¿Cómo cuidan su salud los empresarios?

Así comienzan los problemas de sueño y de descanso, porque el cerebro no deja de pensar en ese acuerdo que hay que cerrar o en aquel inversor que hay que atraer. Esto repercute en la calidad de vida de los ejecutivos e hipoteca su tercera edad.

Hace unos años era un tanto extraño escuchar a empresarios o ejecutivos, de 25 a 40 años, decir que cuidaban su salud. Hoy en día hay una tendencia que se inclina hacia el cuidado personal, para evitar ciertos problemas y alcanzar una vejez digna.

En la primera etapa de la carrera empresarial se busca ir detrás de los sueños y recorrer un camino que conduzca a la consolidación económica. Esos años son como una escalera, en donde hay que ir subiendo y conquistando objetivos. Pero sin un cuerpo sano, no hay combustible para subirlos.

El cuerpo es algo así como un automóvil, importa el chasis y el motor. Si estas dos cosas no están en condiciones, no se puede avanzar. Por eso, algunos empresarios y emprendedores, afirman que la salud mental es tan o más importante que la física y que los cuidados humanos se deben concebir como algo integral.

Muchos son los ejecutivos uruguayos que están invirtiendo tiempo y dinero en su salud, pero uno de los que más foco ha hecho en esta materia es el empresario y fundador de InCapital, Martín Guerra.

Recientemente lanzó “Mi segunda vida”, un libro que cuenta cómo fueron los primeros pasos que dio para cuidar su salud y hoy en día estar “embanderado” con la medicina funcional. Este tipo de prácticas concibe al ser humano en su conjunto e impulsa determinadas costumbres para prevenir enfermedades, y llegar a la última etapa de la vida de la mejor manera.

Guerra es un empresario exitoso, que tiene una gran habilidad para negociar y percibir potenciales ideas. Buena parte de su vida, la zanahoria que tuvo delante fue buscar estabilidad económica. En el camino postergó sus afectos y arriesgó demasiado.

Pero la vida le movió la estantería cuando, a los 44 años y atravesando una situación económica muy favorable, decidió tener más hijos. Allí se dio cuenta que quería verlos crecer y llegar a una vejez digna, donde las enfermedades clásicas de la tercera edad no lo dejaran obsoleto. “Quiero apagarme, que un día el  motor no prenda y listo”, explicó ante la pregunta de cómo desea llegar al momento de su muerte.  

Un camino autodidacta

Guerra tenía un problema: no sabía cómo encarar el tema y a quién recurrir. Luego de invertir horas y horas investigando a través de artículos periodísticos y libros, se dio cuenta que la medicina funcional era el camino.

Su rutina se basa en dos aspectos: el ayuno y el entrenamiento. El primero es el más cuestionado por la medicina tradicional. Sin embargo, en su libro cita argumentos de referentes como el médico estadounidense Mark Hyman, que afirman que no es necesario comer tantas veces al día porque el cuerpo obtiene alimentos que luego no usa. Esto decanta en obesidad y en poca claridad a la hora de actuar.

La rutina en un día normal para el empresario es saltearse el desayuno y almorzar entre las 13:30 y 14:00 horas, luego hacer ayuno hasta las 20:00, cuando cena. “Me siento bien, con energía y mucho más proactivo”, sostuvo a Café y Negocios.

A su vez, realiza ayunos que implican cinco días sin comer para desintoxicar su organismo pero que no afectan su rutina ni le hacen suspender la actividad física. “Obviamente bajo la intensidad del entrenamiento, pero no dejo de hacer nada”.

En cuanto al entrenamiento en sí, el empresario realiza ejercicios de alta performance en estaciones de 15 o 20 minutos. Tanto en el terreno sanitario como en el deportivo, para Guerra, debe haber aspectos personalizados porque todos los organismos reaccionan de manera distinta.

En un pasaje de su libro, y en palabras de su personal trainer Aníbal Malán, las clases en gimnasios son como ir a un supermercado; ofrecen lo que quieren y pueden, pero no lo que las personas necesitan.

