Cómo las nuevas tecnologías ayudan hoy a la inclusión laboral

El CEO y presidente regional de la empresa alemana de prótesis Ottobock explica el particular negocio, su operación en Uruguay y el impacto de la pandemia

Tiempo de lectura: -'

02 de julio de 2021 a las 15:41

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Antes de la pandemia, el CEO y presidente para Latinoamérica de la alemana Ottobock viajaba unas cinco veces al año a la casa matriz; pero al dueño de la compañía lo veía más seguido en Uruguay. Es que el propietario de la compañía es un enamorado de Punta del Este  y solía hacer visitas relámpago en forma regular al balneario uruguayo.

Ottobock es un productor mundial de prótesis, órtesis y sillas de ruedas, dedicado a las innovaciones técnicas para personas con discapacidad. La empresa fue fundada en Alemania en 1919 con el objetivo de brindar prótesis y productos ortopédicos a los veteranos de la primera guerra mundial. Dos hitos de la compañía en su historia han sido la prótesis modular de pierna y las de brazo mioeléctricas, que están controladas por señales del músculo.

Hace 50 años que se venden productos de esta empresa en Uruguay. En 2015 instaló oficinas en el país.

“Somos una empresa de humanos para humanos. Hay quienes se desviven por pensar BtoB (negocio para negocio) o BtoC, (negocio para consumidor), pero nosotros somos Human to Human”, comenta el CEO regional, Marcelo Cuscuna, desde un estudio de grabación que tiene en su casa de Buenos Aires. Su hobby es la música —toca la batería y el saxo— y durante la pandemia ese lugar se convirtió en su oficina de   teletrabajo.

¿Quiénes son los clientes en este negocio?

La protésica ortésica está en relación directa con ciertas patologías, con las amputaciones. Hay un sinnúmero de patologías que componen nuestra acción. Por un lado están los traumas; una muy importante es diabetes y algún tipo de cáncer. Las ayudas ortésicas son para muchas patologías, como las neurológicas.

¿Cómo trabaja la empresa en Uruguay?

Históricamente a través de las ortopedias. Ahora estamos empezando a cambiar el modelo de negocios, pero siempre a través de sociedades estratégicas con ortopedias. El cambio de modelo de negocio refiere a establecer asociaciones estratégicas con nuestros clientes tradicionales para ayuda técnica respecto a la atención del paciente. Tiene que ver con una modernización, acceso al conocimiento, más entrenamiento técnico. Están dadas las condiciones para lograrlo en Uruguay.

Además, hace ya unos cuantos años venimos trabajando muy bien con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Tuve una reunión con el ministro Martín Lema hace unas dos semanas. Estuvimos en los talleres.

El trabajo que se está haciendo allí es muy bueno. Hoy se potencia por el interés de subir la vara de la calidad. En eso Ottobock es un socio imprescindible para  el que quiera desarrollarlo de esa manera.

¿Cuál es la relación específica con el Mides?

Nosotros comercializamos los componentes y montamos el taller. Todos los equipamientos que tiene hoy el Mides en su laboratorio de ortoprotésica son de Ottobock, de origen alemán.

El taller del Mides es un lujo. Lo digo en serio. Y quieren seguir mejorando. La idea es una colaboración mutua. Ofrecimos un cronograma de entrenamiento constante para sus técnicos. Ayudarlos a entrenarse para ser mejores técnicos, que puedan dar mejores soluciones a los pacientes.

Un gran concepto que hay detrás de la empresa es la posibilidad de reinserción laboral de las personas que han sufrido accidentes o patologías...

Ese es el mensaje de Ottobock: calidad de vida. En Latinoamérica, que tenemos un anclaje más fuerte a lo emotivo, entendemos nuestro negocio con el paciente como centro de nuestra acción diaria. Queremos que recupere su calidad de vida.

Por esto se entiende retomar el contacto con la sociedad de manera natural, recuperar la actividad laboral, deportiva, social. Estamos enfocados en eso. Y encontramos con el Mides un alineamiento en esos objetivos. Eso nos pone muy felices.

¿Se encuentran con discriminación hacia los pacientes?

Hay países donde son mejor aceptados que otros. Hay cuestiones culturales.  La discriminación es un mal social. Pero más que luchar contra la discriminación de manera directa —eso es algo de lo que se encargan un montón de organismos— se trata de luchar contra la no inclusión.

Personalmente hago un vivo por mes en Instagram con pacientes que son nuestros embajadores de marca, como el ciclista chileno Adolfo Felipe Almarza. Ellos no tienen vergüenza de mostrar su prótesis. Al revés. El deporte es muy importante como herramienta para la inclusión.

¿A nivel laboral ven cierta reticencia?

Se lucha contra eso. Pero las nuevas tecnologías ayudan a la inclusión laboral.

Muchas veces en accidentes laborales, hay gente que pierde un miembro superior, que pierde una mano, un brazo. La reinserción con una de nuestras prótesis es muy buena. Tal vez no puede entrar en el mismo sector en el que estaba, pero hoy las compañías están aceptando muchísimo que se vuelva a la vida de manera natural. Se puede usar una computadora y millones de otras actividades.

La inclusión laboral hoy está funcionado. Los gobiernos están entendiendo que eso redunda en beneficio de todos. No es lo mismo tener una persona parada que una que vuelve a la actividad laboral. Porque hay un montón de patologías asociadas a lo psicológico, lo emocional, que cuando se reinserta disminuyen muchísimo.

¿Y cómo redunda la cada vez mayor expectativa de vida en el negocio?

Antes las personas se morían sin desarrollar un montón de patologías. Hay patologías que hoy existen por el alargamiento de la vida. Tenemos productos que apuntan a diferentes segmentos etarios. También lo que refiere a la movilidad, como sillas de ruedas y soluciones que ayudan a la movilidad. Se puede tener un problema neurológico y ver limitada la movilidad. Eso pasa.

Vemos una barrera cultural en Latinoamérica, donde no se cuida tanto a los ancianos. En Europa  los cuidados son mayores y también la cantidad de presupuesto que se destina.

¿Cómo impactó la pandemia en la compañía a nivel regional?

Lo estamos llevando mejor de lo que creía al principio, considerando el gran nivel de desconocimiento e incertidumbre de ese momento. Ninguno de nosotros era experto en pandemia.

Eso lo puedo decir hoy, a mitad de 2021. El año pasado, no la pasamos bien desde el punto de vista de negocios. Teníamos planes, energía, veníamos de años muy buenos de crecimiento, teníamos muchos proyectos de agrandarnos y nos tocó achicarnos en toda Latinoamérica.

No creo que toda crisis fortalezca porque se están contando muertos y heridos. Y eso no fortalece a nadie. Esta es una opinión personal.

Hay que ver siempre el lado positivo pero hay mucha gente que no ha salido fortalecida. En los mercados emergentes las crisis sanitarias afectan muchísimo en general. 

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.