Lo que se sabe y lo que no del AUFgate

Cuando Wilmar Valdez renunció a la AUF el fin de semana pasado, aduciendo motivos familiares, sonó muy raro. A medida que pasan las horas se empieza a tener más claridad sobre los motivos reales de la renuncia de Valdez. La primera explicación fue que lo hacía por preservar la familia. Ese motivo no duró casi nada, porque al mismo tiempo reconoció que había audios que no habían salido a la luz con cosas que "no debía haber dicho".

Pero con el correr de la semana se fueron dando más detalles y ahora ya se sabe que en los audios grabados a escondidas hace dos años por el empresario Walter Alcántara, hay elementos que perjudican muy fuerte el prestigio del ahora expresidente de la AUF.

El primero que se conoció fue una acusación al gobierno por la licitación por las cámaras de identificación facial para el fútbol. Pero también ahora surgen elementos que lo manchan directamente a él. Los insultos al gobierno saltaron casi enseguida, y fueron informados por El Observador el lunes.

Además, El Observador publicó el jueves que la persona que lo había grabado era Walter Alcántara, un empresario que le pidió que favoreciera a la empresa que representaba en esa misma licitación. Búsqueda también informó que, en uno de los audios, Valdez mencionaba al hijo del presidente, Javier Vázquez. Esa mención de Valdez a Vázquez fue ratificada a El Observador por fuentes de la AUF.

El expresidente de la AUF le dijo a Alcántara que no podía favorecer a su empresa porque la compra estaba direccionada por el Ministerio del Interior, según publicó el sábado El País, que escuchó algunos de los audios. "Ya se sabía que cuando se hicieron los pliegos de la licitación, que estaban prendidos con eso. Olvidate. Ya se sabía que esa empresa iba a terminar ganando por idoneidad", dijo Valdez en una de las grabaciones. Eso coincide con la versión que le dieron a El Observador fuentes cercanas a Valdez, otras fuentes dirigenciales con información sobre el proceso, y de dos de las empresas que participaron de la competencia.

Todas las fuentes aclararon que no tienen ninguna prueba de irregularidades, pero que era un comentario generalizado porque les llamaba la atención la insistencia del Ministerio del Interior con la empresa DDBA. Esa incomodidad, sumada a la insistencia de Alcántara, es lo que explica, según fuentes del entorno de Valdez, el exabrupto del entonces presidente.

La empresa DDBA negó terminantemente los hechos. "No existe ningún tipo de vinculación familiar, ni personal, ni comercial ni de ningún tipo con el presidente y su familia", dijo Di Bello a El Observador. Di Bello dijo que no tienen ningún elemento para afirmar que hubo favoritismo y subrayó que el segundo llamado terminó siendo de una "competencia bestial", que culminó con un remate a la baja convocado por la empresa ITC, propiedad de Antel, que asesoró a la AUF en el proceso.

"La empresa (de iluminación) armó el presupuesto. Yo le llevo el presupuesto a Wilmar. Me atendió en la oficinita de su secretaria personal. Era por la tarde. Estábamos prácticamente solos. Le dije que los materiales eran de primera calidad. Le muestro el presupuesto. Lo estudia. Me dice: Perfecto. Me lo entrega y me dice ponele el 10% para mí. Le digo dejame llevarlo a la empresa, pregunto y lo traigo de nuevo".

El presidente de Defensor, Daniel Jablonka, habló el domingo sobre el tema. "Si hubiéramos estado en conocimiento de esto, lo hubiéramos denunciado en su momento", dijo a El Observador. "Pero hasta que la Justicia no lo demuestre, vamos a seguir esperando", agregó el titular de Defensor Sporting, club que recibió US$ 200 mil por parte de Conmebol como aporte financiero para el proyecto, un monto que equivalía a la tercera parte de la inversión total, según Jablonka.

También consideró importante destacar que fue su club quien se contactó con Valdez para conocer si sabía de alguna empresa con buenas credenciales para asumir la obra, y fue entonces cuando el titular de la AUF refirió a esta compañía. El Observador intentó una respuesta de Valdez, que no atendió los llamados. De todos modos, gente de su entorno negó la acusación, aunque no pudo confirmar que no haya audios que, sin contexto, puedan malinterpretarse.

Además, adelantaron que el presidente de la AUF piensa en una denuncia a Alcántara por el delito e violencia privada, además de por extorsión y chantaje. También dijeron que no lo citó nunca en la calle, aunque sí podría haber audios callejeros entre ambos porque en una ocasión que Valdez alquiló un auto en la rentadora que era propiedad del empresario.

Obviamente, es lo más importante por saber. De momento la fiscalía no informó si la nueva acusación de Alcántara está incluida entre los audios que presentó, como sí lo están los audios donde habla del supuesto favoritismo del Ministerio del Interior a una de las empresas. Tampoco si entregó todos los audios que tenían.

La teoría de sus palabras acusando al gobierno es la primera que se manejó. ¿Pero eso lo deja mal parado a él? ¿O Valdez con esos dichos queda como el dirigente limpio que se molestaba con supuestos manejos oscuros del gobierno? Según él no representaban su real opinión, pero lo dejaban en una posición políticamente compleja respecto al gobierno. Pero además no tenía suficientes votos para la reelección, y en un escenario así le iba a ser muy difícil incluso mantener los que ya tenía.

Pero las declaraciones de Alcántara dan paso a otra de las hipótesis que se habían manejado en aquel fin de semana de la renuncia de Valdez: la de la supuesta comisión cobrada por recomendar a una empresa para la iluminación del Estadio Luis Franzini. Valdez se ha llamado a silencio desde aquella entrevista que dio a Punto Penal el domingo pasado, y las breves declaraciones que dio cuando declaró en la Fiscalía, por lo que no ayuda a desentrañar la madeja.

Es una persona que grabó conversaciones privadas con Valdez desde hace al menos dos años. ¿Con que motivación? ¿Por qué las guardó tanto tiempo? ¿Por qué grabó también a otros actores del fútbol? La primera versión, de "ayudar al fútbol uruguayo", claramente tiene poco fundamento, porque lo que ha logrado es desatar una de las mayores crisis de los últimos tiempos.

Otras dudas que surgen sobre su persona tienen que ver con sus vínculos: ¿hizo todo esto solo o responde a una estrategia planificada con alguien? ¿Cobró dinero por hacerlo? Él lo negó, pero varias personas que trataron con él en los últimos tiempos informaron a El Observador la desesperación del empresario por dinero.

El relato es común: les decía que su esposa, su hija o él, según el caso, tenían problemas de salud, o que no tenía para comer, o que había sido desalojado de su casa. Varias personas lo ayudaron económicamente. En ese escenario, queda por saber si cobró dinero por una información que, a la vista de los hechos, era muy valiosa.

Es de lo que se quejan varias de las empresas que participaron, según contaron fuentes de las empresas a El Observador. Pero lo cierto es que la publicidad que tuvo el llamado inicial no la tuvo la información concreta sobre la adjudicación, que Valdez, su Ejecutivo y varias empresas sospechaban que había tenido injerencia del Ministerio del Interior.