El senador nacionalista Sergio Botana, promotor de un proyecto de ley para eliminar la tolerancia cero al alcohol en conductores, dijo que el límite de cero absoluto que rige desde 2016 "no ha mejorado" ni ha "tenido resultados de impacto" en el número de fallecidos por accidentes de tránsito, así como en el porcentaje de espirometrías que dan positivas.
"Esta prohibición no ha mejorado la situación desde el punto de vista de la baja de accidentes. Estamos enfocando la lucha por la vida hacia un mal lado. Lo demuestra la estadística. Si es una medida que no ha tenido resultados de impacto, tenemos que ver cómo tomamos otras medidas que sí lo tengan, y por otro eliminamos esta que está perjudicando el sector vitivinícola", dijo Botana entrevistado por radio Sarandí.
"Antes y después de la ley se mantiene incambiada la participación de personas con alcohol en sangre", remarcó.
¿Qué dicen los números? Según los informes de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), el porcentaje de participación de espirometrías positivas en accidentes se ha mantenido relativamente estable, con leves oscilaciones. En grandes líneas, el número de conductores a los que se les constató presencia de alcohol en sangre se redujo en una proporción similar al total de accidentes y de lesionados.
Como en algunos accidentes no se realiza espirometría –por ejemplo, cuando la gravedad de las lesiones obliga a un rápido traslado a emergencia–, para este repaso se eligió observar la tasa de alcoholemias positivas sobre el total de siniestros.
En 2015, el año anterior a la entrada en vigencia del alcohol cero, hubo 23.267 accidentes de tránsito con lesionados, 17.500 controles de alcoholemia en esos accidentes, y 1.190 casos positivos de alcohol en sangre. Es decir, de cada 100 accidentes registrados ese año, en cinco (5,11%) se constató que el conductor iba alcoholizado. A eso hay que agregar que solo 160 (13%) de esas espirometrías positivas eran menores de 0,3 gramos de alcohol por litro de sangre.
Al año siguiente, el primero en el que rigió la prohibición de tomar y manejar, se registraron 21.243 accidentes, en los cuales se constató alcoholemia positiva en el 4,95%, un porcentaje apenas por debajo del de 2015. En números brutos, los casos positivos bajaron a 1.051.
El 2017 cortó la tendencia a la baja en los accidentes y en la mortalidad, y exhibió un pequeñísimo repunte en la tasa de positivos. De 21.776 accidentes que se registraron ese año, en un 5,34% el conductor estaba alcoholizado. En total fueron 1.163 las espirometrías positivas en siniestros.
Un año después, los casos en los que se constató presencia de alcohol en sangre bajaron a 892, lo que representó un 4,32% de los 20.654 accidentes.
En 2019, el último año con datos cerrados, hubo 19.784 accidentes con 821 espirometrías positivas (4,15%).
Una de las carencias de los informes de Unasev es que no desglosa cuántas de las espirometrías positivas fueron menores a 0,3. El organismo solo separa entre mayores y menores a 1,2.
Consultado al respecto este lunes por el programa Las cosas en su sitio, de radio Sarandí, el expresidente de Unasev Gerardo Barrios se remitió a un estudio de 2019 realizado en el Hospital de Clínicas, que no observó correlación entre el nivel de alcoholemia y la severidad del trauma, en un análisis que se basó en los ingresos de pacientes traumatizados por distintas causas.
"Nuestros resultados dejan claro que los traumas severos no son más severos a mayor consumo de alcohol; son severos solo por el hecho de presentar una alcoholemia positiva, aunque su medida sea baja", señala ese estudio, titulado Consumo de alcohol, relación con el trauma y su severidad.
El estudio apunta también que "existe un subregistro de los pacientes que sufren un evento traumático y que consumieron alcohol" y advierten que en los informes "no están incluidos" los pacientes "de mayor gravedad, pues por la entidad de las lesiones y la urgencia del traslado no fue posible hacer la espirometría a la gran mayoría de los traumatizados severos".
¿Qué pasó con la mortalidad en accidentes desde que rige la tolerancia cero?
A juzgar por los números, tampoco se pueden sacar grandes conclusiones o advertir una correlación evidente. En 2015 hubo 506 muertes, en 2016 fueron 446, en 2017 subieron a 470, en 2018 volvieron a ascender a 528, mientras que en 2019 cayeron a 422.
Según dijo Botana en radio Sarandí, los "grandes problemas" detrás de la alta siniestralidad "están en la velocidad y las fallas mecánicas", áreas en las que faltan "medidas".
"¿Por qué no controlamos eso? Yo estoy dispuesto y encantado de hacer una ley que mande preso al que transforma a un vehículo en un arma por velocidad o maniobras peligrosas. No estoy de acuerdo en tener una prohibición que no da resultado. Si yo prohíbo, perjudico a un sector y no mejoro, ¿por qué mantengo la prohibición? ¿por tozudez? No corresponde”, afirmó.
El senador nacionalista añadió que varios países del mundo desarrollado tienen límites de entre 0,5 y 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre y hasta "veinte veces menos accidentes graves y fallecidos".
A su vez, acusó al expresidente de Unasev, el frenteamplista Gerardo Barrios, de "juguetear con las cifras de mala manera".
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