MARCELO MORILLAS

¿Cómo rentabilizar las actividades creativas?

Audiovisual, música y diseño son algunos de los sectores crecientes dentro de la economía naranja; la alianza con la industria tradicional genera oportunidades

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19 de junio de 2019 a las 05:02

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La economía tiene denominaciones basadas en colores y formas, de acuerdo a dónde tenga puesta su lupa. Economía azul, circular, lineal y también naranja o creativa. Esta última integra a los sectores que involucran la generación de ideas y conocimiento, que se transforman en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual.

Este concepto, acuñado en 2001 por el autor británico John Howkins, abarca la industria cultural y la economía del conocimiento. Dentro de estas grandes áreas, se incluye el sector audiovisual, música, diseño, editorial e ilustración, artes visuales y escénicas, artesanías y publicidad, entre otros.

Las industrias creativas presentan un crecimiento sostenido en el mundo, y se transformaron con la aparición de las nuevas tecnologías. El desarrollo de internet, el comercio electrónico, archivos en formato digital, el modo en que la gente produce y consume cultura cambiaron profundamente su panorama. Según la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac) de Unesco, estas industrias representaban el 3% de la economía global en el año 2013, y generaron 29,5 millones de puestos de trabajo.

En Uruguay no hay información reciente del impacto del sector en la economía. Los últimos datos de la Cuenta Satélite de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) son del año 2012. Hace siete años, las industrias creativas representaban el 1% del PIB y los puestos de trabajo formales eran cerca de 20 mil, aunque se calcula que había el doble de informales. Pero desde 2012 la realidad cambió mucho. “Estas industrias se meten en otras áreas, en los servicios globales. Hoy Uruguay ofrece un montón de cosas que en 2012 eran más incipientes”, opinó uno de los técnicos de la Dirección de Planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Hernán Cabrera. 

En mayo de este año, la OPP presentó un estudio prospectivo denominado “Las industrias creativas en el desarrollo del Uruguay del futuro”, coordinado por Cabrera. “Este trabajo, a diferencia de la mayoría de lo que se viene haciendo en torno a las industrias creativas, no se trató para cada subsector independiente. Todo lo que se intentó aportar fue una mirada holística sobre estas industrias”, expresó.

Por su parte, el director de Planificación, Fernando Isabella, explicó que el interés por estudiar este sector se basa, entre otras cuestiones, en la intersección que tienen lo cultural y lo tecnológico, que genera “oportunidades inmensas” para Uruguay. “Hay un cambio a nivel de las economías en el mundo, la generación de valor es cada vez más intangible y asociada al conocimiento y la cultura. Hay muchas oportunidades de internacionalización, mucho se comercia online. Eso permite eliminar los costos de transacción, transporte y aranceles”, consignó.

Sectores que crecen

En Uruguay hay unanimidad en decir que el sector audiovisual está dos pasos adelante en la industria creativa. Le sigue el diseño, la música y el sector editorial. Una de las luchas dentro de la industria es cambiar el chip y pensar que es posible generar un negocio sustentable basado en la cultura.

Diego Traverso es músico, integrante de las bandas Santé Les Amis y Los Bosques, economista y especialista en las industrias creativas. Actualmente tiene una consultora junto a un socio, Geek Creative Economics, que asesora en proyectos y capacitación en innovación, industrias creativas y emprendedurismo. Según Traverso, las nuevas generaciones han cambiado su visión y entienden que es posible vender un producto cultural y vivir de eso. “Después que lo hiciste, estaría bueno rentabilizarlo, verse como emprendedores que pueden generar mano de obra y oportunidades al país”, sostuvo.

Para lograrlo, la formación es esencial. “Tiene que estar acompasada a lo que pide el mercado. A nivel creativo en Uruguay estamos muy bien, pero hay que incorporar un componente de emprendedurismo en estos sectores”. Entiende que una de las áreas con potencial por su internacionalización son los videojuegos, pero más allá de lo técnico, saber venderlo es la grieta a superar. “Podés tener un videojuego que sea buenísimo, un disco que sea excelente, pero si no sabés cómo lanzarlo, los derechos de autor, cómo subir tu contenido a las plataformas digitales o gestionarlo, vincularte con otras empresas que te ayuden va a ser difícil”.

