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Qué es el fentanilo, la droga del momento para los cárteles mexicanos que trafican hacia Estados Unidos

Las pandillas utilizan redes establecidas hace mucho tiempo para exportar narcóticos sintéticos a EEUU

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06 de mayo de 2021 a las 16:45

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Jude Webber

Sentado en una sucia acera en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana, Patrick Bejarano sostiene una jeringa en su mano, preparándose para inyectarse una mezcla de polvo blanco y agua.

“Es fentanilo”, sonríe. “La heroína ya no me hace sentir drogado y esto es mucho más fuerte y más barato. El fentanilo es puro subidón y eso es lo que buscamos”.

Durante más de medio siglo, Tijuana ha sido un centro de fabricación, manufacturando productos electrónicos, dispositivos médicos, y componentes para aviones y automóviles en fábricas ubicadas junto a EEUU. Pero Bejarano representa un eslabón en una cadena de suministro transfronteriza más nueva: la de las drogas sintéticas.

“Para los cárteles en México, las mayores ganancias actualmente provienen de las metanfetaminas y del fentanilo”, señaló Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).

Las autoridades estadounidenses han indicado que México ya es fuente del 90 por ciento de las drogas ilícitas que cruzan la frontera. Conforme México se prepara para legalizar la marihuana, los analistas han dicho que el lucrativo comercio de fentanilo continuará teniendo auge, lo cual representa un dolor de cabeza para el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, ya que las muertes ocasionadas por los opioides sintéticos, y por las drogas mezcladas con ellos, continúan aumentando.

Al igual que los fabricantes de automóviles rivales, los dos cárteles de la droga más poderosos de México — el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación — compiten por importar materias primas, transformarlas dentro de sus fábricas, y exportar el producto terminado a EEUU.

Su mercado objetivo no son personas como Bejarano en México. Pero, de la misma manera que los mexicanos comenzaron a comprar muchos televisores después que el país se convirtió en un fabricante de televisores líder en el mundo, el floreciente uso doméstico representa otra señal de cuán grande se ha vuelto el comercio de fentanilo en la segunda economía más grande de Latinoamérica.

“Las fuerzas de seguridad dicen que se puede calcular la producción de drogas a partir del tamaño de las incautaciones”, señaló Anabel Hernández, una reportera y autora de piezas investigativas que escribe sobre narcotráfico y crimen organizado. “Las cantidades incautadas representan entre el 10 y el 15 por ciento de la producción real”.

Sobre esa base, la tendencia es preocupante. Si bien los datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) muestran una caída de 10 veces en las incautaciones de marihuana en México en menos de una década — de 2.3 millones de kg en 2010 a 231,000 kg en 2018 —, las incautaciones de fentanilo aumentaron casi un 500 por ciento el año pasado a 1.3 millones de kg, según Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional de México.

Los cárteles de la droga se han adaptado para satisfacer la cambiante demanda y han podido usar las rutas de suministro hacia EEUU que construyeron para traficar marihuana, heroína y cocaína.

“La cocaína sigue siendo muy lucrativa”, apuntó Steven Dudley, el codirector de InSight Crime, una organización que rastrea y analiza el tráfico de estupefacientes en las Américas. “Pero la marihuana ya no es lo más popular. El fentanilo está de moda”.

La legalización de la marihuana no acabará con el comercio ilícito de cannabis, pero las drogas sintéticas, las cuales son más sencillas de producir y de transportar, y mucho más lucrativas, “han cambiado los incentivos comerciales”, explicó Hernández.

México ha incautado crecientes volúmenes de precursores químicos y de píldoras de fentanilo en los aeropuertos. A fines del año pasado, sus autoridades también descubrieron un laboratorio en la Ciudad de México con tanques de dos pisos de altura que contenían químicos.

Los envíos también están aumentando. Solamente desde octubre de 2020, los funcionarios fronterizos estadounidenses han incautado 2,234 kg de fentanilo, un tres por ciento más de lo que hallaron en el año fiscal que cubrió el período entre octubre de 2019 y setiembre de 2020. El fentanilo también está siendo incorporado a la heroína y a otras drogas, lo cual las hace más adictivas y más mortales.

Según la DEA, “desde la disrupción inicial de covid-19, los cárteles mexicanos han reforzado los suministros de materiales precursores, han aumentado la producción, y están enviando mayores cargas de fentanilo y de metanfetamina a EEUU”.

Vigil ha explicado que los cárteles envían los llamados ‘Marco Polos’ a China para comprar precursores químicos y también el fentanilo en su forma acabada. India ha surgido como proveedor adicional.

En China, un kilo de fentanilo se puede comprar en línea por alrededor de US$9.000, señaló Vigil. “El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Puedes diluir eso y hacer muchos kilos. Esa inversión de un poco más de US$9.000 te produciría US$2 millones”, explicó.

En las calles de Tijuana, una dosis de fentanilo cuesta US$2.40. Un usuario, Armando, dijo que no sabía si la “china blanca” — como se conoce a la heroína en polvo — que él mezcla con metanfetamina de cristal tiene fentanilo. Su cuerpo aparentemente sí lo sabe: durante los últimos meses él ha tenido seis sobredosis. “Me sorprende que todavía estoy aquí”, comentó.

Los suministros de fentanilo mexicano a EEUU han aumentado desde 2019, mientras que el suministro de la droga directamente a EEUU desde China ha “disminuido significativamente”, según la DEA.

Una vez que cruzan la frontera, “los traficantes mexicanos tienen una ventaja: pueden producir en masa y vender más que incluso los distribuidores más astutos y emprendedores de EEUU” utilizando su experiencia y conexiones debido al tráfico de metanfetaminas, señaló Dudley.

Con el covid-19, y con una emergencia migratoria en la frontera, las drogas aún no han cobrado importancia en las relaciones bilaterales entre EEUU y México desde que Biden asumió la presidencia. “Pero yo creo que la percepción en EEUU es que México no está prestando suficiente atención a la producción de fentanilo”, declaró Cecilia Farfán Méndez, una experta en organizaciones de narcotráfico en el Centro de Estudios Estadounidenses-Mexicanos de la Universidad de California en San Diego.

Las relaciones bilaterales siguen estando tensas después de una disputa el año pasado por el breve arresto en EEUU de Salvador Cienfuegos Zepeda, el exsecretario de Defensa Nacional de México, y debido a una ley que, según los expertos, obstaculizará el intercambio de inteligencia que es crucial para los esfuerzos en contra de los narcóticos.

México destruyó 175 laboratorios el año pasado, un 92 por ciento más que en 2019, pero Dudley ha dicho que se necesita hacer más en ambos lados de la frontera. “Todas estas cosas apuntan en la dirección equivocada si crees que tu única solución es detener la oferta”, señaló él. “Hay que enfocarse en la oferta y la demanda”.

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