Cómo detectar oportunidades de automatización

Una vez que las empresas entienden que es necesario automatizar sus procesos, ¿por dónde deberían empezar?

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28 de julio de 2020 a las 05:03

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¿Qué lleva a una empresa a pensar en automatizar sus procesos? Puede ser el hacer crecer la producción de forma rápida pero controlada y con la misma cantidad de empleados; realizar tareas repetitivas o peligrosas; adaptarse a los cambios de demanda; eliminar desperdicios y errores; lograr mayor precisión; mejorar la calidad; reducir costos, entre otros. 

Entre que se entiende la necesidad de automatizarse y se dan los primeros pasos, surgen otras preguntas: ¿qué tareas automatizar y cómo detectar las oportunidades? El CEO de Genba, Martín Sartori y el product manager de la empresa, Antoine Schaeffer  se encargaron de responder esas interrogantes en un webinar que realizó la empresa en conjunto con la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC). Genba es una empresa uruguaya que brinda soluciones de robótica y automatización personalizadas.

Regla de cuatro

Los expertos en robótica plantearon una metodología que denominaron "regla de cuatro" para detectar las oportunidades de automatización en la empresa. El primer paso es conocer el proceso completo, para luego dividir en categorías todas las tareas que se realizan. Después, hay que medir los tiempos de cada una de esas tareas. 

"Tengo un producto que fabrico. ¿cómo está fabricado ese producto? Tengo que saber qué se hace entre el momento en que se tiene la orden de compra hasta que llega a la planta o a lo del cliente. Eso tengo que tenerlo claro para saber cuál es la parte que más conviene automatizar", indicó Schaeffer. 

Por otra parte, para categorizar las tareas es necesario dividirlas en tres tipos: las que agregan valor para el cliente, las que no agregan valor pero son necesarias y las que no agregan valor y tampoco son indispensables. 

Entre las primeras están aquellas por las que el cliente paga. "Es exactamente eso que hacen ustedes y la competencia no hace. Lo que hace a tu empresa distinta a las otras", señaló Schaeffer. Según el ejecutivo, estas son las tareas que "hay que maximizar". 

En la segunda categoría pueden encontrarse tareas que son necesarias pero no hacen la diferencia para el cliente. Un ejemplo es el empaque. "Al cliente no le importa saber si el producto está en cuatro o cinco cajas de cartón. Le interesa que llegue en buen estado y sea funcional, pero es necesaria porque si no lo pongo en un empaque, no va a sobrevivir al transporte", subrayó el experto.

Las terceras, (sin valor agregado ni indispensables) en tanto, son las tareas a erradicar.

El siguiente paso es detectar dónde están los cuellos de botella en la producción; es decir, en qué parte del proceso se enlentece o hay dificultades. "Si empiezo a automatizar una tarea que viene después de un cuello de botella, nunca voy a ver el beneficio de esa automatización, porque la etapa anterior me va a molestar", señaló Schaeffer.

Una vez que se desglosan todas las tareas según su valor agregado, es momento de clasificar: ¿En cuál de ellas se podría liberar un recurso humano para que pase a trabajar en otra de mayor valor agregado? ¿Cuál podría rendir más si se automatiza?

Los costos

Una vez que se identifican todas las tareas a automatizar, es momento de definir por cuál de ellas se empieza. Para eso, según Sartori, es necesario estudiar los costos de producción y calcular el retorno de la inversión.

Para conocer el retorno, la empresa debe tener información o un pre proyecto sobre cuánto puede costar la automatización. Luego, según su actividad, calcula el retorno de la inversión por unidad producida o por tiempo de producción. "Por ejemplo, necesito producir y vender mil teléfonos para recuperar mi inversión (unidad) o, como vendo 500 teléfonos por mes, en dos meses voy a pagar la inversión (tiempo)". Son dos formas de saber el retorno de la inversión", apuntó Sartori. 

También es importante tener claro cuál es el costo actual de producir y cuál será el futuro. Para el actual, se toman los costos de personal (sueldo, aguinaldo, impuestos, uniforme, entre otros), más los costos de producción y maquinaria. 

 

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