Mundo > Chile
Candidato pinochetista apoya a Piñera; Guillier negocia con el FA
Ambos postulantes buscan consolidar apoyos para balotaje de diciembre
Tiempo de lectura: -'
24 de noviembre de 2017 a las 05:00
El expresidente Sebastián Piñera y el candidato de la centro izquierda Alejandro Guillier activan sus contactos políticos para establecer las alianzas más convenientes y llegar en las mejores condiciones al balotaje del 17 de diciembre en Chile.
Es que a la vista de los resultados obtenidos en la primera vuelta el domingo pasado, ambos candidatos tienen que seducir forzosamente a votantes de otros sectores para alcanzar el mínimo establecido de 50% para acceder a La Moneda.
Mientras el empresario Piñera obtuvo en la primera vuelta el 36,6% del total de los votos, el candidato del oficialismo, el experiodista Guillier logró 22,68%.
En una votación caracterizada por una elevada abstención, ambos tienen que desarrollar estrategias que les permitan conseguir los votos que necesitan.
Precisamente, la participación en la primera vuelta electoral alcanzó solamente a 46,66% del total del padrón electoral compuesto por 14,3 millones de personas, según datos divulgados por el Servicio Electoral (Servel).
Distintos analistas consideran que la cantidad de votantes podría aún disminuir en el balotaje.
En ese sentido, Piñera picó en punta y se aseguró el apoyo incondicional del candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast.
Este defensor a ultranza del gobierno militar encabezado por el general Augusto Pinochet, obtuvo 7,8% del total de los votos.
Incluso, Kast fue más allá al anunciar públicamente que realizará una gira por todo el país para pedir el voto para el expresidente y candidato de Chile Vamos.
No obstante, esa actitud de Kast fue mirada con cierto recelo por algunas agrupaciones de militares retirados que recuerdan con nostalgia a Pinochet.
Es que durante su gobierno, entre 2010 y 2014, Piñera había dispuesto el cierre de una lujosa cárcel militar donde estaban presos militares violadores de los derechos humanos y al mismo tiempo había incumplido una promesa electoral de permitir que aquellos ancianos y enfermos cumplieran el resto de sus condenas en libertad.
Por esa y otras razones, Piñera también necesita del apoyo de la debilitada Democracia Cristiana para mejorar sus posibilidades.
Ese sector votó decididamente mal el domingo pasado, con apenas 5,8% de los votos, a tal punto que su candidata, la senadora Carolina Goic, renunció a la presidencia de su partido.
El expresidente de centro derecha, que según las últimas encuestas era el principal favorito para ganar las elecciones, afirmó esta semana que su candidatura no se va "a derechizar ni izquierdizar; vamos a seguir apelando al centro social". Piñera explicó que no aludía solo al centro político sino a una idea más profunda, que comprende aspectos sociales.
"Es la moderación, el sentido común; los chilenos quieren unidad y no división, quieren que Chile vuelva a progresar y no siga estancado. (Eso) es tener mejor amistad cívica y convicencia", acotó.
Parece claro, no obstante, que Guillier apunta a conseguir sobre todo el apoyo del sorprendente Frente Amplio (FA), la coalición creada en marzo y dirigida por la periodista Beatriz Sánchez, que consiguió 20,26% del total de votos.
Sánchez anunció que comunicará formalmente su decisión el próximo miércoles 29, aunque no está claro si se inclinará a dar su apoyo a Guillier o dejará en libertad de acción a sus votantes.
El punto de discordia radica en la dirigencia del Frente Amplio no pretende ocupar cargos en un futuro gobierno, sino obtener el compromiso "serio" para profundizar las reformas que llevó adelante la presidenta socialista, Michelle Bachelet.
Y si bien, se trata de un conglomerado de izquierda, el FA marcó sus disensos con algunos de los planes implementados por el actual gobierno.
No obstante, y aunque se desconoce qué posición tomará finalmente, Sánchez dio una pista esta semana al afirmar que el principal adversario de su proyecto político es justamente Piñera.
Mientras tanto, Guillier se mostró cauto en estos días, al señalar que será el "programa" de gobierno el que permitirá "unir" a los distintos sectores progresistas.
En su opinión, su principal propósito no pasa por el comienzo de las negociaciones con otros sectores análogos, sino en "dirigir" un mensaje a todo el país.
"Si ese mensaje le hace sentido a la Democracia Cristiana, al Frente Amplio y a la izquierda en general, vamos a integrarlos", comentó.
Pero Guillier también precisa de los votos del candidato progresista Marco Enríquez-Ominami (que logró 5,72% en la primera vuelta), quien ya comprometió su apoyo.
El sector es encabezado por Beatriz Sánchez, una periodista y feminista que obtuvo un buen resultado en las elecciones parlamentarias y defiende el aborto libre, el matrimonio igualitario y una mayor intervención del Estado en el sistema educativo y la salud.
