Amplio y fragmentado: el nuevo mapa de alianzas en el Frente

Las enredadas negociaciones dentro del Frente Amplio por la definición de las alianzas de cara a octubre están llegando a un punto de definición y, a casi dos meses de finalizada la competencia interna, reafirman la puja por un nuevo orden interno dentro de la coalición de izquierda.

Una rápida comparación de los bloques que se están configurando en el oficialismo respecto a las elecciones pasadas permite divisar una mayor fragmentación de los principales bloques y una competencia de los liderazgos emergentes por hacerse un lugar en la primera línea de fuego. 

Por un lado, en octubre no se reeditará la alianza electoral del MPP y el Partido Comunista, que en las últimas dos elecciones concurrieron bajo el mismo sublema, liderando a partir de 2014 el denominado “grupo de los ocho”. Esta vez, por diferencias políticas y estratégicas, concurrirán en sublemas separados. 

Al otro costado del espectro político, el Frente Líber Seregni (FLS) también sufrió desprendimientos que colaboran a la fragmentación de ese espacio y que se expresarán en octubre a través de dos sublemas separados. 

En el sentido contrario, el Partido Socialista y Casa Grande –que en 2014 concurrieron como sublemas separados– acordaron esta vez comparecer bajo un mismo “Frente Futuro” y aspiran a fortalecer la “tercera vía” que equilibre los polos dentro de la izquierda. 

Como tantas veces, aunque en esta ocasión con un margen electoral más acotado ante los reagrupamientos internos y el eventual crecimiento del bloque opositor señalado por las encuestas, las urnas volverán a ser la medida.

Astori vs Bergara

La fragmentación que se acentúa en el FA está estrechamente ligada a la renovación de los liderazgos y a diferencias específicas entre los referentes de los bloques. 

Con José Mujica, Danilo Astori y Tabaré Vázquez en retirada, el candidato Daniel Martínez emergió a fuerza de votos como el líder del espacio moderado, pero en un segundo nivel son varios los dirigentes que pujan por posicionarse como referentes de la “sensibilidad seregnista”.

Dentro de ese bloque emergen las figuras del senador Rafael Michelini (Nuevo Espacio), el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) Álvaro García, y en particular la del exprecandidato Mario Bergara.

De este lado del espectro político en el Frente Amplio, el distanciamiento de Astori con Bergara es el principal factor para la existencia de dos sublemas distintos. El semanario Búsqueda informó que algunos dirigentes, como Álvaro García y la diputada Cristina Lustemberg, procuraron acercar a ambos referentes para conformar un espacio común, pero los esfuerzos resultaron infructuosos. Fuentes astoristas dijeron a El Observador que tanto el ministro de Economía como los dirigentes de Asamblea Uruguay le “perdieron la confianza” a Bergara y su equipo. En el entorno del expresidente del Banco Central, en tanto, culpan a Astori de obstaculizar el acercamiento. 

Lo cierto es que con ese panorama, el sublema Frente Líber Seregni volverá a incluir a Asamblea Uruguay, Nuevo Espacio y Alianza Progresista, pero en comparación a octubre de 2014 presentará la fuga –de dirigentes y de votos– de Bergara, el Partido Demócrata Cristiano (que integraba la Alianza Progresista) y Banderas de Líber. 

Dentro del FLS, Asamblea Uruguay y Alianza Progresista irán con una misma lista al Senado, y el Nuevo Espacio lo hará por separado. 

Del otro lado, Bergara –con sus listas al Senado– compartirá sublema con Álvaro García –que creó el sector Plataforma con varios exdirigentes socialistas– y la diputada Cristina Lustemberg –líder del sector PAR–. A ese último sublema es probable que se sume la Vertiente Artiguista, así como una nueva agrupación conformada por Ir (liderado por Patricia González), Magnolia (del intendente Christian Di Candia) y el Frente en Movimiento (de Pablo Álvarez).

Bolches y tupas

Cuando los exprecandidatos Óscar Andrade y Carolina Cosse presentaron en julio su acuerdo para conformar un “espacio común” que trascendiera lo electoral, ambos plantearon que una de las intenciones era contribuir a la “desfragmentación” en la coalición de izquierda. "Es muy difícil defender un proyecto político, por más que sea el mejor y represente a las amplias mayorías, si vamos a esa defensa fragmentados en 60 o 70 espacios distintos y pequeños. Es un llamado a los militantes sociales, del mundo cooperativo, del feminismo, a pensar formas de unidad", manifestó Andrade en ese entonces. 

Si bien el nuevo mapa del oficialismo exhibe algunas reagrupaciones, también evidencia quiebres y alejamientos, y la no reedición de la alianza entre el MPP y el Partido Comunista es una muestra de ello. 

La relación entre ambos sectores, que en la última década había conformado un bloque de enorme peso en la interna del FA, empezó a sufrir algunos signos de desgaste durante esta campaña, en particular al cabo de las internas de junio, luego de que los comunistas llegaran a un acuerdo con Carolina Cosse, que había sido apoyada por el MPP. 

Desde el sector liderado por José Mujica hubo críticas públicas a la conformación de una “fórmula B” con Cosse y Andrade, y a esos encontronazos se sumó la controversia por la situación en Venezuela. Dirigentes de ambos sectores dijeron a El Observador que los sucesos de los últimos meses contribuyeron a “acentuar” las “diferencias” políticas y estratégicas entre las agrupaciones.

De esa forma, el sublema que en 2014 agrupó al MPP, la 1001 y la 711, entre otros grupos, se presentará al menos en dos bloques.

Andrade y Cosse llegaron a un acuerdo para concurrir en el lugar 1 y 2 respectivamente de listas calcadas al Senado. La lista más representativa de ese pacto será la histórica 1001, al que también suscribieron la Lista Amplia (de Cosse) y la 1808 (Independientes con Andrade).  

Otros grupos completarán el sublema pero presentarán sus propias listas al Senado. Es el caso, por ejemplo, del PVP, cuya lista a la Cámara Alta estará encabezada por Roberto Conde. 

El MPP, en tanto, cerró un acuerdo con la lista 711 para integrar el mismo sublema, según informó La Diaria y confirmó El Observador. 
Como trasfondo de las negociaciones aparece también la puja electoral por la intendencia de Montevideo. En el FA asumen que una candidata a la comuna tiene que ser mujer y Cosse es señalada como contendiente natural, pero el MPP, que le soltó la mano a la exprecandidata luego de las internas, tiene sus propios intereses en esa competencia. Mujica ya anunció que impulsará la candidatura del diputado Alejandro Sánchez, quien a su vez será su primer suplente en el Senado. 

Latas y constancistas

El Partido Socialista, ahora bajo la conducción del ala ortodoxa liderada por el secretario general Gonzalo Civila y por el candidato al Senado, Daniel Olesker, selló un sublema con Casa Grande de Constanza Moreira y otros grupos más pequeños.

Civila considera que el partido había perdido su identidad con las anteriores alianzas, más alineadas hacia el polo astorista. En ese sentido, el acuerdo con Casa Grande (que incluye otros sectores más pequeños) busca consolidar un espacio alternativo a la dicotomía astorismo-mujiquismo que durante unos años prevaleció en la coalición de izquierda. Eligieron llamarlo “Frente Futuro”. 

En cuanto a la ingeniería electoral, tanto el Partido Socialista como Casa Grande llevarán sus propias listas al Senado. Los grupos pequeños (5005, MAS, 52, Izquierda Abierta y POR) tendrán sus candidatos a diputados pero irán con “la lista calcada” de Casa Grande al Senado. 

La lógica departamental