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¿Qué planes hay para solucionar el desempleo de los jóvenes?

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02 de enero de 2020 a las 05:02

El desempleo de los jóvenes alcanza niveles significativos, lo que obliga a encarar soluciones urgentes. En el programa del Partido Nacional (PN) se afirma que para los menores de 25 años, el desempleo promedio del último año fue del 25,5%, mientras que para los mayores de 25, la tasa es del 5,2%. En las mujeres jóvenes, el desempleo llegaba al 30,6% a setiembre de 2018.

Estos datos empujan a elaborar propuestas pragmáticas, que converjan a ayudar a que los jóvenes puedan insertarse en el mercado laboral. La premisa de todo esto es encarar y hacer una reforma profunda de los planes educativos, para actualizarlos y adaptarlos a las exigencias del mercado de trabajo. La educación no solo debería formar a la persona en valores y en habilidades interpersonales, sino que también le debe dar herramientas para que pueda encontrar trabajos sostenibles en el tiempo.

Mi experiencia me indica que una porción de los educandos advierten que lo que le están enseñando no le sirve para un futuro laboral real. Por esta razón y por otras, un importante porcentaje abandona el sistema educativo. Los jóvenes requieren resultados tangibles en el corto tiempo. Por tanto, la educación tiene que estar orientada con pragmatismo hacia su inserción en el mundo del trabajo.

Hay que elaborar planes y acciones orientadas a incentivar a los jóvenes a estudiar. Con ejemplos aterrizados en la realidad, se les tiene que demostrar la utilidad práctica de lo que están aprendiendo. El Compromiso por el País firmado por los partidos de la oposición, plantea varias propuestas para solucionar este problema.

En primer lugar, se asume el compromiso de hacer una reforma curricular que abarque la educación desde los 3 hasta los 18 años, que se fundamente en la formación por competencias. Esto es fundamental para que las nuevas generaciones no se pierdan en una maraña de conocimientos dispersos, que no tienen una unidad sistémica. El conocimiento adquirido debe dar respuesta a la pregunta: ¿Para qué estudio? Si esta pregunta no tiene una respuesta convincente para el joven, es altamente probable que el sistema educativo no lo pueda retener.

En segundo lugar, se propone impulsar la formación dual y otras modalidades que favorezcan la igualdad de oportunidades en el acceso al mundo del trabajo. En el programa del PN se define a la formación dual, como una modalidad educativa que alterna el aprendizaje teórico en un centro de educación formal, con la práctica en un lugar de trabajo, de modo tal que el tiempo pasado en el ámbito laboral cuente como tiempo de aula.

El PN propone reformular las leyes sobre empleo juvenil, que no han dado resultados. Opino que en la última modificación de la ley, se hicieron cambios que detuvieron el avance del empleo formativo. Se lo definió como una relación laboral dependiente, con pago de salario y beneficios, con aportes a la seguridad social y la designación de un tutor. Para las empresas no es atractivo, porque se le establecen las mismas condiciones que si contratase a un trabajador ya formado. Se tendría que rediseñar esta norma, y establecer contratos formativos a plazo, donde el joven obtiene una contraprestación muy importante, que es aprender a trabajar y aplicar los conocimientos.

En tercer lugar, y en la misma línea de avanzar en la educación para el trabajo, se propone profundizar la alianza estratégica entre tecnología y educación, apoyándose en la experiencia del Plan Ceibal y de la UTU. También se propone desarrollar la UTEC, apostando a la creación de nuevas carreras tecnológicas en el interior del país y aumentando el número de plazas disponibles.

En cuarto lugar, se asume el compromiso de desarrollar proyectos de formación técnico-profesional destinados a jóvenes de 15 a 25 años que no estudian ni trabajan, iniciándolos en el aprendizaje de oficios y en la incorporación de nuevas tecnologías constructivas.

La formación profesional del joven es la clave para su inserción en un trabajo decente. En el programa del PN, se propuso la creación de una Sistema Nacional de Formación Profesional Continua. Esto está bien para que se genere y ejecute plan estratégico común, que tenga claro los objetivos, que sean medibles.

Finalmente, se asume el compromiso de fomentar la cultura emprendedora. La generación de nuevos emprendimientos crea empleo. Se anota que debe ser concebida como una herramienta para el desarrollo tecnológico, la innovación y la mejora de las condiciones de vida. 

En setiembre se aprobó una ley sobre emprendedurismo, cuyo centro fue crear un nuevo tipo social y una nueva Institución. Todavía transcurrió poco tiempo para evaluar su efectividad. Habría que revisar esta norma y pensar en incentivos más tangibles y rápidos para fomentar emprendimientos que generen empleo juvenil. En el programa del PN se propone la exoneración temporal de aportes a la seguridad social.

En marzo de 2020 se inicia un nuevo camino de esperanza. Vendrán nuevas ideas, con fijación de objetivos tangibles y cumplibles en el corto y mediano plazo, y con acciones concretas para llevarlos a cabo. Esperemos que todo vaya bien y se obtengan resultados transformadores de la vida de los jóvenes.

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