Contrabando, espionaje y sabotajes: cómo Rusia utiliza una flota fantasma para evadir las sanciones de Occidente
Los buques cisterna "fantasma" o "zombie", que transportan de contrabando petróleo ruso, iraní y venezolano eludiendo las sanciones, están ampliando sus redes y amenazan la infraestructura submarina de Europa Occidental y el medio ambiente.
13 de noviembre 2025 - 11:21hs
El buque patrullero HSwMS Carlskrona vigila un buque de carga frente a la costa sueca, como parte de la misión Centinela del Báltico de la OTAN. AFP
El Kremlin afirma que Rusia es "inmune" a las sanciones del presidente estadounidense Donald Trump, que incluyen en la lista negra a dos de sus mayores petroleras. Lo que en realidad mantiene a flote el petróleo ruso es una "flota en la sombra" de buques "fantasmas" y "zombies" que transportan millones de barriles de crudo, burlando las sanciones, a compradores de todo el mundo en busca de gangas.
Esta flota tiene otros clientes: ayatolás iraníes, generales venezolanos e incluso empresarios occidentales oportunistas y sin escrúpulos a quienes importa más el beneficio que la amenaza al medio ambiente o la seguridad y, en ocasiones, la propia libertad de las tripulaciones, cada vez más abandonadas en barcos varados en alta mar durante meses o incluso años.
La actividad de esta flota secreta se ha disparado desde la invasión de Ucrania en 2022, y su principal beneficiario es el régimen de Putin. Rusia la utiliza no solo para contrabandear su principal exportación y, de esta forma, recaudar fondos para financiar su "maquinaria de guerra" -como señaló Trump-, sino también para operaciones "híbridas" de espionaje y sabotaje contra los países de la OTAN en Europa así como contra los cables y oleoductos submarinos que utilizan.
Según estimaciones de analistas, la flota "fantasma" transporta actualmente el 80% de las exportaciones marítimas de petróleo de Rusia, desafiando las sanciones occidentales.
Rusia se encuentra entre los tres principales exportadores de petróleo del mundo, junto con Estados Unidos y Arabia Saudita. En 2024, Rusia produjo cerca del 10% del petróleo mundial, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos.
Antes de la guerra en Ucrania, casi todas sus exportaciones marítimas de petróleo se realizaban mediante tanqueros occidentales, principalmente griegos. Las operaciones comerciales tenían su base en Suiza y los seguros se contrataban en Londres.
Pero ahora, hasta cuatro de cada cinco tanqueros que transportan petróleo ruso carecen de un seguro reconocido por alguna de las 12 compañías mutuas de seguros del Grupo Internacional de Clubes de Protección e Indemnización, que cubren aproximadamente el 90% de toda la carga marítima, según estimaciones de analistas de S&P Global. Esto sugiere que la flota fantasma transporta actualmente el 80% del petróleo ruso, desafiando las sanciones occidentales.
"Rusia ha creado una flota paralela de petroleros que le permite eludir las sanciones", afirma Benjamin Hilgenstock, economista jefe del Instituto de la Escuela de Economía de Kyiv.
"Pero también son viejos, no reciben el mantenimiento adecuado y es poco probable que estén suficientemente asegurados contra derrames de petróleo. Además, aproximadamente tres cuartas partes de las exportaciones marítimas de petróleo de Rusia deben partir de puertos en los mares Báltico y Negro, lo que significa que estos buques transitan por aguas europeas varias veces al día", agrega.
Barcos oxidados que navegan bajo banderas poco conocidas
Casi uno de cada cinco tanqueros en alta mar forma parte de la flota clandestina, según S&P: barcos oxidados que navegan bajo banderas poco conocidas para contrabandear petróleo desde países bajo sanciones.
La mayor parte del petróleo iraní se envía a terminales como esta, en la provincia china de Shandong.
De estos, el 50% transporta exclusivamente petróleo y derivados rusos, el 20% solo iraníes y el 10% solo venezolanos; pero el 20% restante no está afiliado a ningún país en particular y transporta petróleo producido por más de uno de los países sancionados.
