Analía Pereira

Con 18 años, va a contramano: se quiere quedar en el campo y al frente de un tambo

Yazmín Techera se crió entre pechazos de terneros, progresó creando negocios con sus padres y hermanos y tiene claro que la vida rural no la cambia por nada

Tiempo de lectura: -'

31 de octubre de 2021 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Yazmín Techera es una joven del medio rural, de Maldonado, que tiene 18 años y una idea muy clara: quiere vivir en el campo y encargarse del tambo familiar. Integrante de la Cooperativa Agraria Limitada de Maldonado (Calima), fue destacada por las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) el 15 de octubre, en el Día Internacional de las Mujeres Rurales.

Nació y se crió “en el entorno del tambo y el trabajo”, contó a El Observador. Sus padres trabajaron siempre en esta producción y ella desde los tres años anda entreverada entre los terneros, empujándolos, porque al ser más grandes que ella cuando se le acercaban la pisaban. “Los tenía que pechar y me iba corriendo atrás de mis hermanos”, recordó.

Analía Pereira
Yazmín vive con su familia en el paraje Corte de la Leña, en Maldonado.

Sus primeros cinco años de vida los pasó en Aiguá y luego se mudó al paraje Corte de la Leña, a 25 kilómetros de San Carlos, junto a sus padres y a sus siete hermanos, todos mayores que ella. Allí su padre y su madre instalaron su primer tambo, que hasta el día de hoy es la empresa familiar. Este es uno de los pocos tambos que hay en esa zona, en la que hay producciones agrícolas y ganaderas, principalmente ovinas.

De la bicicleta al tractor, a la camioneta y a la moto

La educación la hizo primero presencial y luego a distancia. Viajaba a la escuela todos los días 12 kilómetros en bicicleta junto a sus hermanos. Cuando comenzó ciclo básico la distancia aumentó y ya no se hacía en bicicleta, porque eran 45 kilómetros, una hora de viaje hasta el liceo rural.

Según contó es un poco tímida y no le gustan los lugares con mucha gente, por eso cuando empezó el liceo, el primer día de clase tuvo que salir del salón porque estaba muy nerviosa. Pero luego, por un programa impulsado por el Plan Ceibal, pudo terminar el ciclo básico a distancia, de forma virtual desde su casa.

Analía Pereira
A sus 15 años vendió animales por primera vez.

Los vehículos siempre fueron parte de su rutina en el campo. De niña una de las actividades que más le gustaba era andar en tractor junto a sus hermanos mayores, en donde a veces hasta se dormía, contó. Con gran emoción recuerda que a los seis años sus hermanos la dejaron agarrar el volante por primera vez con el tractor acelerado y fue “la gran felicidad de gurisa, me encantaba”, expresó.

Tenía 15 años cuando le permitieron usar una “herramienta más grande”. Esa vez, la primera en la que manejó un tractor con una zorra larga, esperó durante media hora a uno de sus hermanos para que le diera ayuda, después de haber enganchado uno de los postes de la portera. Ese tipo de experiencias la fueron nutriendo y así fue aprendiendo cada día más. Ahora sabe manejar tractores, con los que ayuda a sus hermanos a enfardar, pero también maneja la camioneta y la moto familiar.

Una de las tareas que realiza la joven en el campo es enfardar, trabajo que hace junto a sus hermanos.

Los primeros pasos en el tambo

A los 14 años Yazmín comenzó a trabajar en el tambo junto a su padre, ayudaba en algunas tareas y luego formó “una sociedad” con él y se hizo cargo de criar a los terneros. Así “empezaron los negocios con mi padre y mis hermanos”, contó. Algunos de sus hermanos estuvieron un tiempo trabajando junto a ella y luego dejaron y hoy está “en una sociedad” con el mayor de todos. Las terneras son de su padre y se destinan a la producción en el tambo, los terneros son suyos y de su hermano, se crían, se venden y el dinero se reparte entre los dos, explicó.

Analía Pereira
Las terneras se destinan al tambo y los terneros se comercializan.

