El capitán Nelson Duarte presentó una denuncia policial por amenazas de muerte y agresión física contra el jefe de Recursos Humanos del Ministerio de Defensa Nacional, coronel (retirado) Gustavo Figueredo. Un día antes Duarte había interceptado al ministro Armando Castaingdebat en la calle para que lo recibiera.
Según relató el oficial, que recientemente fue ascendido de teniente a capitán, el miércoles, estando en el Ministerio de Defensa y cuando procuraba ser recibido por Figueredo, el jerarca “salió en forma abrupta de su oficina, me pegó un manotazo en el pecho y me dijo que me retirara. ‘Yo a vos te voy a matar’, gritó y puso su cara contra mi cara. Gritaba: ‘dale, pegame, pegame’. Yo le respondí: ‘Coronel, usted acaba de perder lo poco que le quedaba de dignidad’”.
Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron el altercado, pero relataron una situación diferente. Según la versión oficial, Duarte llegó sin cita previa, se presentó como un oficial llamado Mario Martínez y cuando Figueredo vio quién era en realidad, le dijo que no lo recibiría de ese modo, a lo que Duarte habría reaccionado de malas maneras y montado un escándalo.
Según Duarte, la secretaria de Figueredo lo había citado. Niega haberse presentado bajo un nombre falso y afirma que vestía su uniforme de fajina, que tiene el apellido Duarte bordado en el pecho.
Un día antes, Duarte también había intentado ser recibido en el ministerio. En esa oportunidad, interceptó el auto del ministro Armando Castaingdebat en la calle y reclamó ser recibido con urgencia. Ante la respuesta del ministro de que la entrevista debía acordarse previamente con su secretaría, Duarte lo acusó de ser “tan corrupto como sus predecesores”.
Según Duarte, su insistencia en ser atendido con urgencia el martes y miércoles se originó porque horas antes había recibido de parte de la Dirección de Paso de Fronteras, a la cual está asignado aunque no se le permite ir a trabajar, unas actas de calificaciones que le exigían que firmara de inmediato, a pesar de carecer de elementos básicos como fecha, foliatura y firmas correspondientes.
A raíz de estos hechos, la abogada de Duarte, que también es su esposa, Natalia Martínez, presentó una denuncia por omisión de los deberes del funcionario público en contra del coronel Mario Muñoz, responsable del órgano calificador del personal superior del Ejército.
Según la denuncia, al presentarse a pedir información sobre el caso de su defendido, Muñoz le habría gritado que ella no tenía derecho a exigirle nada por ser “solo una abogada” y él un coronel.
Martínez también presentó otro escrito ante el Ministerio de Defensa reclamando se inicie una investigación por un presunto delito de abuso de funciones en contra el comandante del Ejército Mario Stevenazzi, la abogada Carolina Grosso del Departamento Jurídico, los coroneles Figueredo y Muñoz, y el coronel Artigas Álvarez, director de Pasos de Frontera.
Duarte se encuentra enfrentado a un largo contencioso con el Ejército. La abogada Martínez ha presentado una denuncia penal contra el Ejército por alterar documentos para fraguar las calificaciones de Duarte y activar un mecanismo que permitiría expulsarlo del Ejército por obtener dos deficientes consecutivos.
Las calificaciones fueron cambiadas en las actas, denuncia la abogada.
La Fiscalía hasta el momento no ha dado andamiento a tal grave acusación.
Los conflictos de Duarte llevan más de una década.
En 2013, siendo teniente, denunció que desde hacía años personal militar se empleaba irregularmente para instalar las piscinas de la empresa Akesse, sin que existiera ningún convenio vigente en ese sentido. También que en su unidad se fabricaban porteras para la carpintería de un coronel y se traían bebidas de contrabando del Chuy en vehículos militares.
Las denuncias se demostraron ciertas, pero salvo algunas sanciones menores, nadie pagó por las irregularidades y el caso no fue remitido a la justicia. En realidad, el único realmente perjudicado fue Duarte, que a partir de ese momento comenzó a padecer todo tipo de sanciones, traslados y humillaciones, y estuvo una década sin lograr un ascenso.
En 2021 Duarte presentó otra serie de denuncias, con filmaciones y fotos de hechos de contrabando e irregularidades en el uso de combustibles y neumáticos.
Tras esta denuncia, a Duarte se le impidió presentarse en su lugar de trabajo, aunque se le paga el sueldo.
Las investigaciones administrativas respecto a la segunda tanda de denuncias continúan, ya que las primeras actuaciones –que el Ejército encomendó a los propios denunciados- debieron repetirse.
Durante el transcurso de estas investigaciones, el general Marcelo Pose le advirtió a Duarte que se cuidara de a quién denunciaba, lo que motivó que se abriera una nueva investigación por una eventual amenaza, que aún no concluye.