Emprender para contagiar

En la medida que comenzó a transitar este camino se sintió solo. En Uruguay hay poco conocimiento sobre la materia y la medicina tradicional termina siendo una traba para que el tema avance. El empresario decidió encarar la temática con una actitud emprendedora para lograr que su círculo íntimo comenzara este camino y contagiar a más personas. “Me tomé el tema con la misma pasión que con un emprendimiento: invertí, pasé tiempo formándome, fui a fondo”, contó.

Guerra suele llamar a todos sus amigos y conocidos para preguntarles si leyeron el libro, si pudieron hacer algo o si, por lo menos, les movió alguna fibra íntima. “Los sigo hasta por debajo del agua y más aún si de lo que propongo surte efecto y tienen iniciativas de hacer algo, pero no soy un talibán”, consignó.

En este camino, no pensó en sacar un rédito empresarial porque el principal motivo es su familia y sus hijos. Pero afirmó que la medicina funcional también tiene beneficios a la hora de moverse en el ámbito empresarial. “Todo esto te lleva a estar más enfocado, ser más proactivo y con más ganas de resolver problemas y de meterte en los temas. Y te baja la ansiedad, un componente típico a la hora de emprender, pero que si se lleva al extremo, complica las cosas”, sostuvo Guerra.

Para Guerra, una cuestión fundamental para tener constancia es el nivel de confianza en la relación médico – paciente. Esto determinará en qué medida la persona puede cuestionar algunos tratamientos y tratar de encontrar, haciendo un trabajo en equipo con el especialista, los resultados deseados.

En este camino, no pensó en sacar un rédito empresarial porque el principal motivo es su familia y sus hijos. Pero afirmó que la medicina funcional también tiene beneficios a la hora de moverse en el ámbito empresarial.

En este sentido, el libro cuestiona y replantea la obediencia que existe cuando un médico recomienda un tratamiento o da un diagnóstico. Por eso insiste que debe haber un cuestionamiento del paciente, para encontrar la raíz del problema y no quedarse en lo superficial. “En una consulta de 20 minutos es imposible encontrarle solución a todo”, dice Guerra en el libro.

Una de las grandes limitantes es que el sistema de salud no ha incorporado prácticas de este tipo, según Guerra. Opinó que, si bien hay avances en el terreno de la medicina personalizada, a las empresas de salud se les hace muy complejo brindar un servicio “uno a uno”. Por lo que se debe acudir a clínicas privadas, las que en Uruguay se cuentan con los dedos de una mano.

Para torcer el destino

Julio Najul es parte del grupo BTN, una entidad que se dedica a financiar proyectos y startups. La cantidad de ideas que reciben son casi imposibles de contabilizar, pero hubo una que llamó la atención de Najul: el programa antienvejecimiento Aion, a cargo del psiquiatra, neurobiólogo y psiconeurofarmacólogo Álvaro Lista –profesional mencionado en el libro de Guerra. 

El médico había volcado su conocimiento en otros países, como Canadá o Estados Unidos, y quería comenzar un proyecto propio en Uruguay. Con esta idea fue que llegó al grupo inversor. “Lo primero que le dijimos fue: ´bueno, vamos como inversores y socios, pero vamos a experimentarlo nosotros mismos porque nos llamó la atención´”, contó Najul.

El programa incluye estudios médicos previos para detectar qué tan envejecidas están las áreas del cuerpo y, una vez que están los resultados, se indica al paciente qué hacer. Todos estos exámenes están basados en ciencia, por lo que el resultado siempre va a ser “blanco o negro”, aseguró Najul.

Najul juega al fútbol en una liga senior, come sano y descansa bien. El estrés es parte de la rutina pero lo maneja. “Yo me sentía bárbaro antes de acudir al programa”, afirmó a Café y Negocios.Por ello antes de hacerse los estudios previos, pensó que “estaba impecable”.  Sin embargo, al darle la devolución, Lista le marcó un envejecimiento en el sistema cardíaco muy superior para sus 49 años. “Me mostró que si seguía así, en seis o siete años me iba a dar un paro cardíaco jugando al fútbol”, recordó Najul.

