Camilo dos Santos

"La caída del monopolio es la piedra fundamental para desmantelar Ancap"

El dirigente sindical Gerardo Rodríguez habló sobre las prioridades del gremio ante la asunción de un nuevo gobierno y el inminente cambio de autoridades en la petrolera estatal

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02 de diciembre de 2019 a las 17:10

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Ante los inminentes cambios en las autoridades y en algunas de las políticas llevada adelante por Ancap a partir de 2020, el presidente de la Federación Ancap (Fancap), Gerardo Rodríguez, conversó con El Observador sobre las prioridades a defender por parte del gremio en el próximo año. El dirigente sindical defendió el monopolio y el rol social que tiene que cumplir la petrolera, la necesidad de inversión en el pórtland y fue crítico con la gestión de la actual presidenta de Ancap, Marta Jara, al señalar que hizo recortes "a diestra y siniestra" y vació de contenido social a la empresa. A continuación un resumen de la entrevista.   

¿Qué perspectivas hay en Fancap con respecto al cambio de gobierno a partir del 1° de marzo, que seguramente también implicará nuevas autoridades al frente de la empresa?

Tenemos una preocupación bastante grande, además de incertidumbre. Dentro del programa del Partido Nacional figura la caída del monopolio y sabemos que eso implica poner la piedra fundamental para desmantelar Ancap. Se ha tratado de instalar la idea que sería un mecanismo para bajar las tarifas, pero hemos dado infinidad de argumentos que demuestran que eso no es así. De hecho, hoy en día la brecha entre el precio de paridad de importación y el de Ancap se viene achicando. Y creemos que en los próximos meses puede llegar desaparecer.

¿Por qué cuesta tanto llegar a ese objetivo?

A veces no se explica bien o se presta a malos entendidos. No puedo comparar el precio de paridad de importación de la nafta y el gasoil, para concluir que conviene importar por la diferencia que hay por los cálculos de la Ursea, que son teóricos y de referencia. Esos análisis además parten de la premisa que el actor que gestione los combustibles va a sumar todas las eficiencias del mercado. Por ejemplo, pensar que voy a tener un barco esperando para abastecerme cuando lo preciso y a los mejores precios. Además, si se importa nafta y gasoil tengo que también hacerlo con supergás, fueloil, asfalto, solvente, combustible para aviones. A la hora de hacer la comparativa tengo que hacerlo considerando la canasta de productos derivados del petróleo versus esos productos en el mercado internacional. La otra premisa que hace falta considerar es si en Argentina y Brasil hay una diferencia de por ejemplo $ 20 en el caso de la nafta, en caso de importar: ¿Se van a acceder a esos precios necesariamente?

¿A qué se refiere?  

En la región hay déficit de refinería, por lo que no va a haber la posibilidad de importar porque esos países van a optar por abastecer a sus mercados internos primero. Esto implica que se va a tener que hacer desde el golfo de México y a los precios que se venden ahí.  En los casos de Argentina y Brasil bajo el supuesto que tengan superávit de refinado –que no tienen-, no van a vender a precio del mercado interno, sino a valores internacionales.

¿Si los costos fueran más altos, cuál sería el estímulo para que el privado entre en el mercado e importe combustible?

La Ursea dentro del cálculo que hace de referencia tampoco toma en cuenta el margen de ganancia del privado. O sea, que si llegara una multinacional el precio estaría por encima o no sería redituable.

¿Temen que las multinacionales vengan a perder para quedarse con el mercado?

Pueden venir a perder durante dos años. Me instaló en el mercado y a Ancap la hago desaparecer. Por dos razones, porque tengo capital para sostener ese precio por debajo, pero además porque si como hipótesis supusiéramos nos dividiéramos los mercados, Ancap pasaría a importar menos crudo del que importa hoy, aumentando sus costos. Ancap hoy importa un millón de barriles cada 20 días, que es la cantidad mínima admisible para acceder a un precio razonable. Si se importará la mitad, por un lado el costo de la materia prima sería más cara y el flete costaría lo mismo para traer 500 mil que un millón de barriles. La relación entre el transporte y el volumen que traslado va a aumentar. Esa ineficiencia puede llevar a una guerra de precios por parte de la multinacional para hacer desaparecer a Ancap o la multinacional bien puede aprovecharlo para enriquecerse.

