El lides de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Shumer.
El lides de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Shumer.
Sin embargo, los republicanos rechazan rotundamente la inclusión de estos fondos, alegando, además, que los demócratas pretenden incluir financiación para la atención médica de los inmigrantes indocumentados, acusación que los demócratas niegan.
No está claro cuánto tiempo permanecerá Estados Unidos en modo de shutdown. Cada semana de parálisis podría reducir el crecimiento en 0,2 puntos porcentuales, lo que supone una pérdida de varios miles de millones de dólares, según la compañía de seguros Nation Wide.
Para poner fin a la congelación presupuestaria, el Congreso debe aprobar el presupuesto de transición. La base legal del cierre es la Ley Antideficiencia, promulgada en 1884, que prohíbe al Gobierno gastar sin la aprobación legislativa previa. El proyecto ya fue aprobado en la Cámara de Representantes y ahora requiere la aprobación del Senado. Para que esto suceda, los republicanos, quienes solo cuentan con 53 escaños y necesitan al menos 60 de los 100 votos, requieren la adhesión de ocho senadores demócratas, dado que uno de sus propios miembros ya manifestó su voto en contra.
Donald Trump da un discurso frente a altos mandos militares en la base del Cuerpo de Marines en Quantico. AP
Donald Trump da un discurso frente a altos mandos militares en la base del Cuerpo de Marines en Quantico.
AP
Negociaciones estancadas
La rigidez de los demócratas en las negociaciones les otorgó una inusual palanca de influencia, en un momento en el que el Partido Republicano controla ambas cámaras.
Ante esta presión, los republicanos insisten en que para negociar los demócratas deben votar primero para reabrir el gobierno, y solo después se podrá debatir cualquier tema relacionado con los servicios de salud. El presidente se hizo eco de estas exigencias, aunque con una leve sugerencia de estar dispuesto a futuras negociaciones.
“Estoy feliz de trabajar con los demócratas en sus fallidas políticas de salud o cualquier otra cosa, ¡pero primero deben permitir que nuestro Gobierno vuelva a abrirse. De hecho, ¡deberían abrir nuestro Gobierno esta noche!”, escribió Trump esta semana en su plataforma Truth Social.
El Comité Nacional Republicano (RNC) emitió un comunicado de prensa en el que sostiene que “los demócratas son los responsables del cierre del gobierno, ni siquiera NBC lo puede negar”. El partido intensificó sus críticas, asegurando que “incluso los medios de noticias falsas acusan a los demócratas de ser unos completos farsantes en cuanto al cierre demócrata del gobierno”.
Mientras los días avanzan y millones de trabajadores se ven afectados por la incertidumbre, las acusaciones de parte y parte por el cierre van en aumento.
Líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, junto al líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. AFP
Líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, junto al líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
AFP
“La Casa Blanca ha guardado silencio desde la reunión en la Oficina Oval el lunes pasado (29 de septiembre), y ni el líder del Senado, (Chuck) Schumer, ni yo hemos escuchado una palabra de la administración sobre la solución de este problema, lo que nos deja claro que la Casa Blanca quería cerrar el gobierno, para continuar el caos que han estado infligiendo al pueblo estadounidense desde el primer día de esta presidencia”, dijo el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), un organismo no partidista, estimó que la “gran y hermosa ley" dejaría sin cobertura sanitaria a 11 millones de estadounidenses, principalmente debido a recortes al programa Medicaid para familias de bajos ingresos. Esta cifra se sumaría a los cuatro millones de ciudadanos que, según los demócratas, perderán su seguro el próximo año si no se prorrogan las subvenciones del Obamacare. En total, otros 24 millones de estadounidenses verían duplicadas sus primas de salud.
Líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, durante el shutdown. AFP
El rescate a Argentina en el centro del debate
Quien ahora tiene las llaves para habilitarle o no el presupuesto a Trump es Schumer. En una de sus últimas declaraciones sobre el cierre del gobierno, ubicó a Argentina en el centro del debate.
En una publicación en la red social X, el senador demócrata dijo: “Donald Trump realmente quiere que creamos lo siguiente: no hay suficiente dinero para solucionar las primas de atención médica de la ACA (Obamacare); no hay suficiente dinero para los controladores de tráfico aéreo; ¡¿pero, de alguna manera, sí hay 20.000 millones de dólares disponibles para rescatar a Argentina?!”
