La vía que encontró Joe Biden para disimular la enorme presión que recibió para correrse de la carrera presidencial fue plantear que ama el trabajo de ser presidente, pero que quiere aún más a su patria. El renunciamiento sacrificial. Una forma indirecta de contrastar con un Donald Trump empeñado en volver a la Casa Blanca.
"Amo mi trabajo, pero más amo a mi patria". Así lo dijo, tal cual estaba escrito en el teleprompter que organizó cada uno de los discursos escuchados en la convención demócrata. Fue uno de los momentos donde Biden recibió una ovación por parte de los miles de demócratas que colmaron el estadio United Center de Chicago. "We love Joe", coreaban los dirigentes, delegados y simpatizantes partidarios. Y mostraban una cartulina repartida previamente y que llevaba ese mensaje impreso con un corazón en lugar de love.
Biden Biden DNC.mp4
Biden aplaudido en la Convención
"No vamos a demonizar a los inmigrantes, diciendo que envenenan la sangre de la nación", afirmó Biden en su firme discurso. Fue uno de los tantos guiños dedicados a los latinos en este encuentro. Otro importante fue protagonizado por el gobernador Tim Walz, quien se presentó de imprevisto en el caucus latino de la mañana. Ahí este hombre del midwest conservador prometió políticas específicas para favorecer a los latinos.
"Con una elección tan reñida, el voto latino será decisivo en estados no tan asociados a lo hispano como Georgia, Pensilvania, Arizona y Nevada", comentó a este medio un encargado de la campaña de Harris.
"Trump va a descubrir el poder de las mujeres en 2024", agregó Biden, en referencia al debate sobre la legalización del aborto. La defensa de esa bandera resultó muy redituable para los demócratas en las legislativas del 2022. "Pondremos una fiscal en la Casa Blanca en vez de un delincuente condenado", remató en alusión a la californiana Harris. Biden dedicó buena parte de su speech, que llegó mucho más tarde de lo previsto, a reivindicar su legado. Y a desafiar a Trump al mismo tiempo. Una mezcla de nostalgia y polarización estratégica.
Para alivio de la campaña de Harris, no pegó demasiado su propia gestión a la VP. Los asesores de Harris pretenden darle una impronta distinta a la candidata, eludiendo los desgastes acumulados en los últimos 4 años.
Hillary Clinton lo llamó “un campeón de la democracia”, y destacó que Biden le devolvió la “dignidad, decencia y competencia” a la Casa Blanca. Clinton recibió una impactante ovación por parte del público, al punto de que no podía empezar a hablar. En el aire había una especie de reivindicación implícita hacia la candidata que perdió con Trump en 2016 y hubiera sido la primera presidenta mujer de los Estados Unidos. "Kamala va a romper ese techo de cristal", prometió Clinton. La mera mención al antecedente de 2016, cuando Hilary punteaba en las encuestas, causa pánico en la campaña demócrata.
Joe Biden en la DNC 3 - AFP.jpg
Joe Biden habló en la primera noche de la Convención Nacional Demócrata
AFP
Kamala Harris hizo un cameo sorpresivo, reservando su discurso para el cierre del jueves. Le agradeció su “histórico liderazgo”. La primera dama Jill Biden se sumó al homenaje del adiós al poder. La hija de ambos, Ashley Biden, lo describió emotivamente y lo llamó al escenario. Dijo que su papá era un luchador subestimado. Cuando lo presentó, Biden lagrimeó y abrazó a su hija.
Una convención renovada por la fórmula Harris-Walz
Hasta hace un mes, el encuentro de la gran familia demócrata en Chicago tenía pronóstico reservado. Nadie sabía con certeza cómo podía salir. Pero Joe Biden se bajó de la carrera y el Partido se encolumnó rápidamente detrás de Kamala Harris. El ascenso de la vice cambió el clima lúgubre y a la defensiva del oficialismo, en una campaña que marchaba hacia una derrota segura contra Donald Trump. La nominación de Tim Walz como vice le sumó una inesperada electricidad a la fórmula.