Del tambo lo que más le gusta son los terneros. Cuando entra en la guachera los animales ya la conocen y ante el llamado de “pobrecito mi guacho” se le acercan de a poco, porque saben que ella los alimenta y los cuida.

Los días de trabajo en el tambo arrancan a las seis de la mañana y se extienden hasta las 8, luego sobre las 17 horas vuelve. Pero hay otros días en los que ayuda a sus hermanos a enfardar y el tiempo no le da para ir al tambo, porque a veces el trabajo con el tractor termina pasada la medianoche.

“El tambo es cansador para mí, pero me encanta. Desde los 15 años empecé a pensar en el futuro y tuve en la mira que quería tener un campo. Me encanta la tranquilidad del campo y trabajar con los animales me apasiona”, comentó.

Analía Pereira
Trabajar con los animales es de las cosas que más disfruta en el campo.

Vendió, compró e invirtió

A los 15 años se unió al grupo de jóvenes de Calima y allí, cuando le preguntaron qué quería hacer de grande, empezó a visualizar su futuro en el campo. Aprendió el valor de los campos y de los animales y siempre pensaba en cuántos terneros debería vender para comprar algunas hectáreas.

De a poco comenzó a hacer negocios. Con la primera venta de terneros que hizo, siempre con el apoyo de sus padres, ganó US$ 10.000, una cifra que a sus 15 años la impresionó. En ese entonces se juntó con sus hermanos “en una sociedad” e invirtió ese dinero y juntos compraron un tractor.

Vendió animales y con el dinero ganado aportó para comprar un tractor.

Previo a eso tenía el proyecto de construir su primera casa, pero decidió esperar un tiempo más y ayudar con la empresa familiar que sueña con algún día dirigir.

Tenía 16 años cuando le pidió un préstamo a Calima y compró 17 terneras de un año. En ese entonces tenía una tropa de terneros con uno de sus hermanos y pensando en las ventas que había hecho antes calculó qué ganancia podría tener si los vendía. A los cinco meses vendió algunos terneros y con la ganancia pagó el préstamo, que le causaba mucho nerviosismo.

“No me gusta pedirle dinero a nadie, me ponía muy nerviosa y siempre tenía en la cabeza que había pedido ese préstamo, pero sabía que tenía el apoyo de mis padres. Mi padre fue el que me animó a pedir el préstamo y como él tiene bastante experiencia le hice caso y estuvo bueno porque aprendí”, sostuvo.

Ahora está muy feliz con los vientres que compró, porque son vacas muy mansas, que ya parieron y están ahora en el tambo, “y sus terneros son divinos”, contó.

Analía Pereira
Yazmín en el stand de CALIMA en la Expo San Carlos 2021, que se hizo en la Rural de San Carlos.

Seguir aprendiendo

La capacitación en diferentes áreas del tambo está entre los nuevos planes de Yazmín, porque está segura de que lo que quiere es mantenerse y desarrollarse en el medio rural.

Cuando se le pregunta, si le dan a elegir se va “de cabeza para el campo”, porque una de las cosas que más le gustan son las grandes vistas que tiene el Corte de la Leña, donde disfruta de ver el verde en compañía de su perro Cacique, quien la acompaña todos los días.

Analía Pereira
La joven con su perro Cacique.

Entender los números 

Aprender a entender las finanzas y los números de la empresa familiar está dentro de los planes de Yazmín.

Una de las cosas que aún le cuesta es entender las boletas que entrega Conaprole. “Quiero capacitarme porque cuando el camión viene y se lleva la leche deja una boleta con los litros, los datos de grasa y de proteína y yo miro eso y son como letras en chino, porque hay cosas que entiendo y otras que no y es necesario saber eso”, admitió.

Otra de sus metas es organizar los datos del tambo para tener registrado cuántas vacas están en producción y con cuántos terneros cuentan, que es esencial porque hace al orden y al mejoramiento del trabajo en el tambo. Actualmente el tambo, que remite a Conaprole, tiene 80 vacas en producción.

Analía Pereira
Con 16 años vendió terneros y pagó un préstamo que había pedido para comprar vientres.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.