Kamala Harris llegó a la boleta de rebote. La californiana de 59 años es la primera candidata desde 1968 que resulta nominada sin haber ganado un solo voto en las primarias. Su ascenso no fue planificado y su postulación generaba resistencia a izquierda y derecha, después de una gestión deslucida como vicepresidenta. Pero el Partido Demócrata procesó la crisis interna de forma ejemplar, dejando heridos pero no muertos ni ofendidos permanentes en el camino. Así, en la noche del jueves, apenas un mes después de que Joe Biden se bajara de la carrera, Harris aceptó formalmente la postulación en un clima exultante.
La campaña del oficialismo resucitó de golpe. A 72 días para la elección del 5 de noviembre, Harris y Tim Walz lideran ligeramente las encuestas sobre Donald Trump y J.D. Vance. El fin de fiesta de la Convención Nacional Demócrata en Chicago estuvo cargado de optimismo, alineamiento y entusiasmo militante. Una postal inimaginable 30 días atrás. La VP cerró el encuentro con un llamado a la unidad, ahuyentando fantasmas respecto a su perfil izquierdista.
“Sé que hay personas de diversas opiniones políticas viéndonos esta noche. Y quiero que sepan: prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses”, afirmó.
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Kamala Harris aceptó su nominación en la Convención Demócrata de Chicago
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El american dream de Harris y una candidatura por la ventana
En un discurso diseñado al detalle, Harris asoció la carambola que la catapultó a la boleta con su propio american dream biográfico. "Estados Unidos, el camino que me trajo hasta aquí en las últimas semanas fue sin duda inesperado. Pero no soy ajena a los viajes improbables", explicó ante los casi 5 mil delegados demócratas y otros tantos militantes que coparon el estadio del United Center, donde juegan los Chicago Bulls.
Harris relató de entrada el periplo de su madre que, a los 19 años, viajó desde la India hasta California. Lo hizo con el objetivo de ser la científica que curaría el cáncer de mama. A su vez activista por los derechos civiles en los 60, Shyamala Gopalan murió en 2021. "La extraño todos los días", confesó Harris.
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"Me encantó su fortaleza, Kamala es muy fuerte", celebró Katerine, una mujer blanca de 60 años, en un pasillo del estadio. "Mostró el contraste entre Kamala y Trump, porque esta campaña es sobre convivir y entendernos para construir comunidad sin divisiones ni odio", agregó a la salida del estadio Will, un delegado de Texas. "Soy hija de inmigrantes como ella y fue inspirador escucharla", comentó Audrie, de 22 años, ante este medio.
Harris buscó diferenciarse de Trump por la vía del llamado a la unidad de los estadounidenses. "Con esta elección, nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de dejar atrás la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado. Una oportunidad para trazar un nuevo camino a seguir. No como miembros de un partido o facción en particular, sino como estadounidenses", planteó.
Así continuó con la estrategia de pintar al jefe MAGA como un megalómano individualista, entre bizarro y peligroso. Y metió el dedo en la llaga de la toma al Capitolio en 2021. "En muchos sentidos, Trump es un hombre poco serio. Pero las consecuencias de volver a ponerlo en la Casa Blanca son extremadamente graves. Consideremos no sólo el caos y la calamidad cuando estaba en el cargo, sino también la gravedad de lo que ha sucedido desde que perdió las últimas elecciones. Donald Trump intentó tirar a la basura sus votos", acusó.
“Sé que hay personas de diversas opiniones políticas viéndonos esta noche. Y quiero que sepan: prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses” “Sé que hay personas de diversas opiniones políticas viéndonos esta noche. Y quiero que sepan: prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses”
Aborto, un tema central de su agenda para pegarle a Trump
La ex procuradora de California retomó la bandera del derecho al aborto, confirmando que será un punto central de su agenda. El debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo la beneficia en varios frentes. Le permite linkear el aborto con el concepto estrella de su campaña: la libertad. Y a su vez le sirve para contrastar con Trump, potenciando los enormes problemas que tiene el republicano para crecer en el electorado de las mujeres.
