Ubicada en la parada 40 de la Mansa, la casa Poseidón es un ícono en el ingreso al balneario<br>

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Intendencia de Maldonado busca evitar que tiren abajo la casa Poseidón

La Facultad de Arquitectura pidió que el edificio proyectado por Samuel Flores Flores, al borde de la Laguna del Diario en Punta del Este, sea declarado monumento histórico nacional
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07 de febrero de 2018 a las 05:00
El ojo guarda postales. Diapositivas difusas que pasan, una detrás de la otra, cada vez que el cerebro intenta recordar un momento, un escenario, un paisaje. Para los veraneantes de Punta del Este, los habitantes de Maldonado, incluso para los turistas menos atentos debe haber un buen puñado de fotografías mentales de cómo es el ingreso al balneario de la costa oceánica. En muchas de esas fotos habrá verdes y azules intensos, tal vez una cuota de colores tierra y puede que una dosis de un blanco semi inmaculado que encandila la mirada. Todo salpicado, sin mucho foco. Hay una imagen, de entre tantas otras, que habla de Punta del Este: una casa enorme; blanca, muy blanca; encuadrada en un jardín inmenso; una laguna mansa a sus pies; un mar a veces rabioso, otras plácido en frente.

En el kilómetro 126 de la ruta interbalnearia, en la parada 40 de la Mansa, en ese punto bastante preciso que anuncia, de alguna manera, que eso es Punta del Este, Samuel Flores Flores proyectó en 1978 un edificio portentoso. La casa Poseidón lleva cuatro décadas dándole la bienvenida a las miles y miles de personas que ingresan a la ciudad. Puede que en un futuro no demasiado lejano una de las tantas postales que forman parte del imaginario colectivo de Punta del Este desaparezca.

A fines de enero el diario El País publicó la noticia de la inminente demolición de la obra más reconocida de Flores Flores. Los carteles al costado de la ruta lo anuncian sin sutileza: allí se edificará el complejo de edificios Poseidón Laguna. "El privilegio de vivir sobre el agua". Así se define la experiencia. La casa no figura en la imagen. En su lugar hay tres torres –también blancas– de pocos pisos.

Cronología

El proyecto Poseidón Laguna fue aprobado por la intendencia de Maldonado en 2012. En 2015, a pedido de la Comisión de Patrimonio, el Instituto de Historia de la Arquitectura de la Facultad de Arquitectura (FADU) elaboró un listado de 123 edificios modernos en el territorio nacional que, a su juicio, ameritaban ser declarados monumento histórico nacional. Poseidón no estaba en esa lista. Sí aparecía entre otras cientos de obras que tienen un valor arquitectónico determinado como para contar con una declaratoria de bien de interés departamental.

El 1º de febrero de 2018, con la noticia de la inminente demolición de la casa ideada por el arquitecto Flores Flores, la FADU hace pública su posición sobre el edificio y pide que sea declarado monumento histórico nacional. Las redes sociales, también, hicieron –hacen– la presión correspondiente.

Lea también: Facultad de Arquitectura: es "inadmisible" demoler Poseidón, la icónica casa puntaesteña

Este miércoles a las 10 de la mañana Soledad Laguarda, arquitecta y directora General de Urbanismo de la Intendencia de Maldonado, se reúne con el arquitecto Julio Plottier, responsable uruguayo del proyecto Laguna Poseidón con el estudio argentino Mario Roberto Álvarez y Asociados. "A raíz de esta discusión convocamos al arquitecto de los edificios para ver qué posibilidades hay de mantener la casa y cambiar la implantación de los bloques, modificar el proyecto aprobado y analizar opciones", dijo Laguarda.

"Por lo que nos adelantó por teléfono, Plottier está en línea con encontrar una solución. A ver si poniéndole un poco de creatividad y buena voluntad podemos analizar algo para que sí se pueda construir pero manteniendo la casa", contó Laguarda.

El patrimonio y sus grises


La historia parece ser un déjà vu de otras. La noticia salta. La gente se indigna. Hay exposiciones más o menos coherentes en las redes sociales. Los especialistas hacen sus exposiciones de motivos. A veces la academia se pronuncia. El edificio creado por Humberto Pittamiglio en 21 de setiembre y Williman, la casa proyectada por Óscar Peyrou en Luis Lamas y Julio César, la fábrica Assimakos en Avenida Italia y así se podrían seguir enumerando varios ejemplos que generaron varios actos heroicos por parte de la sociedad civil. En algunos casos el ruido fue lo suficientemente fuerte como para que se detuviera la demolición. En otros no, pero sí se gestaron nuevas discusiones sobre el patrimonio arquitectónico de Montevideo.