Los más grandes, que trabajan para Rusia, Irán y Venezuela, navegan principalmente hacia India y China, los países más poblados del mundo y los mayores importadores marítimos de petróleo y derivados.
Entre los compradores más pequeños de petróleo ruso se encuentran Turquía, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos.
Los "buques zombi" emiten números de registro únicos de la Organización Marítima Internacional asignados realmente a buques destinados al desguace.
Para ocultar sus huellas, los buques de la flota fantasma:
realizan transferencias de petróleo de barco a barco en aguas internacionales, donde la vigilancia de las autoridades portuarias es menor, y a veces en condiciones climáticas adversas, para encubrir el origen de su carga;
desactivan o manipulan su sistema de identificación automática, que transmite datos como posición, velocidad, rumbo, nombre, pabellón y tipo de buque, falsificando a veces su ubicación de forma tan torpe que parecen navegar por tierra, como el Perla Negra en la saga de películas Piratas del Caribe;
se convierten en "buques fantasma" -ocultando datos de propiedad, cambiando su bandera de registro o navegando sin bandera, e incluso cambiando el nombre del buque varias veces al mes;
se convierten en "buques zombi", emitiendo números de registro únicos de la Organización Marítima Internacional asignados a buques destinados al desguace, como si utilizaran la identidad de una persona fallecida.
La flota fantasma cuenta ahora con 1.300 embarcaciones, según estimaciones de la empresa de análisis marítimo Windward.
El número de buques con bandera falsa aumentó al menos un 65% en los primeros ocho meses de 2025, según la empresa de análisis marítimo Windward, que estima que la flota clandestina cuenta ahora con 1.300 embarcaciones.
Los servicios de registro de bandera también han experimentado un auge. Muchos son simplemente estafas. Y si bien otros son técnicamente legales, los países emisores son nuevos en este sector y carecen de la voluntad o la capacidad para supervisar el uso de sus banderas.
"Según la regulación del transporte marítimo mundial, son los Estados de abanderamiento los responsables de garantizar el cumplimiento de las normas técnicas y de que el seguro contra derrames de petróleo sea adecuado", afirma Hilgenstock.
"Sin embargo, cuando se trata de la flota fantasma rusa, estamos hablando de jurisdicciones en las que simplemente no se puede confiar para llevar a cabo esta función", agrega.
Amenazas a la seguridad global
En octubre de 2025, un petrolero con bandera de Benín, sospechoso de servir como plataforma de lanzamiento de drones que obligaron al cierre de aeropuertos en Dinamarca, fue detenido frente a la costa francesa.
Stéphane Kellenberger, fiscal de Brest, dijo a la Agencia France-Presse que la detención se debió inicialmente a la negativa de la tripulación a cooperar y a que no pudieron justificar la nacionalidad del buque.
Se trata del Boracay, que acaba de cambiar su nombre anterior, que era Pushpa -también se había llamado Odysseus, Varuna y Kiwala- y que enarboló a lo largo del tiempo siete banderas diferentes.
El Boracay, que acaba de cambiar su nombre anterior, que era Pushpa, también ha sido el Odiseo, el Varuna y el Kiwala, y ha ondeado siete banderas diferentes.
Cuando fue interceptado por la Armada francesa, transportaba 750.000 barriles de crudo desde la terminal petrolera rusa de Primorsk, cerca de San Petersburgo, hasta Vadinar, en la India.
También se han registrado incursiones sospechosas de drones rusos sobre territorios de países de la OTAN como Suecia, Noruega y Alemania.
El jueves 6 de noviembre de 2025, el aeropuerto de Bruselas se vio obligado a cerrar temporalmente tras el avistamiento de drones en sus inmediaciones y en otros lugares, entre ellos una base militar en Bélgica. Rusia niega llevar a cabo una "guerra híbrida" contra aliados de Ucrania.
A raíz de la investigación sobre el Boracay, los países de la OTAN lanzaron la misión Baltic Sentry. "Los capitanes de buques deben comprender que las posibles amenazas a nuestra infraestructura tendrán consecuencias, incluyendo el posible abordaje, la incautación y el arresto", declaró el secretario general de esa alianza, Mark Rutte.
