Gonzalo Leaniz, presidente del laboratorio Santa Elena, dijo que desde principios del verano y aún ahora en otoño, se están registrando casos de abortos en Soriano, Treinta y Tres y algunas zonas de la cuenca lechera. “Vemos el tema con preocupación porque se nos está planteando un desafío mayor al de otros años”, dijo.
La leptospirosis es una zoonosis de distribución mundial que afecta a muchas especies de mamíferos salvajes y domésticos. En los roedores se produce una infección crónica asintomática que determina la eliminación de leptospiras en la orina, constituyendo de esta forma el reservorio de la enfermedad. Afecta al ganado bovino, ovino, equino, suino y a perros, que también pueden eliminarlas en orina durante meses.
Leaniz dijo que a partir de las muestras de sangre obtenidas se ha podido determinar la presencia de leptospiras y que hay diferentes tipos de aborto dependiendo de la cepa. “La leptospira necesita humedad, puede ser ingerida por la vaca o puede atravesar la piel por una herida. Afecta el hígado, riñón y es eliminada por la orina contaminando nuevamente”, agregó.
“Las condiciones de humedad que son muy buenas para tener forraje, también son buenas para la leptospirosis. Lo ideal es la prevención con la vacuna, que es eficaz y segura porque no deja residuos ni complica el sistema de producción. Pero para ello es necesario tener un esquema de vacunación. Hay productores que están vacunando antes de los servicios, pero este año hay que reforzar en este período con vacuna exclusiva para leptospira para prevenir el aborto”, dijo. El costo de la vacuna no supera los dos dólares por animal.
Señaló que los casos se han dado en zonas ligadas a los arrozales donde hay una gran incidencia de la enfermedad. También en la zona lechera y donde hay tajamares. En Soriano se dieron cerca del Río Uruguay.