Liderar una empresa uruguaya en la que "todo el año es Navidad"

Además del local de ventas, repleto de árboles decorados, pesebres y chirimbolos, tienen un taller de fabricación. Trabajan durante 10 meses para abastecer en la previa de las fiestas a cadenas como Tienda Inglesa, Macro y Sodimac. También le venden a cooperativas y tienen sucursales como la recientemente inaugurada en Plaza Italia.

En la zafra, que comienza el 15 de noviembre, llegan a ser 80 personas empleadas, si se cuenta a las asistentes que atienden los stands en supermercados. Los acuerdos comerciales los cierran entre  marzo y abril “porque hay que hacer las importaciones”.

¿Cómo inició esta conexión familiar con la Navidad?

Mi padre era técnico de radio y televisión, y empezó a generar máquinas para hacer adornos de navidad. Las guirnaldas las fabricaba de cintas de aluminio, y  había que entregarlas en cajas para que no se aplastaran.

Cuando nació mi hermano más chico mis padres se dedicaron de lleno a la navidad. Mi mamá era maestra, muy creativa, le encantaba la decoración.  Dejó de ejercer para trabajar con mi papá.

Recuerdo ver a mi papá hacer los globitos de navidad de vidrio, con las varillas y soplando. También los punteros, uno a uno. Todo artesanal.

Luego vino el globo de plástico. Ese año  entregamos en Maldonado y habíamos puesto los chirimbolos en bolsas. La gente se agarraba la cabeza porque mis hermanos tomaban las bolsas de chirimbolos y las tiraban. Las personas pensaban que eran de vidrio (risas).

¿Cómo evolucionó la empresa?

Cuando me casé mi padre me dijo que abriera mi propia empresa  y así, hace 31 años que tenemos Navife, la empresa de navidad. Empezamos a abastecer a los supermercados, y desde ese entonces somos la misma empresa.

Los cuatro hijos  están empapados en lo que es la empresa. Lo llevamos dentro. Es de familia.

Hace tres años, Uno de ellos (ingeniero civil) hizo hace tres años este edificio hermoso de 500 metros cuadrados. Son cinco niveles; tenemos habilitado para fiestas y eventos para 240 personas. Cuando teníamos todo pronto para lanzar, llegó el covid.

Llegamos a hacer una expo y un desfile de modas, pero este año no se hizo propaganda.

Al fondo están los talleres.  Acá hay aca mucha industria nacional. Vienen productos importados como cintas que nosotros procesamos; hacemos los diseños al estilo y al bolsillo uruguayo. Muchas cosas a veces vienen muy caras o no son de la calidad que a nosotros nos gusta.

¿Cómo ha sido esta zafra de 2020 marcado por el covid-19?

Este año fue especial. Pero gracias a dios se está vendiendo. Atendemos con todas las restricciones por salud, todo el mundo con tapabocas y  alcohol en gel, lavando todo para que no haya ningún inconveniente. Tenemos un flujo tranquilo de gente.

¿Y en cuánto al volúmen de ventas?

Más o menos como el año pasado. Quizás un poquito menos pero no tanto. Quizás se despertó la Navidad un poco más tarde, como que estaba todo muy quieto.

Creo que la familia se va a reunir con sus cuidados. Y a la gente le gusta tener su arbolito. La Navidad es felicidad. Es el nacimiento de nuestro salvador, Jesús. No pensamos en todo lo malo sino en lo bueno, y mirar para adelante. Hay que ser positivo y que la gente pueda disfrutar de tener por lo menos su arbolito en su casa y reunirse en familia. 

Después que pasa la Navidad, ¿cuando empiezan a trabajar para la siguiente?

Al otro día (risas). Acá todo el año es Navidad. Los clientes preguntan si tenemos esto y lo otro, y tomamos notas para el próximo año, y ya empezamos en la búsqueda, tratando de innovar. Porque la gente quiere lo que está de moda y lo nuevo.

Evaluamos qué fue lo que más rotó, y buscamos traer productos que sean vendibles. A nadie le sirve ocupar un espacio en góndola que no funciona.

¿En donde está la innovación en este rubro?

En los productos y en los colores. Por ejemplo, en las luces el cambio grande fue la led. Terminó la generación de las luces de arroz, de los cablecitos una por una. Ahora es todo led, mucho más luminosa y que no recalienta. Esas tecnologías van cambiando y vamos acompañando. Viajamos todos los años a Europa, a las ferias, a ver qué se usa. Traemos cosas exclusivas, son muestras de un proveedor que no lo vende a otro lado que no sea a Europa.

 En los colores este año está el blanco y negro. Es especial, pero mo podíamos no tenerlo si uno entra en Pinterest y está.  También los colores pasteles como rosados y celeste. Estuve en Nueva York el año pasado y era muy común ver árboles de navidad decorados en esos colores.

¿Tienen capacidad de producción de decoración para otro tipo de eventos o fiestas más allá de la Navidad?

Estamos abiertos. Lo que pasa es que la Navidad nos insume bastante. Para hacer algo hay que hacerlo bien.

¿En todos estos años decayó en  el mercado uruguayo el espíritu navideño o las ganas de celebrar?

Ha habido momentos difíciles. Por ejemplo el año 2002. Vendíamos, vendíamos y de repente, no vendimos. Teniamos estrellas federales como para cinco años; no sabíamos qué hacer con las estrellas federales, porque habíamos comprado montones, como de otros productos. 

Entonces hicimos una sucursal en Buenos Aires, y otra en Chile. Exportamos. Se sacó mercadería porque había mucho stock.

Este año, entonces, no fue comparable al de 2002

Se empezó a vender mucho por la web. El año pasado se hizo una página nueva con e-commerce y se empezó a trabajar más en las redes. Los hijos traen el espíritu joven. Tenemos un hijo contador, otro ingeniero civil, otro ingeniero industrial (que tiene a cargo todo lo que es eléctrico), y otro que está en segundo de facultad de Ingeniería.  Yo estoy aprendiendo a ceder un poco, a soltar. Lo importante es caminar juntos para que hombro con hombro vayamos aprendiendo, que ellos vayan tomando la posta de lo que es la empresa. Ellos tienen que aprender de lo que nosotros vivimos.

Si llegan a venir dificultades, tienen que saber cómo apretarse el cinturón, no invertir en lo que no se debe pero sí apuntar a la tecnología y a lo nuevo. Si nos quedamos, nos hundimos. Pero si apuntamos a la novedad, se crece y ellos seguirán con la empresa. Costó mucho levantarla pero está funcionando y es una linda empresa. 

¿Qué disfruta de esta época navideña?

Los clientes vienen y eligen su árbol, se diseñan su decoración. Acá pueden elegir; hay casi 2.000 articulos en lista. No me dedico a mayorista. Me dedico a atender al cliente de manera personalizada. Si elige la cinta, le hago la moña para poner en el árbol. Para mí es un placer, porque sé que se llevan satisfacción de mi empresa. El año pasado teníamos inflable para los niños y para que se sacaran fotos. Otro año hicimos un sorteo a partir de las fotos que los clientes mandaban con su árbol. Nos mandaban las fotos en familia. Eso es precioso. La familia es una fortaleza y, buscando la guía de dios, si podemos aferrarnos a algo espiritual, ahí vamos a tener éxito. l