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El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, había anunciado la semana pasada un posible acuerdo con el gobierno de Javier Milei para garantizar la estabilidad económica en Argentina. Tras negociar los términos del entendimiento entre los equipos económicos de ambos países, este jueves Bessent confirmó que se finalizó un acuerdo de swap por $20.000 millones de dólares.
Además, como parte del auxilio, el Tesoro norteamericano también vendió dólares en el mercado local, es decir compró pesos argentinos. Las operaciones se realizaron a través del banco Santander, según informó la entidad a sus clientes.
El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, junto al ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo.
El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, junto al ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo.
“Donald Trump quiere enviar $20 mil millones a Argentina para ayudarlos a competir CONTRA los agricultores estadounidenses. Todo esto mientras los estadounidenses que padecen hambre enfrentan precios de comestibles más altos y los mayores recortes históricos a la ayuda nutricional, gracias a la ‘Gran y Fea Ley’ de Trump y los Republicanos”, dijo Schumer en respuesta al anuncio.
En otro posteo, el senador demócrata sostuvo: “Trump simplemente no se está tomando este cierre de gobierno en serio. Está negociando un rescate de $20 mil millones para Argentina para apoyar a un aliado MAGA”. Y agregó: “Él cree que $20 mil millones para un gobierno amigo de MAGA en Argentina está bien, pero arreglar las primas de atención médica para los estadounidenses aquí en casa, no lo está”.
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Para los demócratas, el shutdown representa un arma de doble filo. Si bien el proceso de aprobación del presupuesto es una de las pocas oportunidades para contrarrestar las acciones políticas unilaterales de Trump, la parálisis es también un instrumento de poder para el presidente, quien busca reducir aún más el aparato gubernamental. De hecho, Trump confirmó a la prensa que los despidos definitivos de funcionarios federales ya están en marcha.
Las consecuencias del cierre en cifras
Se estima que la congelación presupuestaria afecta directamente a 750.000 empleados federales, concentrados en la administración general, el tráfico aéreo y las instituciones públicas. Esto implica que el cierre está teniendo un impacto visible en la vida diaria, desde trámites administrativos hasta los itinerarios de los turistas. No obstante, sectores esenciales como la Policía, la patrulla fronteriza, los hospitales y el control del tráfico aéreo siguen operando a pleno rendimiento.
El historial reciente ofrece pocas garantías. Desde el último gran cierre en 2018-2019, existe una ley que garantiza el pago retroactivo a todos los empleados federales afectados una vez que se apruebe el nuevo presupuesto. Sin embargo, el pago retroactivo no está garantizado para los subcontratistas que trabajan para el gobierno y la administración Trump ordenó a varias agencias federales que consideren posibles despidos permanentes.
“La Oficina de Administración y Presupuesto continúa trabajando con las agencias para determinar quiénes, lamentablemente, tendrán que ser despedidos si este cierre continúa”, dijo Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, este lunes.
Avión Estados Unidos vuelo. AFP
Los sectores más afectados
Mientras la espera se prolonga, algunos sectores considerados esenciales comienzan a mostrar debilidades. Al comienzo de la semana, el secretario de Transporte, Sean Duffy, informó que el número de reportes de controladores aéreos declarándose enfermos habían aumentado debido al cierre, un hecho que está limitando los viajes aéreos dentro del país.
Así también, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), la NASA y los departamentos de Educación, Comercio y Trabajo fueron de los más afectados por la suspensión de personal. En contraste, las áreas de Transporte, Justicia, Seguridad Nacional y Asuntos de Veteranos se encuentran entre las que menos efectos negativos han sufrido hasta ahora, según sus planes de contingencia.
Históricamente, Estados Unidos experimentó 21 shutdowns desde 1976. El más largo hasta la fecha, bajo el mandato de Trump (de diciembre de 2018 a enero de 2019), duró 35 días. En esa ocasión, el Congreso se negó a asignar 11.000 millones de dólares para la construcción del muro fronterizo, y el acuerdo final excluyó dicha financiación.