La ex vicepresidenta evalúa sus opciones para los próximos años, que incluyen dedicarse a la filantropía, postularse para la gobernación o intentar nuevamente la Casa Blanca en 2028. Sin embargo, su decisión divide al Partido Demócrata, con donantes y votantes preocupados por su capacidad para generar entusiasmo tras la derrota de 2024.