¿Por qué hay gimnasios abiertos a pesar de no tener un protocolo aprobado por el gobierno?

Desde el comienzo de la emergencia sanitaria, autoridades nacionales, empresarios y trabajadores se han sentado a la mesa para aprobar protocolos a fin de asegurar reintegros seguros en un contexto de pandemia. Desde obras de construcción, comercios, oficinas públicas, clases presenciales, hasta shoppings y eventualmente las ligas de fútbol, han acordado normas sanitarias para la vuelta de actividades.

No es el caso, sin embargo, de clubes deportivos y gimnasios, que siguen a la espera de una respuesta oficial. “Se nos había prometido por parte del Ministerio de Salud Pública y de la Secretaría Nacional de Deportes que verían el protocolo a la brevedad”, dijo a El Observador Lourdes Rapalin, vicepresidenta de la Cámara Uruguaya de Gimnasios y Afines (CUGA).

La gremial se formó a raíz de la emergencia sanitaria y, desde que unificó protocolos de varias instituciones en uno solo que elevó a las autoridades el 1º de abril, sigue aguardando respuesta.

“No podemos seguir esperando, porque estamos hablando de que vamos a abrir en pleno junio, que es temporada bajísima para el rubro, y porque estamos hablando de muchas fuentes laborales”, explicó la representante de la gremial que agrupa a unas 1.600 empresas y ocupa a 10.000 trabajadores.

“Lo que falta es que el Comité de expertos y que la parte de Torre Ejecutiva nos dé el “OK””, afirmó a El Observador Pablo Ferrari, subsecretario de la Secretaría Nacional del Deporte. El jerarca añadió que “lamentablemente” aún no maneja una fecha para eso.

Sin embargo, las empresas del rubro están abriendo desde abril. En efecto, Rapalin estimó que todos están trabajando en este momento, incluso tras las declaraciones del titular de la SND, Sebastián Bauzá, quien a fines de abril afirmó que todos los que estuvieran abriendo estaban “en infracción”.

Por su parte, la vice de la Cámara de Gimnasios no cree que haya alguno que permanezca cerrado a esta altura. “Quienes estén sin trabajar es porque cerraron. Sabemos que hay muchos gimnasios que ya no van a poder abrir”, lamentó.

Consultada sobre una estimación, Rapalin comentó que aún están intentando “hacerse de esa información”. “Todos los días alguno te dice que ya no va a poder abrir, que se hace imposible mantener un presupuesto fijo. Estamos hablando de alquileres, pagos de facturas, jornales”, expuso.

El argumento jurídico

Pero sin una autorización oficial, ¿cómo es que hayan tantas instituciones abiertas? 

“No podemos tomar medidas porque no hay ningún acto jurídico que prohíba la apertura de esos gimnasios”, argumentó Ferrari. “Es bajo estricta responsabilidad de los que lo hacen. Estamos reiterando siempre la recomendación, no hay otro camino que ese, y es el que ha recorrido Uruguay en todos lados”, sostuvo.

Los gimnasios consultados por El Observador se amparan en una resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) del 19 de marzo. En ella se establece que las empresas deberán coordinar por su cuenta “la confección de protocolos de prevención y actuación ante el riesgo” por Covid-19.

“La mayoría hemos sido inspeccionados por el Ministerio de Trabajo. A quienes cumplimos con las normas, se nos ha dado… no sé si llamarlo el “OK”, pero que estamos en condiciones”, relató Rappalini.

Es así que las instituciones se están rigiendo por protocolos que ellas mismas elaboran, en consulta con recomendaciones del MSP, infectólogos y otros protocolos.

“Cómo se ha estipulado esto de los protocolos, y para los gimnasios no, es muy contradictorio”, argumentó Gustavo Méndez, propietario del gimnasio Yes en Maldonado. “Tenemos la posibilidad de educar y cuidar mucho más que un shopping o un ómnibus”, sostuvo.

Todas las medidas apuntan a mantener las distancias y extremar la higiene. Por ejemplo, Infinit Gym de Montevideo coloca alfombras sanitarias para desinfectar el calzado al ingreso. En las caminadoras se dispone que su uso sea uno de por medio. La asistencia está fijada por turnos de una hora, con previo registro online, y con 15 minutos de espacios entre cada una para poder desinfectar las instalaciones.

Gustavo Méndez, de Maldonado, explicó que todos los que ingresen al gimnasio deben lavarse las manos con alcohol en gel antes de ingresar. Sobre el uso del tapabocas, indicó que el dueño es el que puede instrumentar su uso. “Cuando estás boca arriba y no hay absolutamente nadie o en una caminadora con nadie enfrente, y tenés que respirar, lo vas a tener que hacer. La concentración de oxígeno e hidrógeno en el tapabocas te puede llegar a marear y es contraproducente con el organismo. En esas ocasiones tenés que bajarlo, y también cuando te vas a hidratar”, narró.

En su caso, contó que cada objeto, desde mancuernas y colchonetas hasta barras y bancos se desinfectan tras el uso. “Es un tema cultural, y los gimnasios que tienen diez o doce personas lo pueden hacer”, afirma.

En ninguno está permitido el uso de baños o vestuarios.

Algunos alivios