"Hasta la Unesco considera que las declaraciones no le dan calidad al bien, lo que se la da es la gestión. Si no hay gestión no hay preservación. Y eso no surge de un acto administrativo que diga que es monumento histórico, surge del convencimiento de la sociedad y de aquellos que lo administran. Ahí está la clave", aseguró el director de la Comisión de Patrimonio.
Por estas horas la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación va a emitir un comunicado que refleja su posición sobre el asunto de la casa Poseidón. Su director, Nelson Inda, es terminante al respecto. "Indudablemente la casa tiene valor. Pero ahora estamos empantanados porque no tenía ninguna protección. Los nuevos propietarios la compraron desconociendo su valor. Lo que nosotros decimos es que la protección es posible cuando existe un entendimiento real entre la sociedad civil (incluidos los propietarios del bien), la academia que construye el relato cultural convincente y el Estado a través del gobierno departamental", explicó Inda.

Y concluye: "Solo el acto administrativo de designarlo bien de protección departamental no la salva. Lo más fácil es la designación. Lo más difícil es sentarse a ver cómo se resuelve este tema". La única forma que tiene un edificio uruguayo de estar protegido es si es nombrado monumento histórico nacional por el Poder Ejecutivo que cuenta con el asesoramiento de la Comisión.

Casa Poseidón
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Sin embargo, esta valoración no incluye incentivos fiscales ni exoneraciones tributarias (salvo la contribución inmobiliaria en algunos departamentos como Montevideo) para el propietario. Para Inda el que valora estas obras es aquel que tiene la sensibilidad suficiente para entender que tiene en su propiedad un bien preciado. "Hasta la Unesco considera que las declaraciones no le dan calidad al bien, lo que se la da es la gestión. Si no hay gestión no hay preservación. Y eso no surge de un acto administrativo que diga que es monumento histórico, surge del convencimiento de la sociedad y de aquellos que lo administran. Ahí está la clave", aseguró el director de la Comisión de Patrimonio.

"No estoy de acuerdo que se mantenga rodeada de torres, no me parece digno. Lo entiendo desde el punto de vista económico, pero no desde el de la arquitectura y la cultura", dijo la investigadora del Instituto de Historia de la Arquitectura Laura Alemán
Para que la sociedad sepa, la información que da la FADU es vital. "Es importante que la Facultad haya dicho quién es Flores Flores, si no nadie lo sabe", explicó Inda.

El problema del intermedio


En Maldonado los bienes con protección departamental solo cuentan con el privilegio de que una comisión analice el proyecto arquitectónico que involucra a ese inmueble, y si lo considera necesario pida alguna modificación. Nada más.

Para Laura Cesio, investigadora del Instituto de Historia de la Arquitectura (IHA) de la FADU y coordinadora del trabajo de edificios modernos, la casa Poseidón no entra en un listado de las 100 mejores obras de arquitectura moderna nacional. Pero sí la considera valiosa como para evitar su demolición. "A veces hay caminos intermedios. No es tan blanco o negro. Se pueden buscar soluciones. Claro que los ejemplos que tenemos de opciones intermedias son terribles, por lo pronto en Montevideo", dijo.

Laura Alemán, también investigadora del IHA y docente de la FADU, dijo lo siguiente: "No estoy de acuerdo que se mantenga rodeada de torres, no me parece digno. Lo entiendo desde el punto de vista económico, pero no desde el de la arquitectura y la cultura". Para Alemán, con un poco de imaginación, inteligencia y sensibilidad se podría transformar la obra para mantenerla en pie. "En otras partes del mundo un edificio patrimonial se mantiene y lo que se hace es explotarlo. Estamos en Punta del Este, hay demanda turística. Eso se podría convertir perfectamente en un museo de artes visuales, en la fundación Flores Flores u otros tantos ejemplos", concluyó Alemán.

Por ahora los carteles de Laguna Poseidón continúan allí. Al igual que la creación de Flores Flores.

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