El enfrentamiento en Los Ángeles entre los agentes federales que realizaban redadas migratorias y los manifestantes indignados por la agresividad de los operativos es la imagen soñada por la administración Trump: la persecución de los indocumentados a nivel nacional. Los dos operativos fueron una provocación para someter a su poder a Los Ángeles. Una ciudad con el mayor porcentaje de inmigrantes y al liderazgo demócrata dentro de uno de los estados más azules de EEUU.
El presidente Donald Trump, en su estilo particular, primero crea el caos con acciones desmesuradas para causar una reacción y luego sacar provecho de la confusión. Los operativos migratorios iniciales se realizaron pensando más en un acto de guerra que en una operación eficiente para la captura de indocumentados.
La maniobra tiene todas las características de ser concebida como un ataque frontal a la tan odiada por los MAGA ciudad “santuario”, donde más de un tercio de la población es inmigrante. Una demostración de fuerza que tuvo respuesta en un sector de la población que ya está atemorizado ante la retórica y las acciones de agentes migratorios enmascarados que se llevan adultos y menores en la calle, en el empleo, en los tribunales o en la puerta de una escuela. Fue un desafío que encontró respuesta.
Protesas en Los Angeles. AP.webp
Barrio latino e historial de activismo
Las operaciones realizadas el viernes por la tarde y la del sábado por la mañana en un barrio con más del 80% de latinos desencadenaron las reacciones anticipadas. Los Ángeles es una ciudad con un largo historial de activismo, marchas y protestas ligadas a la migración, que algunas veces terminó como con violencia y destrucción por una mayoría de anarquistas, antifa y otros agitadores.
La acción de ICE dio tiempo y espacio para que estallara el caldo de cultivo del descontento. Eso le permitió a Trump declararse un liberador que evitó el incendio de Los Ángeles bajo la violencia indocumentada. Para lograrlo apeló a una desmesurada medida: movilizar por orden ejecutiva 4.000 efectivos y 700 infantes de Marina. La presencia del doctor televisivo y simpatizante de Trump, Phil McGraw, grabando las redadas migratorias confirma el intento desde el inicio de crear un espectáculo.
Protesta contra ICE en LA - AFP.jpg
Hipocresía ante el antecedente del Capitolio
La justificación de la intervención militar fue describir una “rebelión” causada por “insurreccionistas”. Pero el argumento contrasta con el respaldo que dio el presidente republicano a sus seguidores cuando atacaron el Congreso en 2021. La afirmación de la secretaría de Justicia, Pam Bondi, es hipócrita. Bondi dice que la federalización de la fuerza tiene el propósito de proteger a la policía de la agresión de los manifestantes, pero Trump permaneció en silencio ante las peticiones de las autoridades y legisladores de enviar refuerzos para defender a los agentes de la multitud en el Capitolio. En California, los movilizó sin que nadie se lo pidiera.
Esta es la primera vez desde 1965 que un presidente federaliza la Guardia Nacional. Hace 60 años fue necesario proteger las marchas en favor de los derechos civiles en los estados donde había milies de golpeados y detenidos. En la sociedad militarizada de Trump son los agentes del orden los que sufren los abusos, las víctimas son los oficiales de ICE y la población que protesta es la amenaza. La Casa Blanca no esperó a que la policía de Los Ángeles y California siguieran los pasos comunes en casos de protestas violentas, un escenario con el que están acostumbrados a lidiar eficientemente. La acción intempestiva de Trump no tiene el fin anunciado de tranquilizar la calle sino de convertir a California en un ejemplo.
https://www.bbc.com/mundo/articles/cd6284qx6ypo
"Esto no tiene nada que ver con la seguridad pública. Se trata de alimentar el ego de un presidente peligroso", denunció el gobernador Newsom en X.
Reuters
Tensión con California y ganancia para Newsom
El presidente tiene al estado dorado entre cejas desde el primer momento. Sin tener pruebas responsabilizo al voto de los indocumentados de su derrota en el voto popular de 2020. Por eso quiso atar la ayuda federal para los incendios a una reforma electoral en California. También tiene antecedentes de querer cortarle fondos.
El inmenso estado fue una espina durante su primer periodo trumpista. Hoy lo vuelve a ser con el protagonismo del gobernador demócrata Gavin Newsom, quien denunció la federalización de la Guardia Nacional y demandó ante los tribunales lo que consideró que es un exceso del poder presidencial. Esta situación, por otra parte, no le viene mal a un gobernador pragmático que busca la presidencia a toda costa, ya sea moderando posiciones en cuestiones de género o pasando a ser el principal rival contra las tentaciones autoritarias de Trump.
Mike Johnson defiende el presupuesto 2026 de Trump. AFP.jpg
El caos en Los Ángeles distrae la atención de las dificultades que Trump enfrenta en el Congreso su “Big, Beautiful Bill”.
Sin embargo, el mayor provecho lo saca Trump al querer convertir a California, y específicamente Los Ángeles, en un ejemplo de la militarización que le espera a otras ciudades cuya población interrumpa los operativos de inmigración. Los puestos que rodeaban al republicano durante su primera presidencia y desde donde se controlaban sus peores instintos hoy están ocupados por sirvientes a sus deseos.
El caos es el agua revuelta en que mejor se desenvuelve Trump. En este caso le sirve para dominar las noticias con su mano dura en inmigración subyugando a la fuerza a Los Ángeles, al mismo tiempo que distrae la atención de las dificultades que enfrenta en el Congreso su proyecto de ley “Big Beautiful Bill” y la agria disputa con el multimillonario Elon Musk.
