Un informe reciente asegura que un grupo de países ricos, encabezados por Estados Unidos, está gastando miles de millones de dólares de dinero público en "soluciones climáticas no probadas", lo que podría retrasar la transición necesaria hacia energías más limpias.
Estos gobiernos han asignado casi 30.000 millones de dólares en subsidios para tecnologías como la captura de carbono y el hidrógeno de origen fósil en las últimas cuatro décadas, con la posibilidad de que se destinen cientos de miles de millones más en incentivos futuros, señaló el informe, divulgado por el diario británico The Guardian.
Según el reporte de Oil Change International (OCI), el 95% de estos subsidios han sido otorgados por la Unión Europea, Estados Unidos, Noruega, Canadá y los Países Bajos. Estados Unidos ha liderado con 12.000 millones de dólares en subsidios directos, que podrían incluso beneficiar a gigantes de los combustibles fósiles como Exxon en los próximos años.
Defensores y detractores
De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), estas tecnologías podrían desempeñar un rol limitado en la mitigación del cambio climático.
Algunos estudios indican, de todos modos, que los proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CCS) tienden a fallar, sobrepasar el presupuesto o no cumplir con las expectativas. Estas tecnologías, basadas en combustibles fósiles, pueden incluso aumentar los gases de efecto invernadero y la contaminación del aire.
Por eso, sus defensores creen que es necesario invertir más en su desarrollo, para que puedan contribuir a que se alcancen los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París, adoptado en 2015, que buscar limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
Los críticos argumentan que estos subsidios son un "colosal desperdicio de dinero" y que los fondos públicos deberían invertirse en soluciones comprobadas, como la eficiencia energética, la electrificación del transporte y las energías renovables.
La responsabilidad de los países ricos
A pesar de esto, gobiernos como el de Noruega, que ha aprobado 6.000 millones de dólares en subsidios para proyectos de captura y almacenamiento de carbono, continúan expandiendo su uso de combustibles fósiles bajo el pretexto del uso de estas tecnologías, denuncia la OCI, una organización de la sociedad civil que aboga por la transición a energías limpias.
"Todas ellas forman parte del conjunto de herramientas que necesitamos para alcanzar la neutralidad de carbono", argumentó Astrid Bergmal, secretaria de Estado del Ministerio de Petróleo y Energía de Noruega, a The Guardian.
Para Chris Bataille, experto del IPCC, las subvenciones deben ir acompañadas de condiciones para las empresas y estar enfocadas en productos, no en procesos, para lograr una transición ecológica justa y económicamente sólida.
Por su parte, Harjeet Singh, director de participación global de la Iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, dijo al diario que "mientras invierten miles de millones en tecnologías que afianzan aún más el uso de combustibles fósiles, los países desarrollados descuidan simultáneamente sus responsabilidades morales y financieras" hacia comunidades vulnerables que enfrentan los efectos más devastadores del cambio climático.