Este diagnostico preventivo no se puede alcanzar con el clásico chequeo anual. El estudio médico que determinó le vejez cardíaca prematura de Najul, fue una ecografía que examina la arteria íntima carótida, que pasa por el cuello. A su vez, cuando hay una conclusión acerca del diagnóstico, se realizan otros estudios para confirmarlo.

De igual modo, el empresario tiene claro que esto no indica nada. “Cómo vos te sentís es algo muy subjetivo, sino mirá la cantidad de gente que reacciona bien ante los placebos”, dijo. Agregó que, a los 12 meses de realizado el primer estudio, se hace otra batería de análisis clínicos para saber qué tanto se avanzó.

En los resultados inmediatos, Najul se siente mucho más delgado y con más energía para encarar el día a día: “Más vital y más fuerte, tal como me dijo Lista”. Pero, sobre todo, el inversor destacó la oportunidad de “torcer el destino” y evitar ciertas situaciones de salud inimaginables. “Dentro de nueve meses, cuando me haga los otros exámenes, realmente voy a saber los avances concretos”, agregó.

En cuanto a la cotidianeidad, el programa tiene sugerencias desde lo psico espiritual, para encontrar ámbitos que se adecúen con el estilo de vida de la persona, hasta recomendaciones psicológicas en caso de que sea necesario. Todos estos consejos se realizan dependiendo del diagnostico y los logros que se quieran conseguir.  “Es un programa integral. Se hacen recomendaciones y diagnósticos desde todos los puntos de vista del cuerpo”.

No esperar a la enfermedad

Una de las profesionales que ayudó a Martín Guerra a continuar las prácticas de la medicina funcional en Uruguay fue Silvina Tocchetti, la primera especializada en la materia que trabaja a nivel local. Tocchetti, junto a la economista Laura Raffo, fundó la clínica Mind Nutrition. A este centro médico acuden muchos empresarios y ejecutivos, de entre 40 y 50 años, para consultar sobre diversos temas.

Agotamiento, falta de foco y concentración, estrés, dificultades para dormir, problemas de sueño, jaqueca, malestares gástricos, problemas cardiometabólicos y ansiedad son los temas más recurrentes que Tocchetti manifestó a Café y Negocios.

La profesional comenttó que lo que más atrae a los empresarios a este tipo de medicina es que se pueden prevenir las enfermedades, sin necesidad de que se manifiesten. “Al igual que en las empresas no se espera tener números en rojo, en la medicina funcional no se espera que se desate la enfermedad para intervenir”, explicó.

Desde Mind Nutrition se trabaja en tres aspectos. Por un lado se busca suplir nutrientes, cofactores y neurotransmisores que el cuerpo ya no genera. Para esto se realiza la ingesta de suplementos naturales y no de medicamentos.

En segundo lugar, siempre se modifica la alimentación del paciente para conseguir los objetivos que se plantean al inicio del tratamiento.

Por último, se trabaja con la higiene del sueño para atacar el estrés. Se modifican hábitos, buscando generar un orden en todo aquello que afecte a la psiquis del empresario. “Todo esto dura entre cuatro y seis meses”, apuntó.

Un “gimnasio espiritual”

Algunos llevan el entrenamiento físico como bandera y argumentan que eso los hace sentir bien y saludables. Pero hay otros, como el caso de la empresaria gastronómica Elena Tejeira, que ha priorizado su aspecto espiritual y así logra un “mejor relacionamiento en la oficina”.

Para Tejeira, la manera en la que los empresarios y emprendedores interactúan con los demás es clave, porque si logran relaciones fuertes y estables el camino hacia el éxito se hace mucho menos estresante. “Si nosotros nos cuidamos, somos los primeros que irradiamos la buena energía que tanto se necesita para el contacto con los clientes, proveedores y el propio equipo”, argumentó.

