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¿Cómo mitigar la pérdida de empleo por el avance tecnológico?

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19 de diciembre de 2019 a las 05:02

El avance tecnológico tiene aspectos positivos, pero también un lado negativo, por cuanto en general, conlleva una pérdida de empleo. La experiencia indica que si bien la incorporación de nueva tecnología crea puestos de trabajo, lo hace con retardo, y en un menor número de los que elimina. Y a su vez, estos nuevos puestos son distintos, y para asumirlos, se requiere una más alta calificación.

Asistimos a una paradoja por cuanto el ser humano es el creador de nueva tecnología, y con esto, sustituye el trabajo de otros seres humanos. Hay una tensión permanente entre nueva tecnología y empleo, y detrás de ella hay personas que ganan y otras que pierden. La sociedad se beneficia con los avances, pero también se perjudica porque tiene que procurar los medios para mitigar la pérdida de empleo.

Sabemos que la eliminación de puestos laborales tiene efectos individuales, familiares y económicos perjudiciales para la sociedad. La pérdida del trabajo podría generar en las personas  afectación en su salud. Esta situación recarga los sistemas de salud y de protección social en general, los que aumentan sus egresos con prestaciones por desempleo, y disminuyen sus ingresos por pérdida de cotizantes.

Este tema tuvo su llegada en los programas de gobierno. Los partidos políticos coinciden en que el avance tecnológico está causando y causará en el futuro, un impacto en el empleo, afectando a aquellos puestos de trabajo repetitivos, que serán sustituidos por la robótica,  la automatización, el internet en las cosas. A su vez, este avance implicará la creación de nuevos puestos de más alta calificación.

Algunos programas realizan un diagnóstico y contienen propuestas de cómo afrontar esta realidad y atemperar sus efectos. El Partido Nacional (PN) señala que la revolución tecnológica, la inteligencia artificial y la automatización, inciden e incidirán de manera transformadora en el ámbito laboral. Hay trabajos que desaparecen, otros que se crean, y otros que requieren nuevos conocimientos y nuevas capacidades. No solo se afectan puestos de trabajo, sino la forma en que el trabajo se organiza. El trabajo con uso de plataformas digitales, transforma la prestación de tareas tradicional.

El Frente Amplio (FA) afirma que con los cambios tecnológicos aparecen nuevas formas de empleo, que deben ser reguladas, con el fin de proteger los logros alcanzados. Aparecen nuevos trabajadores que irrumpen en el mercado laboral, generando nuevas categorías, que rompen los modelos hasta ahora existentes (por ejemplo, el teletrabajo). En esta dirección regulatoria, hay que atender el desplazamiento de los trabajadores producto de la robotización, automatización, etc.

En los dos programas relevados se coincide en la necesidad de instalar un ámbito de diálogo sobre este tema, con inclusión de los actores sociales. Se concuerda que hoy la estructura de la formación profesional está muy dispersa. No hay un sistema que tenga sus objetivos y metas a alcanzar fijadas, y no se pone el foco en la trayectoria laboral del trabajador, que está siendo apoyado con planes de formación profesional.

Este diálogo político y social tendría que concretarse en un acuerdo, que implique la creación legal de una Sistema Nacional de Formación Profesional. En esto coinciden el PN y el FA.  Es necesario que la formación de los trabajadores sea continua, dado que hay que adecuarse rápidamente a los cambios tecnológicos, con el fin de subsistir en el mercado de trabajo.

El PN propone la creación de un Sistema de Formación Profesional Continua (Sistema), que asegure permanentes oportunidades de mejora a los trabajadores, al tiempo que favorezca la innovación y la productividad. Es necesario que toda la institucionalidad creada en conexión con la formación profesional, funcione como sistema. El Sistema sería financiado a través del Fondo de Reconversión Laboral, y otros aportes públicos y privados. Tendría por fin generar políticas y mecanismos, que garanticen la calidad de la formación, la acreditación y  certificación externa de saberes, y acciones formativas.

El FA también propone la creación de un Sistema Nacional de Formación Profesional, con participación de los actores sociales. El Sistema tendría por fin articular entre las instituciones públicas y privadas, los distintos niveles de formación permanente y de capacitación para el trabajo. El FA plantea revisar la estructura actual de la Formación Profesional, procurando mejorar su coordinación, evaluación, calidad de enseñanza, etc., y establecer un número de horas anuales para la capacitación laboral, incluidas en la jornada de trabajo.

En síntesis, la pérdida de empleos derivada de la incorporación de nueva tecnología y la creación de menos puestos y de más alta calificación, tiene que mover a toda la sociedad y al arco político para que con premura, se haga un diagnóstico y se formule el paquete de acciones a implementar. Esta actuación no debería ser solo coyuntural, sino que tendría carácter  permanente, en atención a que el avance tecnológico no se detiene, y hay que estar informados y prepararse con programas y acciones tendientes a mitigar la pérdida de empleo

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