El coronavirus ha puesto todo patas arriba en el mundo y también en las empresas. En el entorno laboral ha desenmascarado a jefes y empleados, ha servido para distinguir a los buenos de los malos, a los valientes de los cobardes y, sobre todo, ha dejado al descubierto el potencial de muchos profesionales. Ahora, más que nunca, los buenos tienen la oportunidad de demostrar que son capaces de adaptarse al cambio y salir reforzados en los momentos más críticos.
Esa capacidad de adaptación es la que están buscando las empresas, la que le ayudará a mantener su empleo y será la mejor vacuna para inmunizarle contra el desempleo. Esta es la impresión que tienen los intermediarios laborales y los cazatalentos, porque son los perfiles que demandan sus clientes ante un panorama cada vez más incierto. ¿Puede una crisis de este calibre fortalecer a los profesionales? La española Arancha Ruiz, socia de headhunter & talentis, no duda al afirmar que "saldrán fortalecidos los que han aprovechado para demostrar sus habilidades de liderazgo. El liderazgo nace de un reto, de un grupo y de una persona que asume el control de esa situación". Otro cazatalentos, Manuel Clavel, socio de Talengo, corrobora esta tesis: "En esta crisis se les están viendo las costuras a muchos profesionales que en lugar de tomar decisiones valientes y asumir el rol de liderazgo, están simplemente esperando a que la crisis pase". Ruiz añade que "muchos jefes creen que lideran, mientras que lo único que hacen es gestionar los pequeños contratiempos del día en día en entornos relativamente controlados".
Y está claro que la situación que vivimos ha superado la barrera de contratiempo. Virginia Herráez, talent &innovation en Catenon España, afirma que vivimos en un entorno de cada vez más incertidumbre, por eso cree que "la mayoría de los reclutadores va a buscar que la persona demuestre una gran capacidad de adaptación, una disposición al aprendizaje continuo y autoaprendizaje, y que esté totalmente abierta al uso de las nuevas tecnologías, con las que vamos a tener que convivir". Estima que en 2022, serán 75 millones de trabajos los desplazados por la tecnología, "por lo que habrá puestos en los que se requiera una formación técnica especializada en inteligencia artificial, machine learning, IoT, robotización, realidad aumentada, big data, blockchain, ciberseguridad... y en otros se requerirá un upskilling o reskilling de conocimientos y habilidades para adaptarse al mundo digital". Asegura Herráez que "España contaría con un 15% más de empleo si se resolviera el déficit de talento digital".
Pero la tecnología no basta para ser un candidato atractivo. Las habilidades a las que hacía referencia Ruiz están ganando posiciones. Roel Koppens es director general de Goodhabitz en España, una firma especialista en online learning. Explica que a pesar de que todas las habilidades y capacidades tienen su espacio y utilidad "no van a interesar nada ni una habilidad técnica obsoleta, ni cualquier otra que no se acompañe de una actitud flexible, positiva, proactiva, resolutiva, comunicativa y de sentido de equipo".
Quien confirma esta teoría es Andrés Fontenla, socio director de la firma de headhunter Recarte &Fontenla executive search: "Se requieren profesionales y directivos valiosos que aporten gran capacidad resolutiva, con resiliencia para abordar los grandes retos que se plantean, con dotes de organización muy eficiente de los recursos y al mismo tiempo una gran creatividad para resolver cuestiones complejas y saber intuir las tendencias de futuro".
Este cóctel en el que llevan años insistiendo buena parte de los cazatalentos es ahora el que buscan las empresas en sus candidatos, en los que el barniz de los conocimientos digitales y el uso de las nuevas tecnologías son esenciales. Jaime Asnai González, managing director de PageGroup, insiste en que "las habilidades como la flexibilidad, la innovación, la creatividad y la curiosidad serán más que imprescindibles, ya que permitirán que el empleado cambie y se adapte a medida que evoluciona la nueva normalidad".
La crisis es una oportunidad para evolucionar y aprender nuevas formas de trabajar. En opinión de los reclutadores, estos meses de teletrabajo y confinamiento han obligado a muchos profesionales a poner en práctica sus destrezas digitales mejorando, por tanto, su marca personal. Según Asnai González, "algunos han descubierto las ventajas derivadas del ahorro de tiempo por la ausencia de desplazamientos, otros se han percatado de cómo su productividad aumentaba en este entorno, y también nos encontramos con los perfiles que se han sentido aislados y desean recuperar el trabajo presencial cuanto antes". Aunque puede parecer una excepción, algunos profesionales no aceptan que haya que trabajar de otra manera, demuestran así que carecen de la adaptación y resiliencia que exige este nuevo entorno y que demanda el mercado laboral.
Según Clavel, "veremos salir reforzados a líderes que han estado cerca de los equipos y las operaciones, que han sabido comunicar con claridad y transparencia, que tomando decisiones han aprendido rápido de sus errores y han sabido corregir, que han sido coherentes predicando con el ejemplo... en definitiva que han liderado con el ejemplo".
En cuanto a las habilidades que pasan a segundo plano tras esta crisis, el socio de Talengo cree que "la visión y la dirección estratégica sigue siendo importante, pero está supeditada a saber navegar en la situación de incertidumbre y adversidad en la que estamos. No habrá largo plazo, sino sabemos superar los retos que nos plantea el corto plazo".
Herráez recuerda que el Foro Económico Mundial estima que para 2022, el 42% de las tareas será realizada por máquinas, frente al 29% de 2018. "Esto indica un desplazamiento de habilidades necesarias. Mientras que skills como el pensamiento creativo o analítico, la inteligencia emocional, el liderazgo o la creatividad crecerán, otras irán en detrimento". Entre estas últimas Herráez destaca la gestión y el análisis manual de datos, mantenimiento, monitorización y control, "son tareas que aportan escaso valor y que pueden ser realizadas por máquinas".
Fontenla subraya que "hay que poner el foco en las oportunidades, no en los problemas. Es necesario tomar decisiones, si corresponde hacerlas o bien ejecutarlas rápidamente y de forma excelente si es lo que toca. También confío en que las reuniones ineficaces sean cosa del pasado, así como los egos inmensos. Un profesional eficaz es más que consciente de que no existen los logros en solitario".
Fuente: Expansión - RIPE
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