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Chequear WhatsApp todo el tiempo y fumar: la visión de un neurocientífico
El neurocientífico argentino Facundo Manes brindó el viernes pasado una charla en el evento tecnológico Campus Party en donde habló del vínculo entre las máquinas y los humanos.
Luego, dio una serie de consejos sobre cómo la tecnología está afectando la salud mental de los usuarios y claves para lograr el bienestar.
Manes se refiere a cómo "la multitarea", una función tecnológica muy destacada por los fabricantes en sus dispositivos, puede llegar a ser nociva. "Somos seres humanos y tenemos cerebros. Tenemos recursos cognitivos limitados. No son ilimitados. La multitarea nos agota. Nos hace menos productivos. Tenemos la sensación que cuando estamos en una reunión y chequeamos un mensaje hacemos las dos cosas bien. No. Hay un impacto negativo en la producción. La multitarea afecta nuestro rendimiento, nos estresa. Ya hay una fatiga tecnológica. La tecnología es fantástica pero somos seres humanos y nos agotamos".
Muchas veces nos aparece el síndrome de Burnout. ¿Qué significa? "Es un decaimiento físico, mental y emocional, que se caracteriza por estar cansados de forma crónica. Sentimiento de desesperanza, vacío emocional, visión negativa de todo. Lo primero que sucede es que nos agotamos emocionalmente", describe.
Según Manes, hay una desproporción entre el trabajo que realizamos y el cansancio experimentado. "Es decir, estoy cansado, pero no trabajé tanto. Nos irritamos, nos quejamos, disfrutamos menos de las cosas que disfrutábamos. Esto pasa con el estrés crónico de estar todo el día conectado", asegura.
Manes asegura que en siete años, el cambio "más cool" será el contacto humano. "En seis años, ver a alguien chequeando el Whatsapp permanentemente, va a ser como alguien que fuma en un restaurante ahora o alguien que fuma en un avión ahora", compara. Según el neurocientífico, ya existen datos que indican que estar todo el día conectados produce estrés y agotamiento.
Las claves para lograr el bienestar
La ciencia tiene datos que avalan que hay ciertas cosas que nos da bienestar. El primer concepto es que el bienestar se construye. "Como la creatividad se construye, el bienestar se construye. No es que voy a salir y con una varita mágica voy a ser feliz", afirma.
"Estamos en una paradoja. Porque en comparación con otros siglos vivimos mejor. Más allá de la pandemia, la desigualdad y el hambre en el mundo, estamos mejor que hace 500 años. Pero nos sentimos peor", dice.
Manes habla sobre nuestros comportamientos cotidianos. "El bienestar supone cambiar conductas automáticas. Muchas veces los hábitos se instalan en forma positiva, pero otros lo hacen de forma negativa y torcida", dice.
"Quiero que sepan que una parte del bienestar es 30% genética. Si vemos el día nublado o soleado, depende de nuestra genética. Pero hay otras cosas que podemos hacer. Por ejemplo, experimentar y aceptar emociones negativas es parte de nuestro bienestar. El bienestar no es solo una serie de eventos alegres".
También, agrega, hay que "saborear" los acontecimientos ordinarios positivos. "Un cerebro atento al presente, sin rumiar acerca del futuro o acerca del pasado, es un cerebro más feliz y productivo", asegura.
Insta a hacer lo que a cada uno le guste. "Cada uno sabrá lo que es. Escribir, pintar, leer, programar, bailar. Así entramos una dimensión de flow. Ahí disminuye nuestra noción del tiempo y del espacio. Inclusive de nosotros mismos. Somos más creativos con flow. Además, tenemos más bienestar", manifiesta.
Considera que poseer un proyecto que "sea mayor que uno" también proporciona bienestar. "Un proyecto colectivo que sea mayor que nuestros intereses nos hace muy felices", dice.
El neurocientífico, que se candideteará en las próximas elecciones a legislador, agrega que las personas se adelantan a lo que harán en un futuro y desatienden el momento. "Muchas veces nuestra mente está pensando en la próxima tarea, o revisando el pasado, con la falsa creencia que estar permanentemente por demás ocupados nos hace llegar al éxito en lugar de concentrarnos y disfrutar el presente. Muchas veces sacrificamos el presente por la convulsión a terminar cosas y eso relega nuestra felicidad", afirma.
Y desmitifica una creencia. "ni la inteligencia ni el nivel educativo se relacionan con la felicidad. Tampoco con la juventud, más allá del valor que se le da en la sociedad occidental moderna". Lo que sí está vinculado con la felicidad es la gratitud. "Agradecer lo que tenemos. Sobre todo en tiempos de pandemia. Todos hemos perdido algo. O un familiar querido, o parte de un pulmón como yo que estuve grave, o viajar o besarnos o abrazarnos como hubiésemos querido. En vez de enfocarnos en las pérdidas, es importante enfocarnos en lo que tenemos. ¡Estamos vivos! Podemos mover los brazos, hablar, mover las piernas. Muchos de mis pacientes no pueden hacerlo", cuenta el médico argentino.
Manes le dice a su auditorio que muchas personas buscan objetivos para hacer felices. "Creen que por conseguir el objetivo ansiado van a ser más felices y se van a relajar de sus preocupaciones y angustias. Lamentablemente, eso no sucede. Logramos un objetivo y queremos otro. Ganamos un premio nacional, queremos el internacional. Así que una buena opción, más que aspirar a pensar que uno va a ser feliz cuando consiga lo que falta, sea pensar que uno es feliz por lo que uno tiene. Esto parece fácil pero requiere un entrenamiento".
La importancia del contacto social
El neurocientífico también habló del hedonismo y de las cosas que a los humanos nos dan placer. "El sexo, una buena comida, una copa de vino", dice. "Pero el bienestar es mucho más complejo que el hedonismo, de la presencia del placer y la ausencia del dolor".
Y, agrega: "Una de las cosas que más nos da felicidad es el contacto humano. Nosotros somos seres sociales. Si ustedes me preguntan: ¿cómo podés resumir el órgano más complejo del universo? Yo les diría es un órgano social".
En este sentido, Manes comenta que los humanos nos diferenciamos de otras especies no por el cuerpo ni por la fuerza, sino porque "logramos vivir en grupos complejos". Y lo que más nos afecta es "la soledad crónica". "Nos mata", asegura.
"Sentirnos solos crónicamente es un factor de mortalidad más importante que la polución ambiental y tan importante como la obesidad o el alcoholismo".
Y compara esta sensación con la sed y el hambre. "La soledad es una alarma biológica que nos recuerda que somos seres sociales, como la sed nos recuerda que tenemos que hidratarnos, como el hambre que nos recuerda que tenemos que alimentarnos para sobrevivir, como el dolor que tenemos que ocuparnos de una parte de nuestro cuerpo que está sufriendo. La soledad es una alarma biológica que nos recuerda somos seres sociales".