Cambio de logo y packaging de La Chevre Blanche

La Chevre Blanche
Hace cuatro años, Ariel Méndez y Estela Martín Bereta empezaron a producir quesos de cabra. El emprendimiento La Chevre Blanche ingresó en las grandes superficies pero sus productos no lograban destacarse en las góndolas. “Nos presentamos al llamado de ANII porque necesitábamos un cambio de imagen. Fue así que entre varias opciones elegimos al estudio de diseño Creator”, explica Méndez. A fines de 2017 empezaron a trabajar en conjunto en el cambio de packaging y el logo, aunque continuarán realizando proyectos porque se generó una “muy buena relación” entre ambas empresas. “El cambio nos permitió mas reconocimiento en el mercado, y buscamos exportar”, sostuvo.

En octubre de 2018 se realizó el primer Mercado de Industrias Creativas en Uruguay (Micuy), organizado por la Dirección de Cultura del MEC. La iniciativa –que se repetirá el próximo año– buscó favorecer la formación, el intercambio y la vinculación de productores, empresas y profesionales de las industrias creativas, así como potenciar la producción, aportar a la visibilidad y promover la comercialización en todos sus sectores.

El coordinador de Micuy, Rodrigo Márquez, dijo que este mercado permite tener un mapeo de los proyectos y su potencial. “Llegamos hasta los estudiantes, entonces sabemos sobre los proyectos que están en el semillero”, expuso. 

Sámago
Para mejorar la experiencia del cliente, el estudio de diseño de mobiliario Sámago utilizó una de las herramientas de ANII para aplicar tecnología en los procesos de venta de sus muebles. “Si el cliente pudiera ver el mueble en su hogar antes de comprarlo, se puede dar cuenta de si se adecua a su espacio o si combina con otros muebles”, explicó el director de la empresa, Ernesto Fasano.
La aplicación móvil se lanzará en julio, y fue desarrollada por Sim Design, que trabaja con realidad virtual.
“Nosotros no teníamos la capacidad ni la tecnología para hacerlo. Ahí surge este articulador para permitir trabajar con una agencia de realidad virtual y contarle nuestro proyecto”.

Las mentorías son lo que más reclaman desde el sector, sobre todo en lo que tiene que ver con el modelo de negocios: “Cómo desde mi emprendimiento cultural construyo un modelo de negocios que se adapte y pueda crecer y ser competitivo”. En segundo lugar, preocupa la internacionalización y luego el mercado local, para “que la gente sepa que existen y lo consuman. Antes de salir debes trabajar en tu país y tener un nombre”. Además, la sostenibilidad de los negocios y la escala que tienen para “poder vivir de eso”, sostuvo.

Tres aristas

Uruguay XXI promueve la internacionalización del sector editorial, música, audiovisual, TIC, diseño y arquitectura e ingeniería. El gerente de Promoción de Exportaciones, Pablo Pereira, comentó que se trabaja en tres aristas: la formación, la gestión cultural y la promoción. “Algo importante en la internacionalización es la constancia. Ir a una actividad aislada, a un evento y no volver, no sirve. Esto es a largo plazo, debe marcar presencia”. Para fomentar las habilidades de exportación, Uruguay XXI tiene un programa mensual para conocer la dinámica o contar con información específica sobre el tema.

“Uruguay se consolida como exportador de servicios, en particular no tradicionales. Hay una gran oportunidad en estos sectores”, remarcó Pereira.

Sinergia de industrias

En 2017, el Montevideo Valley, evento de inspiración que organiza Fundación da Vinci estuvo centrado en las industrias creativas. El director de Da Vinci, Sergio Delgado, explicó la importancia de fomentar el sector: “Tenemos que visibilizar y valorar lo que son las industrias creativas por un lado, y optimizar los cruces o links de estas empresas con las tradicionales o de TIC”.