Reino Unido, Dinamarca, Suecia y Polonia informaron que están inspeccionando la documentación de seguros de los buques que navegan por el Canal de la Mancha, los estrechos daneses, el golfo de Finlandia, y el estrecho entre Suecia y Dinamarca.
Estonia, Finlandia, Alemania, Islandia, Letonia, Lituania, los Países Bajos y Noruega también acordaron "perturbar y disuadir" la flota encubierta rusa en respuesta a varios cortes de cables inexplicables e incidentes submarinos que han sufrido infraestructuras críticas en el Báltico.
Sin embargo, los buques de la flota fantasma solo pueden ser interceptados en puerto o dentro de las aguas territoriales, una zona restringida de 12 millas náuticas desde la costa.
En aguas internacionales la tarea es mucho más difícil, sobre todo porque Occidente es el principal defensor mundial de la libertad de navegación. Bajo el principio de "paso inocente", los Estados solo pueden interceptar buques que consideren una amenaza para su seguridad.
Políticos rusos han exigido que cualquier acción hostil contra buques cisterna que transporten petróleo ruso se considere un ataque contra Rusia. Y cuando Estonia intentó detener un buque cisterna que navegaba sin bandera entre Estonia y Finlandia, en mayo de 2025, Moscú envió un avión de combate para sobrevolarlo.
Pero la flota clandestina podría representar una amenaza aún mayor para la seguridad global.
Un voluntario limpia un ave después de que dos petroleros de 50 años de antigüedad derramaran 5.000 toneladas de petróleo en el estrecho de Kerch.
Las principales navieras suelen deshacerse de un tanquero tras unos 15 años de servicio. Después de 25, generalmente se desguazan.
Sin embargo, los buques de la flota paralela no son aceptados para el desguace [debido a las sanciones que pesan en contra de esas embarcaciones].
En diciembre de 2024, las autoridades rusas tuvieron dificultades para contener hasta 5.000 toneladas de petróleo derramadas en el estrecho de Kerch por dos buques tanqueros de 50 años de antigüedad dañados durante una fuerte tormenta.
Un destacado científico ruso calificó el derrame como la peor "catástrofe ambiental" del siglo XXI en el país. "Es la primera vez que se derrama fueloil en tales cantidades", declaró Viktor Danilov-Danilyan, presidente de la Academia de Ciencias de Rusia, a un periódico ruso.
Empresas de fachada en jurisdicciones como Dubái, algunas financiadas por petroleras rusas según el Financial Times, compran buques al final de su vida útil, desestabilizando el mercado y desalentando la inversión en nuevos petroleros.
Un proceso de compraventa rápida por parte de empresas anónimas o de reciente creación se utiliza para agregar opacidad a las gestiones.
Además, el mantenimiento de los petroleros es tan deficiente como su regulación, lo que los hace propensos a sufrir fallos mecánicos y fugas, mientras que los transpondedores (un dispositivo de telecomunicaciones) averiados o apagados aumentan el riesgo de colisión con otros buques en aguas poco profundas.
Sin embargo, este negocio clandestino de alto riesgo es extremadamente lucrativo.
Un petrolero Suezmax de 15 años cuesta alrededor de US$40 millones, según Xclusiv Shipbrokers, mientras que, según S&P, un solo viaje de un mes transportando petróleo ruso desde el Mar Negro a la India puede reportar a su propietario más de US$5 millones.
Los armadores clandestinos se embolsan las ganancias mientras trasladan las posibles pérdidas al resto del mundo, ya que, sin seguro, será otro quien tenga que pagar los daños en caso de accidente o derrame de petróleo.
Incluso cuando se levanten las sanciones, esta flota clandestina seguirá navegando y dará lugar a nuevas versiones en otros ámbitos del transporte marítimo.
Ya se vislumbran los contornos de una "Flota en la Sombra 2.0", según la revista especializada Lloyd's List, que cita el ejemplo del buque portacontenedores chino Heng Yang 9, avistado repetidamente en rutas entre la Ucrania ocupada por Rusia y Estambul, Turquía.
Información y edición adicionales de Olga Sawczuk, Servicio Mundial de la BBC.
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