“Hay que alentar la investigación que pueda ser aplicada rápidamente”

Entrevista al futuro presidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), José Bonica Henderson

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20 de abril de 2020 a las 05:00

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–Una vez asumida la presidencia del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), ¿en qué se pondrá foco?

–Está claro que en cualquier organización lo más importante es su gente. En el caso de INIA en los funcionarios como los investigadores, pero también los usuarios, es decir, los productores. Nuestro principal foco es asegurar y alentar que haya el mejor clima para que se produzcan los mejores productos, los más necesarios, interactuando entre todos como un verdadero equipo.

–En el sector agropecuario está claro el valor que tiene INIA, pero ¿cómo explicaría la importancia “porteras afuera”?

–Está claro que la innovación es el punto de la investigación. Cuando investigamos dedicamos recursos a generar conocimiento y cuando innovamos utilizamos ese conocimiento para producir recursos y ganancias. En ese marco hay dos escenarios. Uno porteras adentro, donde la tecnología ayuda a mejorar la competitividad y también la sustentabilidad de los sistemas de producción, pero porteras afueras, el segundo, también es muy importante. Uruguay es un país agroexportador y como tal hay que dar certezas a consumidores que no están en el país, que están muy lejos, de que nuestros sistemas tienen un impacto ambiental razonable, aceptable y que existe ética en la producción de alimentos. Nosotros tenemos una visión de que la investigación agropecuaria tiene que estar al servicio del clima de negocios, y en el caso de Uruguay pensando en la exportación. Es decir, tenemos que focalizarnos también en lo que siente y en lo que quiere el consumidor extranjero.

–¿Específicamente de qué certezas hablamos?

–Hay muchos ejemplos. Entendemos que va a ayudar mucho si somos capaces de dar valores objetivos del impacto ambiental que tienen los distintos sistemas de producción. Esto es algo muy sensible en el mercado internacional, cada vez más. No deberíamos dejarnos llevar por valores que vengan del extranjero, sino que tenemos que chequear de manera confiable nuestros verdaderos impactos y la evolución que están teniendo. Estamos hablando de huella de carbono. No es lo mismo un valor que está mejorando, a otro que está estable o a uno que eventualmente pueda estar moviendose en un sentido negativo.

–Si bien INIA acciona con base en decisiones propias, también lo hace en respuesta a intereses que surgen desde el ámbito productivo, ¿cuáles son los temas de interés para los productores?

–INIA ya tiene varios mecanismos para interactuar con los productores, que no solo están presentes en su junta directiva, es decir cuando se toman las direcciones políticas, sino que también están presentes con los consejos de asesores regionales y también en los grupos de trabajo. Es decir, hay varios niveles donde los productores no solo pueden, sino que deben hacer llegar sus inquietudes.  En la interacción es donde se encuentran las mejores instancias para tener éxito. Hay varios ejemplos y de varios lados. En mi experiencia personal, me hace pensar en el arroz, en donde constantemente se han elevado los rendimientos y la calidad de este producto, pensando fundamentalmente en el extranjero porque más del 95% de la producción se exporta.

Una reflexión sobre el coronavirus

José Bonica fue uno de los uruguayos que padeció el covid-19 (coronavirus), aunque ya está dado de alta. 
 A propósito contó que afortunadamente su caso fue relativamente leve, dado que la fiebre tuvo respondió al paracetamol, la tos no fue demasiada y sus pulmones siempre estuvieron funcionando bien. De todas formas, recomendó ser muy juicioso y responsables con nuestros comportamientos porque lo que hagamos nosotros afecta a terceros.

–INIA realiza un aporte de US$ 40 millones al Fondo Coronavirus. ¿Eso no incidirá en la cantidad y calidad de sus desarrollos?

–Tiene varias implicancias. La primera es la satisfacción, porque en un momento de emergencia nacional estamos colaborando. Segundo, pensando en el día después, tenemos que estar seguros de que esto se valore hoy, pero que no afecte los temas de mañana. La investigación agropecuria ha demostrado ser hasta ahora muy rentable. Esperamos que esto siga siendo así. Para ello obviamente se necesitan recursos y a cambio de ellos existe la obligación de ofrecer resultados. Esperemos que la buena experiencia que tiene Uruguay en este sentido no se interrumpa. Pero hoy hay que focalizarse en los esfuerzos que hacemos para pasar la crisis.

–En tiempos de distanciamiento social, ¿cómo se las ha ingeniado el INIA para seguir extendiendo al sector productivo el resultado de sus investigaciones?

–Los investigadores, los que pueden, están trabajando desde casa. Los demás siguen, obviamente, en sus tareas de campo. Se están ejercitando nuevas prácticas de comunicación a distancia. Es un desafío para todos que con gusto se afronta porque es lo que nos impone la realidad. En estos momentos, más que nunca, hay que hacerles llegar a los usuarios las tecnologías disponibles.

–Desde tu experiencia como productor, ¿qué impronta se le dará al instituto?

–Para la investigación aplicada, que es el objetivo principal de INIA en el sector agropecuario, hay que tener un balance. Hay que alentar la investigación que pueda ser aplicada rápidamente. Esto necesita de dos cosas. Primero que la investigación sea buena, pero también que la comunicación sea eficiente. Hay que pensar en cómo llegar con esos datos a los usuarios. Es un desafío que esperemos que la experiencia, que es más en el plano empresarial y productivo que en el académico, sea una ayuda en ese sentido. 

El perfil del entrevistado

Datos
Tiene 65 años. Se crió en el litoral, pero su vida profesional la realizó en el este del país.
Familia
Tiene tres hijos y “casi” cuatro nietos, ya que uno “está en camino”.
Profesión
Ingeniero agrónomo.
Actividad
Trabajó en empresas arroceras-ganaderas. Fue asesor CREA.
Antecedentes
Participó de la junta del INIA, presidió la Sociedad de Criadores de Hereford y la Asociación Rural del Uruguay y durante ocho años fue secretario general del Consejo Mundial Hereford.

 

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