Cómo se reinventan los abogados en la era digital

En tercer lugar, impulsan proyectos para reformar legislaciones en los distintos países, a fin de que respondan mejor a los nuevos negocios en los más diversos campos de la actividad económica y evitar así los vacíos legales que se generan por casos sin precedentes.
En el evento de la Asociación Internacional de la Propiedad Intelectual (Asipi), que se realizó en Montevideo en este mes de marzo, se manejaron conceptos y ejemplos prácticos de cómo la profesión va evolucionando, y hacia dónde.
Manuel Desantes, exprofesor de la Oficina Europea de Patentes (EPO) y profesor de leyes de la Universidad de Alicante, España, observó que la abogacía nunca ha tenido que redefinirse tanto en su historia como ahora, en un mundo donde convergen el blockchain, la nanotecnología y la robótica.

“Estamos ante la mayor crisis del derecho desde sus orígenes. El ordenamiento jurídico existente se ha convertido en un inmenso paquidermo. Fue creado para servir a las sociedades de siglos anteriores, no para esta”, señaló.
El profesor se preguntó cómo era posible que un convenio internacional demorase 10 o 15 años en firmarse. “Es inconcebible, esos plazos ya no son útiles”, se respondió.

A su entender, hay que trabajar en pro de un “adelgazamiento” del sistema legal y recurrir más al soft law, entendido como aquellos actos jurídicos que, sin tener fuerza vinculante obligatoria, contienen pautas inspiradoras de futuras regulaciones de una materia. “Hay que buscar la flexibilidad, la autorregulación, los estándares adoptados tras reconocer la autonomía de la voluntad, y más protocolos. El derecho no debe ser represivo como lo ha sido históricamente, sino acompañante de la sociedad”, afirmó.
En esa línea, proyectó que el abogado del futuro no será más quien resuelva conflictos como ahora, sino quien los prevea trabajando con ambas partes de la ecuación, y no dejándolo avanzar.
A su juicio, en los próximos años se acabará la hiperespecialización para dar paso a los abogados más holísticos, más colaboradores, más cercanos al cliente y a sus colegas, y las redes sociales lo ayudarán en este nuevo rol.

Otro tema a considerar es que gran parte de las universidades de Europa (exceptuando, por ejemplo, algunas de Inglaterra) y América Latina se rige por criterios del siglo XIX para alumnos del siglo XXI, lo que exige revisión urgente. A diferencia, China ha logrado acercar a los estudiantes a las empresas, alcanzando una integración más profunda y aplicada del conocimiento.

Inteligencia artificial aplicada

La punta de lanza de la inteligencia artificial para bufetes está en Estados Unidos, con herramientas como: revisión automática de documentos legales en pocos minutos (document review), búsquedas de data (legal research), aceleración de procesos (expertise aceleration), aprendizajes automatizados (machine learning), investigación de información de casos similares antes de firmar contratos (contract due diligence), búsquedas de marcas y patentes registradas (trademarknow y turbopatent), y plataformas para litigios y maximización de predicciones de casos legales, incluyendo ayudas para la construcción de compañías digitales (eDiscovery), entre otras.
Ricardo Fischer, socio del bufete Arent Fox de Washington DC, contó a El Observador que en Estados Unidos la tecnología avanzada está teniendo gran impacto especialmente en el área de litigios, corporativa, contratos y en los servicios legales donde es fundamental la big data y su rápido análisis. En materia de propiedad intelectual, se está utilizando sobre todo en materia de redacción de patentes.
“Los despachos están interesados en automatización de procesos y tecnología predictiva, que evalúa los riesgos basándose en el histórico de casos similares”, reafirmó.

En América Latina, los bufetes están automatizando cada vez más sus procesos, pero en general no han realizado grandes inversiones en inteligencia artificial, la cual aún resulta cara e incipiente. Sin embargo, todo es cuestión de tiempo.
“Un despacho pequeño, si utiliza eficientemente la tecnología, puede ser tanto o más competitivo que una firma que le duplica o triplica en tamaño”, advirtió Fischer.

¿Qué pasa en Uruguay? Aquí se sigue las tendencias, pero, al igual que el resto de la región, todavía existe mucho camino por recorrer.
Montevideo es una de las ciudades de América Latina que más ha avanzado en alcance y velocidad del internet, en iniciativas de digitalización y en el desarrollo de negocios digitales, por lo se espera que también de un paso al frente con sus bufetes de abogados, a pesar de que generalmente son muy tradicionales.

En esa línea, Juan Vanrell, socio del estudio Vanrell de Uruguay y presidente del Comité Anfitrión del evento de Asipi en Montevideo, destacó que cualquier avance siempre debe significar igualdad de acceso y más oportunidades para todos los actores del sistema jurídico nacional, regional e internacional.

Lo cierto es que en el futuro una de las profesiones más demandadas será la “ciberabogacía”, es decir aquella dedicada a las estafas en la web, delitos en las redes sociales o espionaje. El crecimiento del uso de los drones y robots también requerirá el abordaje por parte de ese perfil profesional.
En Estados Unidos, han surgido boutiques de tecnologías específicamente abocadas al ámbito legal, lo que apuntala el desarrollo de los nuevos negocios de los bufetes.
Otro dato interesante es que los estudios jurídicos españoles con mayores recursos invierten un promedio de 2% de sus presupuestos anuales en tecnología y know-how.
Juegos Olímpicos 2020
Se habla de los abogados del futuro, pero en realidad estos profesionales ya se están enfrentando a grandes desafíos desde hoy. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos 2020, que tendrán lugar en Tokio en julio y agosto (si la pandemia del coronavirus lo permite), serán los más robotizados y novedosos de la historia de eventos deportivos, según se anuncia. Y en ese marco, se está firmando gran cantidad de contratos legales complejos.