¿Pero ponerla a competir no es un estímulo para hacer una empresa más eficiente?

Por un tema de escala y tamaño de mercado, en Uruguay o hay un monopolio público o hay uno privado. Uruguay siempre va a ser dependiente en materia energética de las oscilaciones del crudo a nivel internacional, pero puede ser doblemente dependiente. Si dejáramos de refinar también se generaría dependencia sobre los productos refinados. Lo que se busca en el fondo es desmantelar Ancap y entregar la actividad a un actor privado. En definitiva, la pregunta que le vamos a trasladar al futuro presidente es si va a cumplir con la voluntad popular expresada en el plebiscito de 2003.

¿Qué otras prioridades tienen en cuenta como sindicato de cara a 2020?

Los otros temas que nos preocupan son la industria cementera, los biocombustibles, la logística en general, la flota marítima y las plantas de combustibles del interior en particular. También el ingreso de personal y el salario. En la actualidad hay 220 funcionarios menos y se pretendió también bajar salario con recortes de compensaciones. Hay lugares donde es imprescindible ingresen funcionarios, porque si no, no se va a poder cumplir con la tarea. El objetivo que se plantea la derecha –por el Partido Nacional y Colorado- son decisiones que van en la dirección de desmantelarnos. En el caso de la refinería por ejemplo, si no llenas las vacantes la tenés que parar.

Sigue dando pérdida el pórtland y se habla de revisar el negocio, que hoy se mantiene pero es un división deficitaria que no logra encauzarse.

Uruguay tiene una riqueza estimada de US$ 15 mil millones en piedra caliza, que es el elemento a partir del cual se fabrica el cemento pórtland. Se hizo una inversión muy grande pero no se ha terminado la actualización tecnológica. No se instaló el horno para el que se precisan US$ 120 millones. Eso permitiría bajar los costos de producción de US$ 150 a US$ 90 por tonelada. Esto es lo que nos pone en condiciones de competir con el capital privado como así también con las importaciones. Si no se hacen, estamos en una situación vulnerable. Sabemos que podemos enfrentar el cierre de una de las fábricas o del desmantelamiento de toda la industria porque lo han dicho. Para nosotros la suerte que corran la plantas de Paysandú o Minas, no solo afecta a las 600 familias que dependen de ellas, sino también a todo lo que tiene que ver con el mercado interno de esos departamentos.

¿Hay mercado para el pórtland?

El mercado del pórtland se asienta sobre tres pilares fundamentales. La materia prima –piedra caliza- que tenemos es para producir durante 100 años, la otra pata que es la infraestructura tecnológica como para poder industrializarla, que es lo que falta para generar aumento de producción y costos menores. La tercera pata es el mercado. El uruguayo se divide más o menos en partes iguales entre el pórtland Artigas y el Ancap, más un 8% de pórtland Charrúa, que es importado de Turquía. Además, el año que viene se va a dar una situación nueva con la construcción de la fábrica en Treinta y Tres –de capitales brasileños- que va a volcar 400 mil toneladas al mercado y el que está en peores condiciones para competir y va a perder mercado es Ancap. Por eso nosotros estamos tan interesados en que se apruebe el proyecto de ley en el Parlamento de compras públicas.

Camilo dos Santos

¿No se afecta la libre competencia en ese caso?     

La comisión de Industria se lo envió a Cancillería para saber si había algún impedimento desde el punto de vista de los acuerdos comerciales que tiene el país y se respondió que no había impedimento que pudiera poner en contraposición a los acuerdos internacionales. Se establece que el 100 % de la obra pública se tenga que hacer con pórtland fabricado en Uruguay y que el 50% sea de Ancap. El objetivo es defender la mano de obra nacional.

¿Qué otras prioridades tiene el sindicato ante el cambio de gobierno y de autoridades en Ancap?

El tercer tema es el de los biocombustibles, que ha trascendido se buscaría desmonopolizar la fabricación. Esto sería un despropósito teniendo en cuenta que el proyecto social tiene sentido en la medida que satisfaga una necesidad que tiene Bella Unión. Es cierto que si se produjera etanol en otras zonas del país, con sorgo por ejemplo, sería más barato pero no se cumple con la finalidad que se busca de darle respuesta social a un sector de la sociedad que pasó y pasa dificultades. No se hizo una ley de biocombusible porque se quería promover su producción, se hizo como herramienta para solucionar un problema social.

