¿Dónde querés trabajar: en el PTI del Cerro o en Zonamerica?

Hace tiempo pienso en eso, asumiendo el riesgo de simplificar en una foto el razonamiento de un debate complejo. Y más que el golpe gráfico de imaginar uno y otro “modelo”, lo atractivo del caso está en lo que realmente sienten los dirigentes políticos respecto a ese esquema bipolar.

¿En que “rincón” se ubica cada sector político, cada dirigente partidario, cada militante, y cada uruguayo que no tiene divisa?

Esa ubicación forzada seguramente incomoda a más de uno, que se siente de izquierda, pero podría quedar ubicado a la derecha y también viceversa.

Imaginemos que pudiéramos dibujar, poner un ejemplo claro, de uno y otro modelo, con dos puertas que nos condujeran a esos lugares y pudiéramos elegir: ¿dónde quisieras trabajar?

¿En el PTI del Cerro o en la Zonamérica?

Fui a los dos lugares, hablé con gente, con trabajadores y con autoridades; estudié la matriz política del diseño de ambos espacios productivos, en los que hay emprendimientos privados con incentivos públicos (tributarios), para ver si eso era útil para describir a “un modelo” y al “otro modelo”.

Para el PIT-CNT, su “modelo” está basado en una expresión de “solidaridad”, de eludir la “explotación del hombre por el hombre” y lograr una “redistribución” de ingresos, con una ganancia compartida, en términos más “igualitarios”.

El cooperativismo y la “autogestión” aparecen como ejemplos de esa expresión colectiva, sin un capitalista que ponga su dinero, tome el riesgo del negocio y se quede con la ganancia fuerte. Y también lo piensan con un esquema organizativo que contemple responsables de áreas, pero que para la toma de decisiones haya un ámbito colectivo, y en el que “nadie sea más que nadie”.

El Parque Tecnológico Industrial (PTI) del Cerro contiene ese espíritu, lo que estuvo en su matriz fundacional, justamente impulsado en la era frenteamplista de la Intendencia Municipal de Montevideo. Y el punto máximo estuvo con el impulso de la izquierda en el gobierno nacional, y más precisamente con la era “Pepe” Mujica y el impulso a una fábrica de vidrios, “Envidrio” (Ebigold S.A. cuyos accionistas son cooperativistas)

El PTI alberga empresas que tienen régimen de cooperativa o de “autogestión”, que es dirigida por los propios trabajadores o una delegación de estos.

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Como espejo de “el otro modelo”, capitalista por excelencia, aparece Zonamerica, o el conjunto de zonas francas en las que se puede incluir a UPM y Montes del Plata entre otras.

Recorrí todo esos casos, y la sensación que vive el que no trabaja ahí y está de visita, es la de “otro país”, de sentir que eso “no es el Uruguay”. Hay otros ejemplos, como el Parque de las Ciencias, en el mismo régimen franco.

La organización, el funcionamiento, la modernidad y tecnología, la imagen de los edificios, el estado de sus caminos y jardines, las empresas por dentro, todo parece ajeno al paisaje folklórico del Uruguay.

Muchas firmas multinacionales, lógica empresarial competitiva, procedimientos no comunes en un país en el que el “más o menos” se resiste a desaparecer.

Las diferencias entre el PTI y Zonamérica no están solamente en balances sino que están en todo: el exterior de los edificios, el interior de oficinas o plantas, en las cantinas, comedores o restaurantes, en el funcionamiento. Hay algo en común: los trabajadores son uruguayos. Pero se comportan distinto, según el esquema de incentivos para cooperar con la meta de la compañía.

No se trata de que un lugar sea más lindo o prolijo que el otro. Hay más.

Las empresas del PTI podrán exportar, pero su ámbito es local. Las firmas de Zonamerica tienen su negocio en el mundo exterior.

En el PTI la esencia está en “compartir”; en la Zonamerica está en “competir”.

En el Cerro hay un colectivo que empuja y que comparte. En la zona franca hay un emprendedor que lidera y un equipo que busca resultados.

Es más profundo que eso, pero quedémonos con ese esquema de “uno” y “otro”.

¿Cuál elegiría cada uruguayo si pudiera escoger libremente, entre dos puertas que conducen a caminos diferentes, uno al modelo PTI y otro al modelo Zonamerica?

Entre ambos casos hay un lote de empresas, negocios y tipos de trabajo, pero esos dos se aproximan a representar el esquema de “dos modelos” del que habló el PIT CNT este 1º de mayo.

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La adhesión política a uno y otro ejemplo de “modelo productivo” no es tan lineal, porque no todo el Frente Amplio tiene al “PTI” como su faro. El sector mayoritario, el MLN-Tupamaros, está afiliado a la idea autogestionaria, y  una parte del Partido Comunista, del Socialista, y de otros grupos, sienten atracción por ese “modelo”. Otros comunistas y socialistas persiguen un esquema más de Estado que de autogestión. Pero de alguna manera, la idea de economía sin patrones es la luz que llama a ese arco grande de la izquierda uruguaya.

Otra corriente frenteamplista, que en las últimas décadas fue guiada por Danilo Astori con el respaldo de Tabaré Vázquez, no gusta del PTI y prefiere a Zonamerica; no por esa marca precisamente, sino por perseguir una idea de competitividad, fomento a inversión privada, incentivo a ingreso de capitales extranjeros y acuerdos comerciales para exportar más y a más destinos. Son más “Z” que “PTI”.

Si frente a una puerta y otra debieran alinearse los sectores partidarios y no los lemas, el “corte” político sería más complejo a lo que se da en una elección.

Y también dentro de blancos o colorados, habría dirigentes y sectores más cómodos en un “modelo” más cerrado al comercio, más dirigista en líneas de qué hacer y más estatista en abarcar negocios para el sector público. No es tan lineal la lectura de “modelos”.

La dicotomía entre PTI y Zonamerica es muy esquemática y no refleja la economía ni la sociedad uruguaya, pero de alguna manera ambos ejemplos representan conceptos que grafican lo que el PIT-CNT ha querido expresar sobre “dos modelos de país”.

Cuando pase la pandemia, el debate sobre “modelos” pondrá al sistema político frente a un espejo de definiciones.