Para lograr esto, Tejeira se levanta alrededor de las 6:00 de la mañana, disfruta del amanecer y de la naturaleza. Luego de estar despierta y activa, dedica 20 minutos a meditar y reza un rosario completo. “Tengo un lugar en mi casa, como una especie de altar, en donde tengo mis figuras y mis velas. Es como ir al gimnasio espiritual”, contó a Café y Negocios.

Los fines de semana, dedica tiempo al ocio en ambientes naturales donde pueda estar relajada y sin tensiones alrededor.

A su vez, se informa constantemente acerca de las reacciones humanas y así ha logrado entender los motivos por los cuales responde de tal o cual manera. Para llevar esto a la práctica, siempre lleva consigo con un cuaderno que llena de anotaciones y en caso de estar en una situación que la sobrepasa, relee lo que dicen los apuntes. En esta línea, contó que cuando está en ambientes tensos, saca de la cartera una piedra y la toma entre sus manos para evitar la confrontación y “cambiar la energía”.

Para la empresaria, predisponerse de buena manera a las situaciones es clave para encarar el día a día de la mejor forma. Así también evita que el estrés termine siendo un problema de salud.

En cuanto a la alimentación, Tejeira busca “alimentar el cerebro”. Esto lo hace para prevenir posibles enfermedades en el corto y mediano plazo, pero también para obtener fuentes de energía todos los días. “Mi mamá falleció de Alzheimer y entonces haré todo lo posible para que no se repita la historia”, dijo.

“Tengo un lugar en mi casa, como una especie de altar, en donde tengo mis figuras y mis velas. Es como ir al gimnasio espiritual”

Para la empresaria, hace unos años que se viene instalando la tendencia de cuidado a nivel empresarial. Explicó que los ejecutivos están comenzando a entender que si ellos no están bien, las empresas tampoco. “Siempre hay desequilibrios, pero muchos están haciendo cosas para sobrellevar mejor las responsabilidades”, apuntó.

Un debe

Más allá de que sea una tendencia, a algunos se les dificulta hacerle un espacio a la actividad física en medio de la jornada laboral. Uno de los empresarios con poco tiempo para relajarse, es el director de Young & Rubicam, Álvaro Moré.

El publicista coincide que es una tendencia que crece a pasos agigantados en Uruguay, pero afirmó a Café y Negocios que a él se le hace muy difícil dedicarle más tiempo al deporte. “Camino y hago algo de ejercicio en el gimnasio, pero honestamente sigo muy enfocado en el trabajo y eso no me deja dedicarle todo el tiempo que quisiera”, contó.

En los momentos en que puede ir al gimnasio o salir a caminar, el ejecutivo prefiere quedarse en la oficina porque siempre tiene mucho trabajo por hacer. “Soy un mal ejemplo que espero corregir prontamente”, señaló.

Esto es algo que se da en la vida de Moré desde sus primeros días de trabajo. Empezó siendo adolescente y no tenía tiempo para ir a jugar al fútbol con sus amigos. “Siempre llegaba tarde porque me quedaba trabajando”, recordó.

De igual modo, sostuvo que se realiza un chequeo de salud todos los años para tener un panorama de cómo se encuentra y trata de seguir al pie de la letra las recomendaciones que hace el médico. 

En cuanto a la vejez, Moré agregó una variable que cree pesa mucho cuando llega el momento de encararla: el ahorro. “A la vejez hay que esperarla y aceptarla con dignidad pero creo que hay que prepararse. Si no te preparás para tomar algunas decisiones, termina siendo tarde”, sostuvo.

En ese camino de preparación, al igual que los demás empresarios, Moré mencionó el ejercicio, la alimentación saludable y qué tanto se prioriza la salud mental en el transcurso de la juventud. “Hay buenas prácticas que tienen un buen efecto en lo inmediato y un gran efecto a largo plazo”, comentó.