Toyota anunció la presentación de robots y vehículos autónomos. Airbnb y Alibaba se incorporarán como nuevas marcas, y esta última ayudará a tecnificar los Juegos, con servicio de cloud computing (la nube).
En los Juegos Olímpicos, las innovaciones tecnológicas de transmisión se basarán en plataformas 5G, medios inmersivos (realidad virtual, aumentada e interactiva), e-sport (por ejemplo, con Intel). También se utilizará el 3D Athlete Tracking (sistema que registra todos los movimientos de los jugadores al detalle), neoface (reconocimiento facial, para identificar a más de 300 mil personas en los juegos, incluyendo a los atletas, voluntarios y medios de comunicación).

¿Qué significan esas innovaciones aplicadas para el mundo jurídico? Aldo Fabrizio Modica, abogado del bufete Bareiro Modica de Paraguay, observó toda esa movida digital genera problemáticas que no han sido resueltas. “¿Qué leyes de protección de datos aplicará en los Juegos Olímpicos: la de Japón, Europa, o Estados Unidos?, ¿cómo se protegerá la privacidad de los asistentes, ante la tecnología de reconocimiento facial?; ¿en qué momento se autoriza el uso de la imagen de las personas en los estadios?”, se preguntó.
Por lo visto, hay mucha tela que cortar; más aún si los Juegos Olímpicos se realizan sin público por la epidemia, lo que obligará a la revisión y ajustes de contratos entre las partes, ya sean entre el Comité Olímpico y las marcas, o con los atletas, empresas de suministros y demás. Este es un mero ejemplo de la complejidad del mundo del futuro en materia de derechos y obligaciones.

Netflix y otros OTT
Los servicios Over The Top (OTT) están revolucionando la industria de las producciones audiovisuales. Hay que recordar que el OTT consiste en la transmisión de audio, video y otros contenidos a través de internet, sin la implicación de operadores tradicionales en el control o distribución. Entre estos servicios, destacan Netflix, DirectvGo, ClaroVideo, Disney+, Amazon Prime Video, HBO, Youtube, Spotify.
En el evento de Asipi, Fernando Epstein (productor y editor uruguayo de Control Z Films, reconocido por películas como Whisky y 25 Watts) y Moisés Chiver (productor mexicano de Club de Cuervos, la primera serie original de Netflix en español, entre otras), destacaron que las OTT son una oportunidad de oro para producir contenidos nacionales en la región, en un mercado dominado por los grandes estudios internacionales.
“Es cierto que el mercado uruguayo no es tan interesante como los de México o Argentina, pero acá están creciendo las producciones y el OTT ha sido un gran dinamizador. Whisky entró en Netflix y cada vez se verán más películas de cine en esa plataforma”, dijo Epstein.
Cliver señaló que el rol del abogado en este tipo de producciones es fundamental, ya que por Club de Cuervos, por ejemplo, recibieron gran cantidad de reclamos de la Federación Mexicana de Fútbol debido a la cantidad de marcas deportivas que aparecen en la serie. Incluso, la marca tequila José Cuervo, que les reclamó el nombre.

Su abogado es Luis Schmidt, socio del estudio Olivares de México, quien ha manejado numerosos contratos y temas de propiedad intelectual en la industria del cine, con clientes como Motion Pictures, Warner Brothers, Universal, Sony TV, entre otros. También fue el abogado de la película Roma del cineasta Alfonso Cuarón, ganadora de varios Oscars de la Academia de Hollywood.
¿Qué opina Schmidt del futuro de su profesión?
Que se han abierto muchas oportunidades no tradicionales para los abogados, de la mano del negocio del entretenimiento. “Los abogados deberían ser más flexibles, apoyar más a las producciones para que se concreten, y defender su principal rol que es proteger la creatividad. Además, el abogado debe ser también creativo porque así lo es esta industria”, comentó.

Proteger a las celebridades
En la era digital, otro campo se ha activado para los abogados: la protección de las celebridades en las redes sociales. Los derechos más afectados en este renglón son el derecho de imagen, y el derecho al honor y a la privacidad.

El moderador del panel de este tema fue Alejandro Alterwain, abogado de Ferrere Uruguay, quien señaló, precisamente, que si bien los derechos digitales no son nuevos, adquieren una nueva dimensión con el auge del internet. “Hoy en día, las celebridades tienen contacto directo con su público, lo que es visto como favorable, pero en algunos casos puede ser perjudicial en términos de reputación”, explicó.
Existe una proliferación de regulaciones para las plataformas en general y filtraciones de contenidos, sin embargo, paradójicamente, muchas situaciones en internet se enfrentan a vacíos legales.
Fernando Tomeo, socio de Abieri Fracchia & Tomeo Abogados de Argentina, especialista en tecnologías de la información, privacidad y datos personales, dio cuenta de cómo muchas personalidades famosas de su país, como la presentadora Mirtha Legrand, han demandado a Google, por el uso de la información. Lo mismo está ocurriendo en otras partes del mundo.

Al respecto, muchas veces el propio Google no dispone de mecanismos para detener algunas acciones en su plataforma. l