¿No deberían generarse estímulos para otros tipos de modelos productivos que sean utilitarios en esa zona?

En los últimos tiempos se ha puesto énfasis en que la gestión de (Marta) Jara es buena porque ha dado ganancias. Hay la sensación de que dar ganancias en un ente autónomo es sinónimo de buena gestión y nosotros estamos en las antípodas de esa mirada. No decimos que no importa perder dinero, seríamos tontos si dijéramos que no hay que cuidar los recursos de todos los uruguayos. Pero entendemos que la gestión de una empresa se debe medir de acuerdo al objetivo que persigue. En caso de una empresa privada el objetivo es el lucro, maximizar ganancias, pero para un ente autónomo el fin es el desarrollo social, productivo y económico del país. Está en la esencia de Ancap y forma parte de su razón de ser, ser el motor o vehículo para satisfacer el desarrollo y atender la falta de trabajo en una comunidad de entre 10 mil y 12 mil personas. Habría que medir gestión en base a ese objetivo, no solo del dinero. Es una inversión económica que tiene un retorno social. 

¿Se ha hecho demasiado énfasis en el tema de la rentabilidad y se dejó de mirar el rol social de la petrolera?  

Se instaló la idea de que se robaron todo y no es así. Nosotros somos críticos, pero una cosa es que se robaron todo, otra que se hayan hecho malas inversiones. La planta desulfurizadora fue la inversión medioambiental más importante que hizo el país y no se le da el valor adecuado. Si nos paramos en 2005, Ancap estaba prácticamente de rodillas. Se había preparado durante más de una década con un proceso de desinversión para liquidarla y entregarla en 2003. Había la necesidad de hacer una inversión de US$ 1.000 millones, US$ 400 millones en la desulfurizadora, US$ 300 millones en el pórtland y US$ 300 millones en los biocombustibles. Capaz, es cierto, no era necesario hacer toda esa inversión que se hizo en biocombustible o hacer mejor la de pórtland. Pero es muy distinto plantear que se sobredimensionaron proyectos a que se robaron la plata. No tiene nada que ver. Por ejemplo, hay cosas que la gente no sabe, como que el supergás es el más barato de la región.

¿Tiene que seguir siendo subsidiado?

Para nosotros sí. Está subsidiado porque es una política pública orientada a beneficiar a un segmento de la sociedad y ahora seguramente se baje el gasoil, con otra política pública orientada a mejorar el segmento productivo. También está el tema del subsidio al boleto a través del fideicomiso del gasoil. Pocos uruguayos saben que pagan menos el boleto por este subsidio. Ancap paga entre US$ 50 millones y US$ 60 millones en fletes para que en todos los rincones del país se pague el mismo precio de combustible, algo que no ocurre en todos lados. Ahí se está cumpliendo con un objetivo social. Las empresas públicas tienen entre sus cometidos garantizar a todos los uruguayos el acceso a los derechos humanos fundamentales: a la vivienda, a la salud, a la educación y también a la energía.

¿Cómo califica la gestión de Jara?

Nosotros no entendemos como en un gobierno de izquierda una liberal formada en una multinacional como Shell puede llegar a estar al frente de una de las empresas públicas industriales más grande del país. Indudablemente es una mujer muy inteligente y capaz, pero que tiene una mirada capitalista de la gestión. Por lo tanto, vino a gestionar Ancap para poner la casa en orden, sin importar el costo. Hizo recortes a diestra y siniestra y de alguna manera vació de contenido o parte del contenido a la esencia social del ente. Y si no avanzó más fue porque el sindicato le puso un freno. En esa lucha contamos con el Ministerio de Industria que políticamente frenó a Jara en muchos aspectos.

¿Tienen que quedar en manos del Estado MontevideoGas y Conecta?

Nosotros pensamos que sí. En nuestra estrategia de defensa de Ancap  de hecho nos estamos reagrupando para formar una gran confederación que extienda a Fancap. Alcancé al gremio de ALUR, a los cortares de caña, a los sindicato de la distribución y también a los del gas. Nosotros pensamos que después de ser absorbido, tiene que ser gestionado por Ancap.

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