"Seremos muy transparentes (al momento de tomar una decisión)", indicó la dirigente.
Es que a la vista de los resultados obtenidos en la primera vuelta el domingo pasado, ambos candidatos tienen que seducir forzosamente a votantes de otros sectores para alcanzar el mínimo establecido de 50% para acceder a La Moneda.
Mientras el empresario Piñera obtuvo en la primera vuelta el 36,6% del total de los votos, el candidato del oficialismo, el experiodista Guillier logró 22,68%.
En una votación caracterizada por una elevada abstención, ambos tienen que desarrollar estrategias que les permitan conseguir los votos que necesitan.
Precisamente, la participación en la primera vuelta electoral alcanzó solamente a 46,66% del total del padrón electoral compuesto por 14,3 millones de personas, según datos divulgados por el Servicio Electoral (Servel).
Distintos analistas consideran que la cantidad de votantes podría aún disminuir en el balotaje.
Apoyo pinochetista
En ese sentido, Piñera picó en punta y se aseguró el apoyo incondicional del candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast.
Este defensor a ultranza del gobierno militar encabezado por el general Augusto Pinochet, obtuvo 7,8% del total de los votos.
Incluso, Kast fue más allá al anunciar públicamente que realizará una gira por todo el país para pedir el voto para el expresidente y candidato de Chile Vamos.
No obstante, esa actitud de Kast fue mirada con cierto recelo por algunas agrupaciones de militares retirados que recuerdan con nostalgia a Pinochet.
Es que durante su gobierno, entre 2010 y 2014, Piñera había dispuesto el cierre de una lujosa cárcel militar donde estaban presos militares violadores de los derechos humanos y al mismo tiempo había incumplido una promesa electoral de permitir que aquellos ancianos y enfermos cumplieran el resto de sus condenas en libertad.
Por esa y otras razones, Piñera también necesita del apoyo de la debilitada Democracia Cristiana para mejorar sus posibilidades.
Ese sector votó decididamente mal el domingo pasado, con apenas 5,8% de los votos, a tal punto que su candidata, la senadora Carolina Goic, renunció a la presidencia de su partido.
El expresidente de centro derecha, que según las últimas encuestas era el principal favorito para ganar las elecciones, afirmó esta semana que su candidatura no se va "a derechizar ni izquierdizar; vamos a seguir apelando al centro social". Piñera explicó que no aludía solo al centro político sino a una idea más profunda, que comprende aspectos sociales.
"Es la moderación, el sentido común; los chilenos quieren unidad y no división, quieren que Chile vuelva a progresar y no siga estancado. (Eso) es tener mejor amistad cívica y convicencia", acotó.
La disputa
Pero los votos de los demócrata cristianos también son necesarios para el izquierdista Guillier.Parece claro, no obstante, que Guillier apunta a conseguir sobre todo el apoyo del sorprendente Frente Amplio (FA), la coalición creada en marzo y dirigida por la periodista Beatriz Sánchez, que consiguió 20,26% del total de votos.
Sánchez anunció que comunicará formalmente su decisión el próximo miércoles 29, aunque no está claro si se inclinará a dar su apoyo a Guillier o dejará en libertad de acción a sus votantes.
El punto de discordia radica en la dirigencia del Frente Amplio no pretende ocupar cargos en un futuro gobierno, sino obtener el compromiso "serio" para profundizar las reformas que llevó adelante la presidenta socialista, Michelle Bachelet.
Y si bien, se trata de un conglomerado de izquierda, el FA marcó sus disensos con algunos de los planes implementados por el actual gobierno.
No obstante, y aunque se desconoce qué posición tomará finalmente, Sánchez dio una pista esta semana al afirmar que el principal adversario de su proyecto político es justamente Piñera.
Mientras tanto, Guillier se mostró cauto en estos días, al señalar que será el "programa" de gobierno el que permitirá "unir" a los distintos sectores progresistas.
En su opinión, su principal propósito no pasa por el comienzo de las negociaciones con otros sectores análogos, sino en "dirigir" un mensaje a todo el país.
"Si ese mensaje le hace sentido a la Democracia Cristiana, al Frente Amplio y a la izquierda en general, vamos a integrarlos", comentó.
Pero Guillier también precisa de los votos del candidato progresista Marco Enríquez-Ominami (que logró 5,72% en la primera vuelta), quien ya comprometió su apoyo.
La periodista y la llave de la elección
El Frente Amplio, una coalición de partidos alternativos y movimientos sociales de izquierda, tendrá una de las llaves de la elección presidencial en Chile.El sector es encabezado por Beatriz Sánchez, una periodista y feminista que obtuvo un buen resultado en las elecciones parlamentarias y defiende el aborto libre, el matrimonio igualitario y una mayor intervención del Estado en el sistema educativo y la salud.
"Seremos muy transparentes (al momento de tomar una decisión)", indicó la dirigente.
