Economía y negocios > inflación en alza
Colas en los supermercados por consumidores que buscan cobertura ante nuevos aumentos
En la última semana, los supermercados han experimentado un notable incremento en sus volúmenes de ventas con respecto a la semana posterior al balotaje. Este comportamiento se refleja también en las estaciones de servicio, donde se han observado algunas filas. Un ejemplo de esta situación se evidenció, por ejemplo, hoy viernes en el Jumbo de Martínez, donde se permitía el acceso solo a grupos de 20 personas, generando una cola que se extendía por dos cuadras.
La notable afluencia de consumidores a los estantes, a pesar de las significativas actualizaciones de precios, responde a una actitud preventiva por parte del público. La lógica imperante entre los consumidores es comprensible: si los ajustes de precios han alcanzado un aumento del 50% en tan sólo unos días sin la intervención de una devaluación, surge la interrogante de hasta qué punto podrían ascender después del 10 de diciembre. En esta fecha, los fabricantes revisarán los precios en función de las fluctuaciones en el tipo de cambio oficial.
Por consiguiente, los consumidores han optado por adelantar sus compras de alimentos, especialmente de productos perecederos. Esta tendencia, durante el período de transición política, ha llevado a un aumento estimado del 22% en los precios para las principales cadenas desde el proceso electoral hasta la actualidad, afectando el 80% de la oferta disponible.
En algunos casos, aún queda pendiente un incremento adicional del 20% para aquellas empresas que buscaban ajustes del 35% al 45% (con el objetivo de equiparar los precios de los autoservicios barriales, donde no se aplican los Precios Justos) y que se han visto obligadas a escalonar estas subidas.
Este fenómeno explica por qué productos como una lata de atún de marca blanca oscilan entre $890 y $1,400, un cuarto de café se sitúa en $5,000, y un producto esencial como el arroz alcanza los $2,300 por kilo. Asimismo, un aceite de cocina de 900 ml, que anteriormente se vendía a $550, ahora tiene un costo superior a los $800.
Según Eco Go, la consultora económica, después del proceso electoral y la victoria de La Libertad Avanza, se ha producido un contraste entre el optimismo de los mercados y la dinámica inflacionaria. Mientras los activos argentinos aumentaban de valor y los dólares paralelos retrocedían, las principales empresas enviaban listas a los mayoristas con incrementos cercanos al 40%. Este triunfo electoral dejó los acuerdos de precios en un limbo, donde el gobierno saliente ya no tenía capacidad de hacerlos cumplir y el entrante no mostraba interés en renovarlos, propiciando así una corrección de precios de forma anticipada.
Esta tendencia alcista también ha afectado a los medicamentos, con aumentos cercanos al 20% después de casi tres meses de congelamiento de precios.
La última medición de la consultora LCG sobre 8,000 productos en cinco supermercados reveló que, en la primera semana de diciembre, la inflación de alimentos se aceleró en 4.1 puntos porcentuales en comparación con la semana anterior. La subida promedio en las últimas 4 semanas es del 12.3%, y el aumento acumulado en el mismo período es del 17.5%. Este aumento se ha traducido en un fuerte incremento en lácteos (+20% semanal), incrementos persistentemente altos en bebidas (8.7%), y carnes (6.4%). El porcentaje de productos con aumentos semanales se mantiene en niveles elevados: 53%. En las últimas 4 semanas, el promedio es del 44%, lo que implica un ajuste de la canasta total cada 2 semanas.
Según fuentes supermercadistas consultadas, basándose en conversaciones con proveedores, se estima que hacia finales de diciembre los precios de la mercadería aumentarán entre un 20% y un 30% respecto a los precios vigentes hasta la fecha.
En una industria de consumo masivo, se reconoce que el aumento de precios responde a la necesidad de "compensar el precio de referencia" de los productos después del tiempo que estuvieron congelados. Es decir, que el nuevo gobierno los encuentre con un "precio base" más ajustado.
En el caso de las frutas y verduras, no se anticipan mayores variaciones, principalmente porque ya no quedan productos bajo acuerdos de precios y porque ya han experimentado aumentos superiores al 20% después del proceso electoral.
El incremento que genera mayor preocupación, tanto para los comerciantes como para los consumidores, es el de la carne. Esto se debe, en primer lugar, a la liberación de los precios de los siete cortes que estaban bajo el programa de Precios Justos y que costaban la mitad que el resto. Además, una apertura de las exportaciones que desabastezca el consumo interno y, por ende, eleve los precios, podría afectar significativamente este mercado.