Tras ese reacomodamiento exprés, la Convención Nacional Demócrata se convirtió en una ceremonia de coronación. Esa coreografía empezó ayer. ¿Fue unánime? Casi. Las protestas propalestinas y contra el papel del gobierno de Joe Biden en su alianza con Israel fueron la excepción a la regla del consenso. Existía nerviosismo al respecto en Washington, según le admitió un estratega de campaña a El Observador USA. Pero las marchas tampoco resultaron tan masivas o salvajes como se preveía. La comparación de este mitín en Chicago con el caótico encuentro de 1968 en la misma ciudad perdió todo sentido histórico.
En el 68, tanto el partido como las familias y la sociedad estadounidense estaban atravesadas por el drama de la guerra en Vietnam. El reemplazo de Biden por Harris le restó aún más densidad a la cruzada contra la guerra en Gaza. Aunque la VP le gane a Trump en noviembre, Biden es el pasado. Ya lo es.
Kamala Harris y Joe Biden en la DNC - AFP.jpg
Kamala Harris y Joe Biden en la Convención Nacional Demócrata
AFP
La guerra en Gaza y el debate sobre el antisemitismo
Desde el inmenso Centro de eventos McCormick, donde hacen base los militantes y delegados demócratas hasta que por la tarde empieza el time line de discursos en el estadio United Center, un delegado pro-palestino se refiere a ese punto. Shea es delegado por Minnesota. Este joven demócrata es uno de los 4.700 representantes estatales que vinieron hasta Chicago. En Minnesota vive una significativa comunidad musulmana. Se trata del estado que eligió a Ilhan Omar, una de las primeras mujeres musulmanas en llegar al Congreso de Estados Unidos
"Definitivamente Kamala me da un poco de esperanza, pero sus palabras no son suficientes para terminar lo que está pasando en Gaza", opina ante El Observador USA. Lo dice mientras reparte volantes en un pasillo interminable del centro de eventos. Por lo cierto es que las performances contra la alianza de EEUU e Israel, orquestadas para llamar la atención pública e incomodar al presidente de 81 años, no impactaron en el primer día de Convención.
Manifestante pro palestina en la DNC.jpeg
En la mañana del lunes, Josh Shapiro marcó la cancha sobre Israel y las protestas por la guerra en Gaza. El gobernador de Pensilvania y vicepresidente que no fue dijo que “el antisemitismo no jugó ningún papel” en la decisión de la Kamala Harris de no elegirlo como su compañero de fórmula. Fue una respuesta a Donald Trump, quien había afirmado que Harris “rechazó a Shapiro porque es judío”.
"En primer lugar, Donald Trump es la persona menos creíble a la que escuchar cuando se trata de odio, intolerancia y ciertamente antisemitismo", dijo. "Quiero decir, recuerden, este era el tipo que después de Charlottesville, cuando la gente caminaba con antorchas en Tik Tok diciendo 'los judíos no nos reemplazarán', literalmente dijo: 'Hay gente buena en ambos lados'”.
Shapiro lo comentó en una ronda ante El Observador USA y otros medios. Lo dijo en el hotel Palmer, una de las sedes informales de la Convención. Porque este tipo de reuniones que se dan cada cuatro años, sean demócratas o republicanas, generan una estela de citas paralelas. En su mayoría, oficialistas.
Pero también, algunas contra-cumbres. El trumpismo organizó una en el impactante Edificio Trump de Chicago. Ahí el senador de Florida Rick Scott fue uno de los voceros designados por el republicano.
En el arena donde juegan los Chicago Bulls y Michael Jordan tiene un monumento, Trump estuvo omnipresente en la primera noche de discursos. Entre cada speech, un video se emitía en el domo dedicado al ex presidente republicano. El editado de los greatest hits trumpistas que indignan a los demócratas generaba abucheos y dos consignas. El grito de guerra "no volvemos al pasado" y el reclamo de "¡enciérrenlo, enciérrenlo!".