TIMOTHY A. CLARY / AFP

¿Por qué los inversionistas jóvenes actúan de manera inesperada?

Las finanzas del comportamiento ayudan a explicar por qué los inversionistas jóvenes actúan de manera inesperada

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18 de marzo de 2021 a las 15:53

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Por Gillian Tett

¡Ay no!; aquí vamos de nuevo. En enero, los precios de las acciones de compañías como GameStop se dispararon incontroladamente en medio de frenéticas operaciones bursátiles minoristas en plataformas digitales como Robinhood. Esto ocasionó las consabidas señales de preocupación por parte de los inversores tradicionales y serias audiencias del Congreso.

La volatilidad disminuyó. Pero ahora está volviendo a entrar en erupción: el miércoles, el precio de GameStop subió a US$348.40, luego se desplomó a US$200, en un frenesí que convirtió a la ‘insignificante’ acción en una de las más negociadas en las bolsas de valores. El precio de las acciones de Koss (el fabricante de audífonos) y del grupo de cines AMC también osciló, al igual que el de Tesla y el de bitcoin.

¿Cómo deberían interpretar esto los inversionistas serios? Una obvia lección es que es un error suponer que las audiencias del Congreso han detenido los dramas de las operaciones bursátiles minoristas en línea. El analista Larry Tabb le señaló al Financial Times (FT) que las operaciones minoristas han representado tanta actividad como la de los fondos mutuos y los de cobertura combinados durante el último año.

Esto pudiera disminuir después de la pandemia. Después de todo, como lo ha explicado el economista del comportamiento Richard Thaler, el aburrimiento del confinamiento y la creciente disponibilidad de aplicaciones para negociar en la bolsa probablemente han intensificado el interés entre los “millennials”.

Sin embargo, no se puede suponer un cese en el corto plazo. Una encuesta realizada por Deutsche Bank ha sugerido que la mitad de los inversionistas de entre 25 y 34 años con una cuenta de corretaje, pondrán en el mercado de valores la mitad de lo que reciban del próximo paquete de estímulo de US$1.9 billones de Joe Biden. Deutsche ha indicado que esto pudiera generar US$170 mil millones en nuevas entradas.

Eso es extraordinario. Y subraya una segunda lección de las oscilaciones del mercado de esta semana: la necesidad de que los inversionistas vuelvan a leerse el libro de 2011 “Pensar rápido, pensar despacio” del psicólogo Daniel Kahneman. Él identificó dos modos principales de pensamiento humano: el “sistema 1”, o pensamiento “rápido”, ocurre cuando los humanos toman decisiones “intuitivas” basadas en su reacción instintiva a cualquier cosa que llame su atención y que apele a sus emociones; y el “sistema 2”, o pensamiento “lento”, el cual involucra un análisis calculado de una gama de datos visibles y menos visibles con menos emoción.

Cuando el tomo de Kahneman apareció por primera vez después de la crisis de 2008, numerosos inversionistas convencionales lo elogiaron como una guía de autoayuda, y se comprometieron a evitar demasiado pensamiento “rápido”, o prejuicio emocional, en sus estrategias.

Sin embargo, esta dicotomía entre rápido y lento ahora tiene un nuevo giro. Una forma de enmarcar los recientes acontecimientos es como una pelea entre los inversionistas convencionales que están tratando de pensar “lento”, y una multitud minorista que está actuando desafiantemente “rápido”. Esto no significa que los inversionistas convencionales no respondan a las señales emocionales o que solo actúen de manera “racional”. (Cualquiera que compre bonos del Tesoro hoy día, por ejemplo, puede parecer irracional en el futuro). Pero el punto clave es el siguiente: la multitud de pensamiento “rápido” no se está comportando dentro del marco cognitivo que esperan los inversionistas “lentos”.

Los académicos Brad Barber y sus colegas han descrito esto claramente. Ellos han señalado que el diseño de plataformas en línea como Robinhood fomenta el pensamiento ultra “rápido”. “Es probable que la simplificación de información en la aplicación Robinhood les proporcione facilidad cognitiva a los inversionistas, lo cual los llevará a confiar más en la manera de pensar del Sistema 1 y menos en la del Sistema 2”, indicó el artículo. “Robinhood solo proporciona cinco indicadores gráficos para evaluar, mientras que [la plataforma de comercio en línea] TD Ameritrade ofrece 489”.

Tal como me comentó Kahneman: “Cualquier cosa que acelere a las personas en lugar de desacelerarlas va a provocar un comportamiento más impulsivo y acrítico”. Esto crea distintivos patrones. Los inversionistas de pensamiento “rápido” en aplicaciones de operaciones bursátiles persiguen acciones que han registrado ganancias y pérdidas anormalmente altas, a diferencia de los inversionistas más convencionales. Existe una extrema congregación — o comportamiento gregario — en torno a un pequeño grupo de nombres que los operadores minoristas conocen ya sea a través de sus propios hábitos de consumo (como la cadena de tiendas GameStop) o a través de las noticias. Un artículo separado de los académicos Gideon Ozik, Ronnie Sadka y Siyi Shen determinó que, en 2020, los frenesís de negociaciones típicamente estallaron “entre las acciones con una alta cobertura mediática relacionada con Covid-19”.

En otras palabras, lo que impulsa el pensamiento “rápido” en las finanzas no es solo la emoción, sino también la atención. O para citar a Kahneman nuevamente: “La noción de 'negociaciones de atención' es una forma muy productiva de explicar el comportamiento”.

Esto a menudo resulta en pérdidas. El artículo de Barber y sus colaboradores ha calculado que “el 0.5% superior de las acciones compradas cada día pierde alrededor del 4.7% durante el mes siguiente”. Greg Davies, el director del grupo de finanzas conductuales Oxford Risk, ha indicado que las operaciones bursátiles “emocionales” normalmente les cuestan a los inversionistas tres puntos porcentuales de rentabilidad anual, pero ahora les está haciendo perder más. “Actualmente tenemos la confluencia de factores perfecta para la inversión emocional”, él ha argumentado. La existencia de la pandemia significa que numerosos inversionistas están “emocionalmente muy sensibles y tienen un acortado horizonte temporal emocional que aumenta el atractivo de las apuestas para hacerse rico rápidamente”.

En ello radica una tragedia, sobre todo porque los operadores astutos sin duda están prosperando gracias a los errores de pensamiento “rápido” de los operadores minoristas. Pero aquí también hay una lección más amplia: si deseas comprender los precios de las acciones en la actualidad, mira más allá de los modelos de valoración o de los algoritmos comerciales.

La atención importa profundamente, en este momento. También importa la emoción, particularmente porque el clima primaveral (en el hemisferio norte) pronto pudiera mezclarse con el alivio del confinamiento y con ese paquete de estímulo estadounidense de US$1.9 billones, el cual algunos beneficiarios puede que usen de maneras que Biden nunca hubiera anticipado... o deseado.

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