Antel Arena: los detalles y secretos del nuevo estadio

La fecha de la inauguración estaba marcada, por lo que el edificio tenía que abrir sus puertas este lunes sí o sí. Y se notó. Los estacionamientos aún no están habilitados del todo, hay algunas costuras de la obra expuestas a la vista, y sentarse en las escaleras dejaba una buena mancha de polvillo blanco en la ropa. El edificio muestra esa sobriedad vacía de las obras inconclusas, pero el Antel Arena ya es completamente funcional y, en la noche del lunes, demostró también sus ventajas. 

Leonardo Carreño

El edificio le enseñó a sus primeros visitantes que será un escenario maleable, con la capacidad de adaptarse según el espectáculo o evento que se presente. En el caso del show de inauguración, la "cancha" fue ocupada con sillas de plástico negras, sencillas, por lo que las butacas azules (cómodas, aunque no muy espaciosas) de los sectores más bajos de las tribunas laterales fueron plegadas y almacenadas en un formato similar al de estantes. 

Esos espacios se desplegarán, por ejemplo, en los partidos de básquetbol, quedando como asientos pegados a la cancha, similares a los que se pueden ver en los partidos de la NBA estadounidense. A escala uruguaya, el Antel Arena recuerda a los estadios de básquetbol de la liga principal del básket mundial: tanto por su forma, por la disposición de las tribunas, y por elementos estéticos como una pantalla LED que rodea todo el estadio, ubicada entre dos de los niveles de las tribunas, y la presencia futura de una pantalla cuádruple que se ubica sobre el centro de la cancha.

Leonardo Carreño

En el momento de la inauguración, esta pantalla central aún no fue instalada, pero ya está la estructura que la recibirá en las próximas semanas. Otro aspecto que se tomó de esa liga es la posibilidad de montar y desmontar el piso flotante, que está compuesto por paneles de distintas capas. 

Uno de los aspectos más recordados del Cilindro Municipal, que ocupaba ese espacio hasta 2013, era su pésima acústica, que destrozaba hasta los mejores shows que por ahí pasaban. Ese no será el caso del nuevo escenario que, a juzgar por lo que sonó en la presentación, pasa la prueba con muy buena nota. Lo mismo puede decirse de la visual del escenario. Con más o menos altura, más de frente o de costado, con mayor o menor distancia, se ve bien desde cualquier posición. 

La señalización dentro del estadio, que tiene una disposición sencilla de sus espacios, hace que sea difícil perderse una vez adentro, pero una vez que todo esté terminado, restará ver cómo funcionan todas las piezas, incluidas las de la facilidad para estacionar y circular por los alrededores del arena. 

Leonardo Carreño

Un pequeño detalle, pero que no deja de llamar la atención, es que la decoración del escenario estaba compuesta por gigantografías de músicos. Pero no eran Jaime Roos, Ruben Rada, los miembros de No Te Va Gustar u otro artista local. Por ahí había versiones gigantes de Bruce Springsteen, Justin Bieber, Taylor Swift o Katy Perry. Considerando que se trata de un espacio estatal, resulta curioso que no se ilustre con músicos o manifestaciones culturales (o deportivas) locales. 

El estadio —en esta instancia— no tenía abiertos, por ejemplo, los vestuarios, que se ubican bajo una de las tribunas laterales. Lo que si podía visitarse eran los lounges VIP, uno en cada grada lateral, que en esta ocasión estaban destinados a un grupo de escolares y a la prensa, respectivamente. Son espacios vidriados, que cuentan con terrazas que dan a la cancha, y tienen acceso a las tribunas. 

Leonardo Carreño

Dos integrantes del público resumieron de forma adecuada la impresión que genera la primera visita a este imponente edificio que no se parece a ninguno que haya por ahora en este país. "Que lujete", le dijo un joven a un amigo mientras entraban al segundo piso del estadio. "Bah, está sin terminar", le decía un hombre, mucho menos impresionado, a su esposa, mientras buscaban su asiento en la cancha. 

El show

Las luces se apagaron a las 21:20 del lunes, y un hombre solitario con un teclado apareció sobre el escenario, con la bandera uruguaya de fondo. Empezó a tocar la marcha que recibe en los actos oficiales a los pabellones patrios y, por los dos laterales del terreno de juego, ingresaron escolares con banderas, de impecables túnica y moña, colocándose entre la audiencia. 

El escenario lo tomó No Te Va Gustar, aunque en un formato diferente al habitual: con instrumentos de viento y percusión ejecutaron una versión instrumental del Himno Nacional, que fue coreado por la audiencia (que en su mayoría portaba remeras de la banda), acompañados por un intérprete de lengua de señas. 

Leonardo Carreño

Tras un video de presentación, narrado por el comunicador Facundo Ponce de León, que equiparaba el nuevo estadio con otros "íconos" edilicios de la ciudad, llegó el turno de los espectáculos. Primero, María Noel Riccetto presentó a dos bailarines del Ballet Nacional del Sodre; después siguieron presentaciones de Malena Muyala y Francis Andreu. Cuando se anunció la grilla de este show, una de las críticas fue la de la ausencia de artistas mujeres. La respuesta oficial fue que no se había publicado completa, y que habría artistas femeninas, por lo que estas presencias respondieron a esa interrogante. 

A ellas las siguieron Agarrate Catalina, Larbanois & Carrero y No Te Va Gustar que, para esa segunda pasada, si sacó las guitarras para bautizar al Antel Arena.