Armadas colombianas es de respaldo a Petro. El ministro de la defensa, Pedro Sánchez, declaró que “cualquier pronunciamiento contra el señor presidente es un irrespeto a Colombia. Es el presidente elegido democráticamente. Y como ministro doy fe de su empeño para neutralizar al narcotráfico”.
Petro en la ONU - 23-9-25 - AFP
Petro dio su último discurso como presidente ante la Asamblea General de la ONU
AFP
El expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó desde España al diario El País, en un foro organizado por el Grupo Prisa, que “con la pelea entre el mayor productor mundial de droga y el mayor consumidor de droga del mundo solo gana el crimen organizado”.
Llamado a consultas
Ante el escalamiento de la tensión bilateral, el gobierno colombiano llamó a consultas a su embajador en Washington, Daniel García Peña. La Cancillería informó a través de su cuenta de X que el diplomático ya se encuentra en Bogotá y que “en las próximas horas el gobierno nacional informará las decisiones tomadas al respecto”.
En respuesta a las declaraciones de Trump, la Cancillería colombiana emitió un comunicado en el que advirtió que “la comunicación referida contiene una amenaza directa a la soberanía nacional, al plantear una intervención ilegal en territorio colombiano, un país que ha sido históricamente un aliado valioso en la lucha contra las drogas en la región y en el mundo”.
Añadió que “como Gobierno de Colombia, rechazamos enérgicamente estos pronunciamientos y acudiremos a todas las instancias internacionales en defensa de nuestra soberanía como Estado y la dignidad de nuestro presidente, quien siempre se ha caracterizado por su respeto a las instancias democráticas y su lucha frontal contra el narcotráfico”.