Opinó que el nexo entre estos mundos debe servir para algo más allá de lo estético o entretenimiento. “Muchas veces cuando hablás con emprendedores y les decís que los pueden ayudar desde industrias creativas, lo primero que piensan es en hacer un flyer, rediseñar un logo, hacer un pequeño clip de promoción. Pero la interacción que se puede tener con las industrias creativas va mucho más allá y es responsabilidad de la sociedad civil y otros actores públicos poder favorecerla”.

En este sentido, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) lanzó en 2017 el Programa de Innovación en Industrias Creativas, con fondos destinados a empresas y emprendimientos de estas industrias. El coordinador del programa, Javier Pastorino, explicó que existe una visión de las pymes creativas de no encontrar canales para innovar y desarrollar nuevos productos, y por otro lado las empresas del resto de los sectores más tradicionales que ven problemas para incorporar insumos creativos en sus procesos y productos. 

“El programa no busca el desarrollo de la industria creativa per se, sino la generación de una vinculación entre dos sectores que inicialmente podían ser opuestos pero que en realidad juntos pueden generar innovación, agregar valor a los productos, servicios, procesos y formas de comercialización”, comentó. 

Para lograr este objetivo hay cuatro herramientas: dos dirigidas al sector de industrias creativas y dos relacionadas con las empresas tradicionales que buscan incorporar industrias creativas.

Las destinadas a las empresas de las industrias creativas son la validación técnica y la comercial. “Agregar valor a través de la vinculación con un externo a la tecnología a productos, servicios, procesos o formas de comercialización. Se cubre hasta $ 160 mil”. Además, está disponible el voucher de innovación, que cubre hasta el 80% del costo total, con un máximo de $ 254 mil.

En tanto, para las empresas tradicionales hay un fondo de exploración creativa que busca cubrir hasta $ 160 mil para llevar a cabo consultorías creativas. “Se hace un estudio a medida sobre las características de la empresa, cuál es el publico objetivo, la esencia de la marca, con recomendaciones de acciones que podrían solucionar ciertos problemas”, dijo Pastorino.

El otro instrumento sirve para contratar a empresas creativas y llevar a cabo las acciones que se recomendaban en las industrias , con una cobertura de hasta el 80% con un tope de $ 254 mil.

Cambio de mentalidad

Antes de llevar adelante Sellin, la plataforma digital que conecta proveedores con compradores de productos hechos por artesanos y pequeños productores, Diego Fraga comenzó a emprender en el 2005 con DVL, una empresa que se dedica a la innovación de productos para industrias de varios sectores de fabricación industrial: tecnología eléctrica, industria médica, embalajes. “En ese momento, el valor de las industrias creativas no era el mismo que ahora”, reflexiona Fraga. 

Este cambio en la mentalidad de las empresas de incorporar innovación, fundamentalmente diseño, lo visualizan una vez que salen a competir al mercado exterior. “Las empresas a las que les vendemos son en el 90% exportadoras y entienden el valor de las industrias creativas”, destacó.

Fraga mencionó un ejemplo para comprender este fenómeno. “Hasta hace unos años, los envases de dulces en los supermercados eran los mismos. Hoy en día en la misma góndola tenés una amplia oferta de productos que vienen desde el exterior, sobre todo europeos. Hay un montón de marcas internacionales que han venido a posicionarse a nuestra plaza. El valor de la industria creativa se empieza a ver en la importancia de la diferenciación”, remarcó. 

Entiende que algunos industriales incluyen como parte de su inversión los desarrollos vinculados a las industrias creativas. “Cuando arrancamos, le teníamos que explicar a la gente qué era el diseño, incluso al Estado, además de su valor. La batalla actual es hacer crecer al sector para poder salir al exterior y posicionarse como industria con oportunidades”, resumió. 

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