Desde que la vida en sociedad se redujo a las interacciones virtuales, las pantallas empezaron a ganar más protagonismo del que tenían. Porque durante los meses de confinamiento en distintas partes del mundo, el escenario de acción se limitó al hogar o a las reuniones virtuales a través de Zoom o de alguna otra plataforma similar. Así, las reuniones de trabajo, los cumpleaños familiares, las clases en cualquiera de los niveles de la educación, el entrenamiento, algunas bodas e incluso funerales se desarrollaron a distancia desde las computadoras o celulares de los participantes.
Pese a tener la posibilidad de verle la cara a amigos, compañeros o familiares que no se ven hace mucho tiempo, gran número de personas tienden a mirarse más a ellos mismos en el video antes que al resto de las personas. ¿Por qué?
"Muchos adolescentes lidian con algo llamado audiencia imaginaria, esta creencia en sus mentes de que las personas a su alrededor realmente están prestando atención a cada movimiento que hacen", explicó el ciberpsicólogo Andrew Franklin en un artículo de Insider.
Pero este no es únicamente un fenómeno que experimenten los adolescentes. "Ese fenómeno de audiencia imaginaria no necesariamente desaparece. Las personas se vuelven extremadamente conscientes de sí mismas y piensan que los ojos están puestos en ellas. Cuando en realidad, no están siendo examinadas o criticadas en la medida en que piensan que lo están", dijo el experto.
Franklin indicó que las charlas a través de un video suelen ser más estresantes que la interacción cara a cara. Esto es porque en la comunicación en persona, hay todo un lenguaje que va mucho más allá de las palabras. En una videollamada no es posible dilucidar del todo los gestos, las expresiones faciales y el lenguaje corporal de quien habla.
"En línea, estás relegado a una pantalla que puede ser del tamaño de una página", subrayó el psicólogo y agregó: "Te estás perdiendo mucha información que tal vez obtendrías si estuvieras cara a cara. Por lo tanto, las personas pueden encontrarse un poco tensas cuando están en una reunión de Zoom".
A su vez, sucede que en las charlas presenciales las personas pueden interrumpirse para decir algo. Pero en los chats de video las interrupciones suelen ser incómodas y poco fluídas.
"Debido a la tensión de tener que mirar las caras de varias personas en pequeñas cajas en la pantalla, y la distracción de ver dentro de las casas de todos, podrías terminar mirándote a ti mismo", se expresa en el artículo. Además, se explica que es tan común el hecho de que varias personas suelen mirarse a sí mismas que existen artículos que enseñan a cómo simular el contacto visual durante las videollamadas y existen ensayos personales que exploran lo que sucede emocionalmente cuando alguien pasa todo el día en video chats.
En ese sentido, Franklin afirma que concentrarse en uno mismo durante un chat de video es parte de una estrategia para lidiar con la sobrecarga de estímulos que se reciben de ese chat.
El profesional explicó, además, que si bien hay quienes piensan que pueden absorber todo lo que sale de la pantalla, no es posible procesar todo lo que se dice en el video chat. Porque "todos están prestando atención continua y parcial a estas llamadas", según informa Insider.
El consejo del experto, entonces, es que cada persona considere que a sí como ellos se están mirando a sí mismos, "es probable que todos los demás estén haciendo lo mismo", motivo suficiente para relajarse un poco.
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