A la cárcel delincuente que prendió fuego a dos mujeres en local de cobranza

El joven, de 18 años, había sido condenado por usar un arma robada hacía tres meses, pero la Justicia lo había penado con libertad vigilada. Estaba cumpliendo esa medida cuando asaltó el 14 de mayo a una policía que caminaba en la calle con sus dos hijos. La mujer le dio lo que pedía, su arma de reglamento, pero él quería que le diera más cargadores y apuntó a los niños con el revólver.

Finalmente se fue.

Había robado el arma para atracar un local de cobranzas. El  martes 4 de junio, relató Gómez en la audiencia este lunes, intentó robar el local de RedPagos de Sayago pero no logró el cometido y, frustrado, roció el mostrador con dos litros de combustible e inició un incendio que afectó a las dos empleadas quienes habían apretado el botón de pánico. Las mujeres, atrapadas en el cubículo, sufrieron quemaduras graves y continúan internadas en el Centro Nacional de Quemados del Hospital de Clínicas.

Los asaltantes escaparon y se fugaron en un auto que abandonaron en la costanera del arroyo Pantanoso.

El imputado, detenido este viernes tras un intercambio de disparos con la policía, escuchó todos los detalles de lo que había hecho sin inmutarse. Gómez relató al juez Huberto Álvarez que el joven admitió todos los hechos, y el magistrado aceptó la imputación y la prisión preventiva de seis meses. Durante ese tiempo, el fiscal continuará investigando el caso. Mientras, la policía intenta detener a los otros dos implicados que ya están identificados, dijo el fiscal.

“Él manifiesta que el propósito de ellos era asustar a las personas”, expresó Gómez minutos después en rueda de prensa, en la que también calificó lo que hizo el joven como "una acción absolutamente incalificable",  y como "de las peores cosas" que ha visto en su vida.

La abogada Gabriela Machado –defensora pública–, solicitó al juez Álvarez que el joven no fuera enviado a las cárceles de Santiago Vázquez (exComcar) y el Penal de Libertad, lugares en los que hay reclusos que pueden hacerle daño. El magistrado accedió, aunque eso no depende de la Justicia, sino del Instituto Nacional de Rehabilitación.

El joven volvió a abrazar a su madre. "Mamá, no llores", le dijo y le pidió que le llevara ropa a la cárcel.