Congresista remarcó que el rol de Trump en los disturbios fue convocar y reunir a la multitud y encender la llama del ataque

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Asalto al Capitolio: “El 6 de enero fue la culminación de un intento de golpe de Estado de Donald Trump”

En la primera sesión de la Comisión parlamentaria que investiga los sucesos del 6 de enero de 2019 se expusieron pruebas sobre la intencionalidad y la responsabilidad del ataque
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11 de junio de 2022 a las 05:02

El ambiente político norteamericano y la opinión pública de ese país fueron sacudidos por las revelaciones surgidas el jueves 9 en el seno de la comisión parlamentaria que investiga el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, y sobre todo por las palabras de su presidente, el demócrata Bennie Thompson, quien afirmó que “el 6 de enero fue la culminación de un intento de golpe de Estado de Donald Trump”.

La sesión, que fue la primera de las seis que los nueve miembros van a mantener (siete demócratas y dos republicanos) comenzó poco después de las 20, que es el horario de máxima audiencia para las cadenas de televisión que transmitieron en vivo todo el evento.

La tajante afirmación de Thompson fue seguida por las palabras, no menos impactantes, de la congresista republicana Liz Cheney que denunció la existencia de un “plan en siete partes del expresidente (Trump) para mantenerse en el poder”.

En su exposición, la congresista -vicepresidenta de la comisión- demostró con precisión y mucha fundamentación apoyada en tuits, correos electrónicos y videos de testimonios, que Donald Trump y sus seguidores difundieron deliberadamente, en los meses previos a las elecciones, rumores y falsedades sobre un supuesto fraude electoral. Días antes, en diciembre, Trump había tuiteado: “gran protesta el 6 de enero en Washington DC” y “estén ahí, será salvaje”. Según Cheney, ese tuit inició una cadena de eventos que terminarían en el asalto al Capitolio con los Proud Boys como parte más activa y dominante de las acciones.

La congresista remarcó que el rol de Trump en los disturbios fue convocar y reunir a la multitud y encender la llama del ataque.

“En la mañana del 6 de enero, la intención del presidente Donald Trump fue permanecer como presidente de los Estados Unidos a pesar del resultado de las elecciones de 2020 y en violación de la obligación constitucional de entregar el poder”, afirmó Cheney sin vacilar.

Según la investigación, importantes colaboradores de Trump e incluso miembros del Departamento de Justicia, como el fiscal general William Barr, le repitieron que desistiera de sus denuncias que no tenían ninguna base real. Trump insistió en presionar a sus colaboradores y aliados para que denunciaran el supuesto fraude electoral, incluso a su propio vicepresidente Mike Pence a quien pidió que impidiera el traspaso de la presidencia. El día del ataque, los asaltantes marcharon gritando “colguemos a Pence” y surge de los testimonios que Trump estaba de acuerdo con esa consigna.

Un testimonio significativo fue el de la hija de Trump, Ivanka, que se aparta de la postura de su padre, comparte la del fiscal Barr y califica como una “tontería” la idea del fraude electoral. Otros asesores y allegados de Trump, como Sean Hannity de la cadena Fox, le insistieron para que detuviera a sus partidarios, pero el presidente no sólo desoyó esos pedidos, sino que siguió los acontecimientos por la televisión desde el Despacho Oval.

Otro testigo clave fue el cineasta británico Nick Quested que desde fines de 2020 se dedicó a seguir los pasos de los Proud Boys y otros milicianos de derecha, como los Oath Keepers y los First Amendment Praetorian, captó el encuentro de los lideres de esos grupos en un garaje cerca del Capitolio el día previo al del ataque y el día 6 filmó la marcha, el ataque y los enfrentamientos con la policía.

El plato fuerte de la jornada fue la proyección de un video que resumió -con impecable edición de ritmo cinematográfico e imágenes inéditas hasta ese momento- la investigación de 11 meses que incluyó mil entrevistas y el estudio de 140 mil documentos.

En el video, cuya crudeza arrancó lágrimas en alguna de las legisladoras de la comisión, se puede ver y oír a manifestantes diciendo que están ahí porque apoyan al presidente Trump y quieren evitar que le roben la elección. También al propio Trump en un discurso en Ellipse Park, cerca del Capitolio, el mismo 6 de enero llamando a “marchar al Capitolio”.

Como Trump no participó de la marcha, hay manifestantes que expresan su “gran desilusión” por la ausencia presidencial.

Los testimonios de oficiales de policía pintan un cuadro de violencia incontrolable y la lucha de las fuerzas de seguridad por contener a quienes intentaban abrirse paso hacia el interior del edificio.

“Fue una carnicería, un caos total” describe una mujer policía a la pelea con los manifestantes y las heridas que recibieron más de ciento cuarenta policías.

Otras imágenes muestran la participación de los Proud Boys (Muchachos orgullosos), un grupo supremacista de derecha cuyo líder Enrique Tarrio estuvo al frente del ataque y testificó ante la comisión que se había reunido con Stewart Rose, el líder de Oath Keepers (Los Guardianes del Juramento), otro grupo de extrema derecha. Los miembros de ambos grupos se encuentran actualmente procesados por conspiración y sedición.

Como era de esperarse, los líderes y legisladores republicanos se han manifestado en contra de las actividades de la comisión calificándola de ilegítima y políticamente motivada.

El líder del bloque republicano, Kevin MacCarthy, afirmó en conferencia de prensa que el comité sobre el 6 de enero es distinto a cualquier otro. Se trataría del más políticamente motivado y menos legítimo comité de la historia de los EEUU. Acusó al panel de usar citaciones del Congreso que violan el debido proceso e infringen derechos privados de ciudadanos. En un tuit MacCarthy dijo que los demócratas estaban usando el 6 de enero para evadir su responsabilidad por la peor inflación desde 1981, los precios récord de las naftas que se duplicaron desde la asunción de Biden, la ola de crímenes y la apertura de fronteras.

Por su parte, Elise Stefanik, una estrecha aliada de Trump ha dicho que estará a cargo de liderar la respuesta del Partido Republicano a las actuaciones del comité, “´Por encima de todo el ruido en los medios, pondremos las cosas en su lugar” declaró a Breitbart News.

Si bien el panel que investiga los hechos del 6 de enero no tiene facultades judiciales ni puede ordenar procesamientos o detenciones, es indudable que las consecuencias políticas que pueden acarrear sus actuaciones y las consecuentes delimitaciones de responsabilidades van a significar -dados los demoledores testimonios y elementos probatorios- un golpe muy duro a las aspiraciones de Donald Trump de mantener incólume su imagen y su vigencia política.

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