"Como parte de su agenda, Trump y sus aliados limitarían el acceso a los métodos anticonceptivos, prohibirían el aborto con medicamentos, promulgarían una prohibición del aborto a nivel nacional con o sin el Congreso y hasta obligarían a los estados a informar sobre los abortos espontáneos y los abortos de mujeres. En pocas palabras, están locos. ¿Por qué exactamente no confían en las mujeres? Nosotros sí confiamos en las mujeres", sacó chapa.
Gaza y frontera sur, dos puntos incómodos para Harris
Si bien no dio definiciones programáticas, sí se animó a tocar dos temas que le resultan incómodos y que la volverán un punching ball de los republicanos: la crisis migratoria y la guerra en Gaza. En ambos casos ensayó un equilibrio riesgoso entre posturas enfrentadas.
"Biden y yo estamos trabajando a toda hora, porque ahora es el momento de lograr un acuerdo sobre los rehenes y un alto el fuego en Gaza", reveló. Y agregó: "Siempre defenderé el derecho de Israel a defenderse y siempre me aseguraré de que Israel tenga la capacidad de hacerlo. Porque el pueblo de Israel nunca más debe enfrentar el horror que la organización terrorista Hamás causó el 7 de octubre, incluida la violencia sexual indescriptible y la masacre de jóvenes en un festival de música".
Pero a la vez dijo que "lo sucedido en Gaza durante los últimos diez meses es devastador; se han perdido muchas vidas inocentes. Hay gente desesperada y hambrienta que huye una y otra vez en busca de seguridad. La magnitud del sufrimiento es desgarradora". Y pidió que "el pueblo palestino pueda ejercer su derecho a la dignidad, la seguridad, la libertad y la autodeterminación". Este último tramo le valió una ovación en la cancha de los Bulls.
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Kamala Harris se animó a tocar dos temas que le resultan incómodos: la crisis migratoria y la guerra en Gaza
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Sobre la crisis migratoria también buscó el punto medio entre dureza y apertura hacia los sin papeles. Acusó a Trump de boicotear la ley que hubiera reforzado la frontera sur frente a la inmigración ilegal. “Sé que podemos estar a la altura de nuestra orgullosa herencia como nación de inmigrantes y reformar nuestro maltrecho sistema de inmigración. Podemos crear una vía ganada a la ciudadanía y asegurar nuestra frontera”, prometió.
Apoyo a Ucrania y guiño a la clase media
Garantizó el apoyo irrestricto a Ucrania y a los aliados de la OTAN, en contraste con el coqueteo de Trump con el aislacionismo y la afinidad con Vladimir Putin. “En la eterna lucha entre democracia y tiranía, sé cuál es mi posición y sé cuál es el lugar de Estados Unidos”, aseguró.
Respecto a su agenda económica, planteó: “Una clase media fuerte siempre ha sido fundamental para el éxito de Estados Unidos, y construir esa clase media será un objetivo definitorio de mi presidencia".
La ausencia de Biden y el mensaje de Pelosi
Joe Biden ni siquiera estuvo presente anoche en el United Center de Chicago. Vio literalmente a Harris por TV. El presidente ya es pasado. "Biden no fue empujado fuera de la carrera, él tomó la decisión", dijo en la tarde del jueves la histórica congresista Nancy Pelosi. Lo comentó ante El Observador USA y otros medios extranjeros en una ronda de prensa realizada en Chicago.
La influyente Pelosi agregó, con pragmatismo de hielo: "Tengo una amistad con él, pero ganar esta elección es esencial para cuidar su legado".
La experimentada congresista reveló cuál fue el argumento que le dio a Biden para que tomara la "decisión autónoma" de bajarse. Pelosi le planteó al presidente que, aun ganando ajustadamente la Casa Blanca, perder peso en el Congreso hubiese sido un problema. Esa carta fue decisiva para que el presidente de 81 años diera un paso al costado.