Las Rosas

Apuesta a lanas finas lleva dos años con resultados para encuadrar

Incrementar la producción de lana y afinar la fibra a través de la genética y un adecuado manejo se confirma como un camino que se expresa con claridad en las cuentas de los productores involucrados

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28 de diciembre de 2018 a las 05:03

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Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

Que un kilo de vellón de lana fina se pague más de US$ 10 ya no sorprende: ha sido la lógica de los últimos dos años. Incrementar la producción de lana y afinar la fibra a través de la genética y un adecuado manejo se confirma como un camino que se expresa con claridad en las cuentas de los productores involucrados.

Eso se pudo observar en una jornada realizada en la Estación Experimental Tacuarembó del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), en la que se presentaron resultados económicos y productivos de los cinco predios integrantes del proyecto CriluMerino$ del Fondo de Promoción de Tecnologías Agropecuarias (FPTA).

Los productores lograron un producto bruto por unidad ganadera ovina de US$ 307, mientras que el producto bruto por unidad ganadera vacuna fue US$ 80 menor (US$ 227).

El ingreso promedio de las cinco empresas –sin considerar el costo de la tierra– fue de US$ 74/ha, US$ 15 y US$ 30 por encima que en sistemas productivos similares (CREA e Instituto Plan Agropecuario). ¿El motivo? Más kilos producidos de lana Merino fina, superfina y ultra fina y el diferencial de precios de la misma.

La finura de la lana está jugando un papel muy importante en el ingreso de los establecimientos, superando el generado por los vacunos.

Juan Manuel Soares de Lima, investigador del INIA, explicó que “en distintos diámetros de finura de la majada, una mayor relación lanar/vacuno incrementa el ingreso de capital” y, a su vez, más allá de la relación lanar/vacuno, con finuras de 23 micras o inferiores los ingresos de los ovinos superan al del vacuno y a medida que bajan los micronajes los mismos incrementan en una mayor proporción, tanto que “en majadas de 17 micras los ingresos previo al  pago de renta pueden alcanzar los U$S 130 por hectárea”, concluyó.

Donald Chalking, integrante del equipo técnico del FPTA, dijo que “los lanares en estos predios mixtos son el 30% de la carga y el 38% del producto bruto –producen apenas el 28% de la carne equivalente en kilos mientras que los vacunos el 72%–, por lo que la eficiencia económico productiva es un 30% superior a los vacunos”.

Lo que dicen los productores

Juan Bazzano, uno de los productores integrantes del proyecto CriluMerino$-FPTA, tenía en 2006 en su majada una finura de 26 micras que logró bajar a 17,3 micras en la actualidad y una producción de lana por animal que aumentó de 4 kg a 4,8 kg. “De no haber logrado esa mejora hubiese dejado de ganar US$ 24 por hectárea de ingreso bruto. En 4.552 hectáreas que tiene el predio, son casi US$ 109.248”, explicó.

Fabiana Guimaraens, productora de Salto, explicó que en su predio –empresa familiar que trabajan junto con su esposo Ricardo Rocha– “el ovino representa el 50% de los ingresos y consume solamente el 30% del pasto y a su vez es lo que mantiene los ingresos estables ante una situación de sequía el vacuno sufre más. El afinamiento de la lana a través de la mejora genética ha sido fundamental para el incremento del ingreso. En 20 años hemos pasado de 22 a 16,3 micras en un campo de basalto superficial sin mejora”. 

Muchos de estos productores obtuvieron precios de US$ 15 por kilo por lana Merino de 16,5 micras. Mientras que por lanas de 20 micras, lote acondicionado grifa verde, se lograron US$ 10,70.

El hilo común es la raza Merino, que permitió derribar el mito de que no es posible producir lana ultra fina sin lograr aumentar peso de vellón y del cuerpo e incluso mejorar largo de mecha, el coeficiente de variación del diámetro de fibra y la resistencia a los parásitos gastrointestinales.

En la jornada se entregó la genética generada en la unidad experimental del INIA Glencoe, borregos de 70 kilos de peso y 15 micras de diámetro de lana.

Ignacio de Barbieri, investigador del INIA, expresó que la majada de cría desde 2000/01 a 2017/18 incrementó el peso de 42 kg de peso vivo a 53 kg, la producción de 4,3 kg de lana a 4,6 kg y el diámetro de la fibra bajó de 20,8 a 16 micras.

El Consorcio Regional de Innovación en Lanas Ultrafinas (Crilu) es una alianza público-privada entre el INIA, la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay (Scmau) y cuatro industrias textiles.

Alfredo Fros, presidente del Crilu, explicó que el desafío a los inicios era producir lanas finas, superfinas y ultra finas en las condiciones ambientales de Uruguay –muy distintas a las de Australia donde tradicionalmente se realiza esa producción–, principalmente por las lluvias, ya que con humedad y temperatura elevada proliferan bacterias en la lana y afectan la calidad.

Cinco predios de referencia
Son cinco los predios participantes del proyecto CriluMerino$ FPTA, ubicados en zona de basalto, al norte del Río Negro, desde Paso de los Toros al norte de Salto. Ocupan un total de 11.700 has con una población de 19.000 ovinos y todos los predios son sistemas mixtos de producción ovina (ciclos completos) y vacuna. Los diámetros de lanas van de 16,3 a 18 micras. Hay predios que tienen área mejorada, entre un 17% y 30%, pero la mayoría producen en campo natural.
Precios diferenciados de otras materias primas

En lo que respecta a precios, la dinámica del mercado lanero ha sido muy destacable en los últimos dos años. A comienzos de 2016 el Indicador de Mercados del Este (IME) en Australia operaba por debajo de los US$ 9 por kilo base limpia. El IME cerró el pasado jueves en US$ 13,46 por kilo base limpia, ganando 10 centavos en la semana. Se terminó el año calendario en un nivel casi igual que en igual fecha de 2017 (US$ 13,50 por kilo), con el máximo histórico en junio de 2018 de US$ 15,47 por kilo.

La fuerte baja de la producción australiana, afectada por una gravísima sequía, permite esperar con cierta expectativa el sostén de los precios a lo largo de 2019. Aunque son tiempos turbulentos en los que todo pronóstico es aventurado, hay poca lana disponible, ya sea en el principal productor mundial, como en almacenamiento.

El último pronóstico del Comité Australiano de Predicción de la Producción de Lana para la zafra 2018/19 es de 305 millones de kilos de lana sucia, una caída de 10,8% (36 millones de kilos menos) que en 2017/18. Las condiciones de sequía extrema en Nueva Gales del Sur, Queensland, el norte de Victoria, son la causa de una caída tan fuerte.

La elevada faena resultante lleva a que baje el número de ovejas esquiladas en 2018/19 en un 6,6% a 71,7 millones de cabezas, con una reducción del 4,4% en el peso de vellón promedio a 4,25 kg como resultado de la dura temporada. Como para que los uruguayos sigan apostando.

Manuela García Pintos
Uno de los vellones expuestos durante la jornada realizada en INIA Tacuarembó.

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